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domingo, 2 de agosto de 2015

PECADO y EL PLAN DE SALVACIÓN



Según la teología protestante conservadora
¿Qué es el pecado?
¿En que consiste la salvación?



La palabra viene del griego “harmatia” cuyo significado es “errar al blanco”. Algunas personas declaran no creer en el pecado. Suponen que es un “invento” de la teología cristiana con el siniestro fin de introducir miedos en la población con el único propósito de maximizar el control de las voluntades por medio de la religión.  Una agnóstica con quien dialogaba en el pasado, me solía repetir este concepto.No negaremos que la historia registra casos de manipulación severa del término para controlar poderes temporales, sobre todo, políticos y socioeconómicos. Aprovechadores y aprovechados siempre hubo.

Sin embargo, la Biblia afirma que la palabra pecado es un error. Para el cristianismo, pecado es vivir en desacuerdo con las normas divinas. (Juan 8:47).No todos los  protestantes distinguen entre pecado venial y pecado mortal como sí lo hacen los católicos. Estos lo definen según su  Catecismo como "una falta contra la razón, la verdad, la conciencia recta; es faltar al amor verdadero para con Dios y para con el prójimo, a causa de un apego perverso a ciertos bienes. Hiere la naturaleza del hombre y atenta contra la solidaridad humana. Ha sido definido como ‘una palabra, un acto o un deseo contrarios a la ley eterna’”.

¿Cuál fue el origen del pecado?

Según las Escrituras, el pecado no lo inventó el hombre sino una poderosa criatura angelical. En Ezequiel 28:14-19 refiere que se halló pecado en un querubín. Sin bien la Biblia hace silencio sobre porqué este ser espiritual abandonó su estado de obediencia y perfección, da a entender que experimentó deseos de ser como Dios y suplantarlo en su trono. (1)

Isaías aporta datos adicionales a este evento misterioso en la creación de Dios. (Isaías14:12-15). El apóstol Pablo, en 1 Timoteo 3:6, informa que el pecado del querubín llamado Lucero fue la soberbia, orgullo nacido quizás, al notar su propia magnificencia. Sobrevaloró su poder y su importancia; se creyó capaz de lograr cualquier cosa aún, más que el mismo Creador.

Pecado original
¿Por qué la humanidad sufre las consecuencias del error de otros?

Los evangélicos están divididos con respecto al Pecado Original. Algunos lo aceptan, otros no. Desde el punto de vista puramente humano, parece una injusticia. Es más, es una injusticia para todo aquel que no es cristiano, que el hombre cargue la culpa de un error de otro. Los cristianos han debatido por siglos sobre este misterio (verdad revelada en parte).

En nuestra jurisprudencia, culpar a un inocente por el delito de otros es una falta grave. Sin embargo, el hombre no esta del todo ingenuo. El obró en desobediencia y el pecado lo afectó en consecuencia. La Biblia afirma que el hombre vivía en estado de rectitud pero fue inducido al error. Si bien le tendieron una trampa, tenía opciones para no dejar entrampar. Pudo evitar el mal obedeciendo a Dios (Génesis 3:1-24).

La primera pareja humana tenía el deber de respetar una orden divina. No comer del árbol de la ciencia del bien y del mal. Pero obraron lo contrario por consejo de una serpiente. Los teólogos debaten si este animal es literal o simbólico. Cualquiera sea la creencia particular del lector, para cuando el hombre cometió su primer pecado, la Tierra ya conocía la rebelión del que hoy llamamos satanás o el diablo y parece que la muerte ya estaba presente. Algunos creen esto y otros que la muerte entro, como dice la Escritura, por causa del pecado del hombre. Una pregunta: ¿Cómo podría saber el primer hombre que significaba insubordinación y el peligro de la muerte sin haber visto que consistían tales cosas?

Génesis 3:21 dice: “Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió”. El lector puede imaginar si quiere, si Dios mato animales para confeccionar ropas o bien, tomo las pieles de bestias ya muertas que encontró por allí.

Que Dios creara un huerto como un lugar especial para darle trabajo al hombre, parece implicar que no toda la Tierra estaba apta para la vida tranquila. Recordemos que algunos teólogos sugieren que la caída de Lucero pudo sumir a la Tierra en un caos que luego se agravó con el pecado de la primera pareja humana. (Génesis3:14-4).

Sin embargo no falta otros que afirman que el pecado y la muerte sobrevino luego de la desobediencia. En este punto notan que nadie sabe bien cuanto tiempo estuvieron aún desnudos hasta que Dios los vistió. En ese lapso, pudo haber mortandad al convertirse algunas especies en carnívoras.

Comprenderá el lector, esto es de fe ya que la ciencia moderna no avala este tipo de razonamientos. El registro fósil indica que la muerte siempre estuvo presente desde el comienzo mismo de la vida en la Tierra. Solo sostienen esta afirmación quienes adhieren al Creacionismo Científico.

De modo que el hombre, según la Biblia, cargó con las consecuencias del pecado de otro gracias a que no tuvo la fortaleza para decir no,  cuando fue convidado a comer lo prohibido.
 
Entonces
¿Somos pecadores por propia decisión?

Es lo que la Biblia apunta. Heredamos un mundo con el bien y el mal, la vida y la muerte, debido a la desobediencia de otros. Nuestros antepasados nos han traspasado la tendencia a desobedecer a Dios a tal extremo, que hubo necesidad de intervención divina en los hechos de los hombres. El rey David, gran compositor, declara en el Salmo 51:5 haber sido concebido en pecado. Esto es, no hijo ilegítimo, sino que había heredado de sus padres la tendencia al mal.

Que tenemos capacidad para pecar desde muy remoto queda claro en el asesinato de Caín quién, por celos, no trepidó en matar a su hermano Abel. “Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él” (Génesis 4: 7) le dijo Jehová antes de cometer homicidio. Es obvio que Caín había considerado el cese de la vida  como una solución. De hecho, los animales se devoran unos a otros para vivir. ¿Por qué no matar a mi hermano que compite en mi contra? pudo haber pensado mientras planificaba el atentado.

Si bien el hombre elabora leyes para contener la maldad, el corazón que cobija en su pecho es engañoso. El hombre puede llevar una vida honesta si quiere, pero lleva dentro de sí, el estigma del obrar de los ancestros. Siempre hará algo malo aunque se piense la mejor persona. El apóstol Pablo ha dejado algunas palabras sobre esta lucha interna que todo hombre y mujer afronta en sus fueros más íntimos.
¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás.Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto.Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí.10 Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte;11 porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató.12 De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno.13 ¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso.14 Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.15 Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago.16 Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena.17 De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí.18 Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios;23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.24 !!Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?25 Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado. (Romanos 7:7-25)
(C)Marc Pesaresi

 El filósofo cristiano Alvin Plantinga
Reflexiona sobre el orígen del mal
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El Plan de Salvación
Dios tiene poder para cambiar tu vida

Dice Jeremías 32.17 “¡Oh Señor Jehová! He aquí que tu hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti”.

Dios tiene poder para darte un futuro mejor 

Y escribió el apóstol Juan en Apocalipsis 21:1-3,4. “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva…Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos…Enjuagará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor: porque las primeras cosas pasaron”.

Dios por medio de Jesucristo tiene poder para darte vida eterna

Dice la Palabra de Dios, la Biblia, en Romanos 5:8,18 que “Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” y en Juan 3:16-36 y 17:3 “ De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna; pero el que desobedece al Hijo no vera la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. Y esta es la vida Eterna: que te conozca a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quién has enviado”.

Este amor de Dios por todos los seres humanos, ha permitido que podamos acercarnos a su presencia por medio de Cristo. Dice la Palabra que por gracia de Dios seremos salvos “por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se glorié. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas (Efesios 2:8-19).

Y si por medio de la fe podemos ser salvos ¿qué esperamos para ejercitarla comprobando si es verdad que Dios se acerca a los que aceptan a su Hijo como Salvador? "El que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna; y ya no vendrá a condenación, más a pasado de muerte a vida" dice la Palabra en Juan 5:24.

Dios tiene poder para perdonar todas tus faltas y darte un nuevo comienzo

El prometió además, que si alguien se convertía de corazón y de mente, si se está en Cristo “nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17). Esta afirmación es algo importante.

Si usted es una persona que se siente abrumada por haber cometido actos malos en su vida ¡imagine el alivio que experimentara al convertirse sabiendo que para Dios, todas las maldades ya no existen, que fueron perdonadas por la sangre de Cristo derramada en la Cruz y borrada para siempre de su memoria! Verdaderamente, es como Nacer de Nuevo, espiritualmente, para vivir según la voluntad de Dios

Y aunque hubiera tenido una vida de rectitud ¿que mejor oportunidad entonces, para acercar por medio de Cristo a aquel que premia toda buena conducta? Anímese, de el salto de fe que se requiere para vivir según la voluntad de nuestro creador

Dios tiene poder, para hacerte su hijo donde quieras que te encuentres

Lo invito a realizar una sencilla oración para aproximarse al Padre Celestial. Recuerde que en “Cristo tenemos redención” (Efesios 1:7), solo tiene que confesar con su “boca, que Jesús es el Señor”, creer “que Dios le levantó de los muertos” para ¡SER SALVOS! (Romanos 10:9-10).
 
Guíese por esta oración si desea ser cristiano
“Padre Celestial, confieso que hasta ahora, he vivido como yo quise. Pero quiero a partir de ahora, vivir como tú dices que debo hacerlo. Yo acepto a Jesús como Señor y Salvador de mi vida, lo acepto de corazón, por fe, para que tú Dios Creador, perdones mis pecados. Creo que Jesús es el Hijo de Dios, único cordero que quita el pecado del mundo. Yo invoco al nombre de Jesús para vida eterna. Te doy gracias por esta maravillosa oportunidad de ser tu hijo espiritual, renuncio a mi anterior vida y renazco a una nueva, lleno de Espíritu Santo. En nombre de Jesús, Dios mío, hoy me declaro hijo tuyo por tu gracia, Amén”.
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1.  En la angelología cristiana, un querubín (Heb. כְּרוּב, pl. כְּרוּבִים, Ing. trans kərūv, pl. kərūvîm, dual kərūvāyim Lat. cherub[us], pl cherubi[m], Acadio ܟܪܘܒܐ) es un tipo de ángel. Son considerados como los guardianes de la gloria de Dios. Su nombre significa «los próximos» o «los segundos». Uno de estos seres, muy poderoso o quizás el más poderoso de todos los ángeles, cayó en soberbia y decidió en una variedad de "golpe de estado" quedarse con el Trono o gobierno de Dios.¿Cómo pudo una criatura tan poderosa y perfecta caer en error? Es un misterio sobre el cuál debaten desde hace siglos filósofos y teólogos. (Recomiendo ver el video de Alvin Plantinga más arriba).

Aparentemente su labor consistía en supervisar la Tierra ya que, al enfrentar luego como satanás o adversario a Cristo, le recordó que todos los reinos del mundo "le habían sido entregados". En Ezequiel 1:9 se dice de los querubines que «sus alas se juntaban unas con otras», por lo que se da la imagen de un grupo homogéneo, constituyendo una especie de «carroza celestial». Sin embargo, este no puede ser su aspecto verdadero sino una variedad de  antropomorfismo (del griego «ανθρωπος» «anthrōpos», 'humano', y «μορφη», «morphē», 'figura o forma').

Su desplazamiento según las Escrituras es muy veloz: «los seres iban y volvían, como si fueran relámpagos» (Ez 1:14).  Ahora bien, en su etimología hebrea, karov significa «cercano». Los querubines son seres que pueden ser vistos solo por quienes son beneficiados con el poder de Dios; la Biblia llama esto "abrir los ojos", necesario para poder observar algunos seres espirituales, es decir, a un estado en el que el cielo «se abre para ellos» (Ezequiel 10:14; I Reyes 6:23-28).

TIEMPO

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