La muerte de caballos por disparos de Guarda Parques en Tierra del Fuego en Julio de 2012, recuerda un hecho que involucró ametrallamiento de orcas en La Lobería de Río Negro en 1976. Sin duda, los Guardaparques y Guardafaunas arriesgan sus vidas para preservar para las generaciones venideras, las bellezas naturales y la fauna de nuestra patria y le estamos agradecidos por sus esfuerzos. Pero en ocasiones, pareciera que las leyes de conservación los obligan a actitudes que el pueblo en general no aprueba y pasan por alto la cuota de piedad que se le debe a los animales exóticos, los cuales NO SON CULPABLES DE ESTAR en lugares equivocados.
Por
Marc Pesaresi
La provincia de Río Negro posee en la costa atlántica el Área Natural Protegida Punta Bermeja conocida como La Lobería precisamente por albergar una colonia de lobos marinos de un pelo con una población aproximada los 3000 ejemplares. A 60 kilómetros de Viedma, centro del poder político provincial, la reserva es un atractivo más para la industria del turismo.Y es precisamente por el turismo, que en 1976 tuvo lugar uno de los más tristes episodios que involucró a guarda faunas, científicos, políticos, policías y fuerzas de seguridad, en un intento por dar muerte a las orcas que se alimentaban de lobos marinos.
Para la fecha, Río Negro recién comenzaba sus primeros pasos en materia de conservación pero no orientada hacia la ecología sino hacia la atracción de turistas. Las autoridades del gobierno provincial que respondía a la dictadura del Proceso de Reorganización Nacional, se encontraba bajo el mando de un gobernador de facto, el contralmirante (RE) Aldo Luís Bachmann de 53 años de edad. En este contexto de autoritarismo, miedo y represión, les toco a las orcas argentina vivir su peor amenaza.
Hacia marzo de 1976 se había inaugurado un mirador con vivienda para guardafaunas y un Centro de Interpretación Faunística (la idea era dotar al lugar de comodidades para la ciencia). A principios de junio el guarda faunas Hugo Ledesma observó asombrado una pareja de orcas atacando lobos marinos. Era la primera vez que alguien presenciaba algo semejante. De inmediato dio el aviso a sus superiores quienes se presentaron en el lugar para comprobar el relato. En efecto, había dos orcas matando lobos para comer.
Aparentemente cundió el pánico entre los militares y colaboracionistas del gobierno quienes no querían ver la incipiente industria de turismo amenazada por comilonas de orcas. Se había invertido mucho en infraestructura y sueldos para hacer de la Lobería un lugar rentable y no se iba a permitir que el recurso se perdiera por un par de orcas hambrientas.
Orca alimentándose en Península Valdés
Provincia de Chubut
Foto
Gentileza
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Los hechos
Existe una cronología elaborada por el Guardafaunas Daniel Paz Barreto de 1993 (1) que hacia 2005 permanecía inédita. Ignoro si a la fecha, ha sido publicada.
22 de Junio de 1976 las autoridades a cargo del gobierno provincial toman la decisión de matar a las orcas con el fin de proteger el recurso turístico. Es así que se comenzó a atacarlas con armas FAL y FAP observándose el impacto de un proyectil en una de las orcas, la cual se sumergió y no reapareció. El grupo de tareas estaba a cargo de personal de Prefectura Naval Argentina, del personal del Destacamento de Policía del Balneario el Cóndor y algunos cazadores profesionales que se presentaron voluntarios cuando se enteraron que el Gobierno Provincial pretendía eliminar a las orcas que atacaban lobos marinos en la Lobería. Les disparaban desde las barrancas aledañas al apostadero de lobos marinos.
24 de junio: El Director de Ganadería Carlos Spinelli informa a los medios que es decisión tomada por el gobierno militar de la provincia, es precisamente, matar a las orcas. La orden venía desde lo más alto de la jerarquía gubernamental provincial.
28 de junio: El biólogo J. M. Gallardo del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia sale en defensa de las orcas. Es la primera voz que se eleva con fuerza contra semejante desatino.Sin embargo, no es tenida en cuenta por el grupo de tareas, quien sigue disparando a las orcas cuando estas se aproximan a la costa.
29 de junio: El diario Río Negro publica notas sobre las orcas donde se las describe con adjetivaciones como “temibles orcas” “cetáceo muy cruel”, etc., según informa Paz Barreto en un trabajo que realizó en 2004. Todas estas palabras, infamias de la prensa ya que por entonces era muy poco lo que se sabía de las orcas. Cada titular obedecía al prejuicio que se tenía sobre estos animales.
1 de julio: Rodolfo Gómez, Director General del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Minería, explica a la prensa que la “llegada” de las orcas son un obstáculo que atenta contra el “aprovechamiento integral” de los lobos marinos. Queda claro que las orcas son consideradas depredadores capaces de destruir a la colonia de lobos. Esto explica el temor de las autoridades quienes, ante la falta de expertos para consultar, atinaron a realizar los que los militares acostumbran en este caso. Disparar al enemigo hasta destruirlo.
2 de julio: Los tiradores informan que un disparo provocó sangrado en una orca pero se ignora si ha muerto.
6 de julio: el diario La Nación publica una nota del especialista en mamíferos marinos Claudio Campagna en donde explica que el comportamiento de las orcas obedece a un proceso biológico. Los animales necesitan alimentarse.
7 de julio: Rodolfo Casamiquela, quien era paleontólogo, consultado por los medios, se expresa en la misma sintonía con que lo hiciera Campagna. Ese mismo día, el jefe del Servicio de Conservación de la Fauna y Lucha contra las Plagas, el agrónomo Héctor Vega se dirige, mediante nota, al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Minería a cargo del agrónomo Juan Sassemberg donde, entre otras cosas, informa que las orcas con los disparos, se retiraban del lugar para regresar de noche con la pleamar. También informó que los lobos marinos “se asustaban” con el sonido de los disparos. Fiel a su tarea de controlar las plagas, Vega se declara partidario de matar las orcas para preservar “el atractivo turístico” de la colonia de lobos.
20 de julio: El biólogo Leoncio Montesarchio del Instituto Argentino de Oceanografía en la nota 172/1976 propone la eliminación de las orcas ¡lo dice un científico!, para preservar el interés turístico-económico de la lobería.
23 de julio: Clarín publica una nota donde otro científico Alejandro Scolaro del Centro Nacional Patagónico de Puerto Madryn las defiende aunque luego cambia de opinión. Parece que alguien le sugirió que el turismo es más importante que las orcas.
23 de julio: En una nota (133/1976) un hombre de ciencia, que trabajo “explotando” colonias de lobos marinos en Uruguay (se mataba lobos para aprovechar el aceite) manifestaba que debido a la intervención del estado en preservar la colonia, se tiene que desterrar “todo agente que atente contra su tranquilidad”. Además aclara, que la muerte de las orcas "no provocaría desequilibrio biológico”. No dijo ecológico, sino biológico. En esos días, la ecología no tenía auge como hoy sí lo tiene.
12 de agosto: ¡Por fin aparece un científico coherente con su título! El biólogo Ricardo Bastida del Instituto de Biología Marina de Mar del Plata sale en defensa de las orcas y asegura que su eliminación pondría en peligro la población de esta especie en el Atlántico Sur.
20 de agosto: Una profesora, llamada Armonía Alonso de Aramburu de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Plata presenta un informe donde concuerda con las acciones por matar a las orcas.
29 de agosto: se conoce un informe del guardafaunas Hugo Ledesma quien informa que “desaparecieron 2000 lobos marinos”. A estas alturas cualquier buen ciudadano se llega a preguntar como hizo Ledesma para contar los faltantes si todavía no se tenían estadísticas confiables de la cantidad de lobos que vivían en la colonia.
20 de septiembre: La Secretaría de Agricultura y Ganadería de la Nación, mediante la Subsecretaría de Pesca, envía directivas para que se dejen tranquilas a las orcas. Una medida sensata que dará inicio a la conservación de esta especie en el Atlántico Sur. Hasta el momento, pocas voces las defendían y la mayoría de quienes se vieron envueltos en este incidente tanto civiles como militares, eran partidarios de eliminarlas.
15 de octubre: No se avistan más las orcas. Se disuelve el grupo de tareas, los tiradores regresan a sus destinos, las orcas heridas o sanas, a saber, se pierden en la vastedad del piélago y todos satisfechos que se ha preservado el recurso turístico.
¿Qué daño se hizo a las orcas?
Era tan alta la ignorancia sobre comportamiento alimenticio de las orcas en esos días que no falto alguien, cita Paz Barreto quién propuso “como medida extrema” el uso de cargas de profundidad. Mel (2), la orca más famosa del Atlántico Sur, quedó con su aleta torcida producto de los disparos. Ahora bien, los lobos marinos siempre fueron masacrados a lo largo de la costa atlántica primero por aborígenes con el fin de manutención y luego por comerciantes inescrupulosos que aprovechaban el aceite que generan sus cuerpos. Sin embargo, para cuando las orcas llegaron a alimentarse, matar lobos marinos estaba prohibido desde 1974. Entonces ¿cuál era el interés en proteger la vida de los lobos? La necesidad de fomentar al turismo. El gobierno militar necesitaba expandir el turismo como modo de "probar" que la nación comenzaba a pacificarse a la par de entregar sensación de bienestar y seguridad. Para la Juntas Militares, el turismo fue un modo de calmar ansiedades producidas por la falta de libertad.
La famosa orca Mel
Atacando lobos el 1 de marzo de 2009 en Punta Norte.
Ya estaba viejo y enfermo cuando se le tomó esta fotografía.
Sobre su piel, las evidencias del paso de los años.
Había sobrevivido junto a su hermano Bernardo,
A los disparos que le efectuaron militares y civiles del Proceso en 1976
Foto
Gentileza
2012
¿Más de lo mismo?
Hoy, la República Argentina junto a las provincias atlánticas protegen las orcas y al resto de la fauna marina. La Nación ha profesionalizado a sus Guardaparques y Guardafaunas apoyados por investigaciones científicas y gran acumulación de datos. Desde 1986 que comenzaron los estudios sistemático sobre conducta y hábitos de alimentación y traslado de las orcas, se han constituído en un importante atractivo para el turista, comercio que casi les cuesta la vida cuando nadie hablaba de ecología y medio ambiente, mucho menos de la importancia de preservar la vida biológica para las futuras generaciones. Sin embargo, a mediados de Julio de 2012 nos enteramos de la matanza de caballos en un Parque Nacional de Tierra del Fuego y de nuevo se agitaron los malos recuerdos. Personal de Guardaparques matan a todos los animales que consideran exóticos, para que estos no se reproduzcan en los bosques y montañas y alteren el ecosistema.
El pasado que revive
“No esta bien que los turistas que visiten Tierra del Fuego vean todo un bosque pisoteado con todos los renovales arrancado por una tropilla de caballos sueltos. Ustedes dejan fluir lo emocional por sobre lo racional creo que a la gente hay que informarla bien y ser imparcial cuando uno informa”
Licenciada Paula Cichero
¿Por qué dijo esto?
A mediados de Julio de 2012
diversos medios, tanto gráficos como radiales y televisivos daban cuenta que el
Servicio de Guardaparques había matado caballos en el Parque Nacional Tierra
del Fuego. Ante el repudio generalizado de la población, con cierto dejo de
autoritarismo, la directora de Conservación y Manejo de la Administración de
Parques Nacionales Licenciada Paula Cichero respecto a la matanza de caballos declaro
a FM Provincia en respuesta a las voces de repudio que suscitó la muerte de
animales tan nobles “En principio aclaremos que los caballos que fueron muertos
son; caballos que no tienen una marca de
un dueño conocido o pueden tener marca o contra marca o no tienen una marca
final, son animales que están dentro del Parque ilegalmente, los cuales son
introducidos dentro del mismo para pastorear por sus dueños”. (3)
“Para nosotros son animales exóticos, es decir
son animales que no pertenecen al lugar, al ecosistema. Los caballos pisan el
bosque, se comen los renovales del bosque, están haciendo un daño”. Agregó:
“nuestro cuerpo de Guardaparques realizan procedimientos sobre el control de
animales exóticos en este caso caballos en Tierra del Fuego, en el Palmar
controlamos jabalís en otros Parques controlamos el ganado, lo hacemos en el
marco de la autorización de las máximas autoridades y en el marco de la
normativa vigente en el país”. Aclaró: “no todos los procedimientos son iguales dentro del País,
en casos extremos donde los animales
exóticos se encuentren en zonas remotas donde no se pueden atrapar, se pasa a
la eliminación del ejemplar en otros casos de fácil acceso se encierran en un corral y se publica en el
boletín oficial”.
Ante la pregunta de FM Provincia
si avala la matanza de caballos en el Parque, Cichero que es bióloga, respondió con un rotundo sí: “por supuesto
avalo la eliminación de caballos dentro
del Parque Nacional Tierra del Fuego”. Recordó que además de dañar al
ecosistema, "repercute para todos los
argentinos porque el Parque Nacional Tierra del Fuego, es para todos los
argentinos, y es para que todos disfrutemos de sus bosques, de sus animales
autóctonos. Los caballos son para que la gente los tenga en sus campos y para
trabajar. Cuando un señor rompe el alambrado
y deja entrar los caballos, lo que hace es vulnerar el derecho de todos
los argentinos de disfrutar el Parque Nacional, entonces comete una acción
ilegal y nosotros como custodia de los Parques Nacionales tenemos que actuar en
consecuencia y en ese razonamiento por supuesto que avalo el control de los
caballos” dijo.
Finalmente recordó a los críticos: “Somos un organismo autárquico que tenemos facultades para actuar dentro de nuestro territorio, tenemos una Ley, la Ley 22 .351 es una Ley Nacional y dentro de esa Ley nos permite hacer el control y manejo de especies exóticas”. “No esta bien que los turistas que visiten Tierra del Fuego vean todo un bosque pisoteado con todos los renovales arrancado por una tropilla de caballos sueltos. Ustedes dejan fluir lo emocional por sobre lo racional creo que a la gente hay que informarla bien y ser imparcial cuando uno informa”.
Finalmente recordó a los críticos: “Somos un organismo autárquico que tenemos facultades para actuar dentro de nuestro territorio, tenemos una Ley, la Ley 22 .351 es una Ley Nacional y dentro de esa Ley nos permite hacer el control y manejo de especies exóticas”. “No esta bien que los turistas que visiten Tierra del Fuego vean todo un bosque pisoteado con todos los renovales arrancado por una tropilla de caballos sueltos. Ustedes dejan fluir lo emocional por sobre lo racional creo que a la gente hay que informarla bien y ser imparcial cuando uno informa”.
¿Qué responder a la Licenciada?
Bien, vale la pena recordar que, siendo los animales vidas que preservar, hubiera sido mucho más
recomendable de parte del servicio de Guarda Parques, movilizar los caballos
hacia terrenos no protegidos o bien, entregarlos a gente de campo de escasos recursos. Pero claro, la Licenciada
habla porque sabe y el resto, critican desde lo emotivo.Contra el título, las voces de los pueblos poco puede.
Parece ser que para los
guardaparques es más importante la industria del turismo que el resguardo de
especies. Como si el mensaje fuera “mientras un área atraiga turistas, vale la
pena preservar, de lo contrario, no”. Sin embargo, corresponde darle la razón a Cichero en este punto. Es conveniente preservar en la medida de lo posible, nuestros parques de la llegada de fauna exótica pero con criterio. Por ejemplo: los guardaparques usan caballos: ¿deberían marchar a pie de ahora en adelante por utilizar animales exóticos? ¿Qué de los perros y gatos que se observan acompañando a los guardias? Creo que lo mejor hubiera sido atrapar a las bestias "exóticas" y entregarlas a instituciones de protección de animales. Pero la Licenciada no piensa emotivamente, ella es científica y por lo tanto, racional y la razón pocas veces da paso al amor. Es por eso que Paula Cichero apoya los disparos y la muerte por sobre el lazo y el arreo.
Matar animales exóticos no es privativo de la política conservacionista de Cichero. Ya en 2008 el gobierno australiano se propuso matar a balas 10.000 caballos salvajes por considerlos plaga. Mejor matarlos que arriarlos y entregarlos a los ganaderos. Así de simple.
Matar animales exóticos no es privativo de la política conservacionista de Cichero. Ya en 2008 el gobierno australiano se propuso matar a balas 10.000 caballos salvajes por considerlos plaga. Mejor matarlos que arriarlos y entregarlos a los ganaderos. Así de simple.
Caballo muerto por Guarda Parques en Tierra del Fuego
¿Esto es racionalidad?
Racional hubiera sido arrear a los animales fuera del Parque Nacional
Y entregarlos a sus dueños o bien, a instituciones de bien público
O a pobladores rurales de bajos recursos.
En todo caso, los caballos nada saben de Parques y leyes.
Debieron castigar a los dueños y no matar a los inocentes.
En todo caso, los caballos nada saben de Parques y leyes.
Debieron castigar a los dueños y no matar a los inocentes.
Foto
Gentileza
Shelknam Sur
Actualización
Lunes 27 agosto de 2012
Actualización
Lunes 27 agosto de 2012
¿Matanza de gaviotas para “aliviar”
a las ballenas francas patagónicas?
Ante el agravamiento de los
ataques de la gaviota cocinera a las ballenas francas, el gobierno de Chubut
optó por recurrir a la Policía para erradicar en forma violenta a los molestos
pájaros.
Según informaron las autoridades,
las aves se arremeten un 25 % del tiempo en los cetáceos se asoman a
la superficie, obligándolos a cambiar la postura para respirar y afectando el
amamantamiento de las crías.
La medida es criticada porque,
además de no resolver el problema dicen, causa un daño ambiental. Tampoco se ha
explicado que sucederá con los tiburones quienes sin duda, se aproximarán por
miles debido a la sangre derramada de las aves.
La ballena franca austral, de 14
metros de largo y 40 toneladas de peso, encuentra refugio durante el invierno
del hemisferio sur en los golfos Nuevo, San
José y San Matías, pero solo en los dos primeros las gaviotas tienen
comportamiento agresivo.
Marcelo Bertolotti, doctor en
biología del Centro Nacional Patagónico (Cenpat), explicó al diario 'Clarín'
que "estos ataques retrasan el crecimiento de los ballenatos, ya que
interrumpen su amamantamiento. Y por lo tanto se debilitan".
También calculó, según los
últimos estudios, que la "frecuencia de ataque" alcanza al 25%.
"Si se está frente a las ballenas durante cuatro horas, habrá gaviotas
atacándolas al menos durante una hora".
"El problema es tan
importante que los cetáceos hasta cambiaron su forma de respirar. Hasta hace
unos años, la ballena hacía un movimiento oblicuo, salía a 45º del agua.
Asomaba la cabeza, después el lomo y por último la cola. Y así respiraba",
describió.
Notas
1. Paz Barreto; Daniel: Fallida intervención humana en la relación predador - presa. El singular caso de las orcas en Punta Bermeja, Río Negro en: Masera; Ricardo Freddy; Lew; Juana; Serra Peirano; Guillermo: Las mesetas patagónicas que caen al mar: las costas rionegrinas; Gobierno de Río Negro; 2005; páginas 399 a 407.-
2. En 1975 el guarda faunas Juan Carlos Lopez había bautizado dos hermanos orcas como Mel y Bernardo. Este último desapareció en el mar en 1993 después de que fuera registrado por primera vez en 1968. Mel convertido en un macho vigoroso siguió cazando pero, en 2009, se dudaba que viviera mucho más ya que se lo había visto muy enfermo producto de una infección en uno de sus dientes.Finalmente, en 2011 dejó de verse. Solo Dios sabe donde terminó sus días este poderoso Nemrod de los mares australes cuya técnica de caza por varamiento playero fue el asombro de quienes lo vieron. Se le calculaba para entonces una edad de 50 años. O sea, ya había cumplido el ciclo de vida de la especie cuando se hallan en libertad.
De los guardafaunas que comenzaron a estudiar las orcas, dos han destacado a nivel internacional. Uno es Juan Carlos Lopez y el otro, Roberto Bubas. Este último ha logrado un contacto muy íntimo con las orcas, a tal punto que al convocarlas, ellas se le acercan y se dejan tocar. Este increíble comportamiento, de una mal llamada “ballena asesina”, desmiente por completo su naturaleza malvada. Sin duda, cuando matan, no lo hacen por placer asesino sino para alimentarse.
3. Ver Shelknam-Sur de Tierra del Fuego el artículo "Ustedes dejan fluir lo emocional por sobre lo racional"
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¿Reconocen las orcas a los seres humanos ?
Tal parece que sí, luego de ver estas increíbles imágenes captadas por
Animal Planet, donde se ve al Guardafaunas argentino Roberto Bubas
Interactuando con orcas salvajes.