domingo, 23 de marzo de 2014

¿ES POSIBLE LA REVELACIÓN DE DIOS SIN BIBLIA?



Miker es un amigo chileno a quién conocí hace unos años atrás, en un foro llamado Ayafin Chile donde nos agrupábamos víctimas y afectados por la religiosidad de los Testigos de Jehová. El grupo lleva años disuelto pero entre muchos de nosotros, quedó  amistad. 

Me ha planteado una serie de post sobre Dios y he aceptado responder. No nos anima el debate, ni la apología, sino el diálogo.  Su escrito puede consultarse clickando AQUÍ.


 Antiguo dios EL
Creador de todas las cosas, padre de todos los dioses y de la humanidad
Foto
Gentileza
Wikimedia Commons

Miker pregunta:
 ¿Es posible la revelación sin Biblia?

El interrogante de Miker plantea varios modos de respuestas. Ensayaré algunas:

La Palabra dice que a los primeros siervos del Altísimo, les fue revelada su existencia antes que la Biblia fuera redactada. Esto es lo que, en Teología, se llama RevelaciónEspecial. Dios interviene en la vida de algunas de sus criaturas y se da a conocer. De modo que hubo un tiempo donde a Dios se lo pudo conocer sin Biblia queriendo decir con esto, que pocos tuvieron el privilegio de ver y de este modo, comprobar, la existencia del Todopoderoso. Estos acontecimientos dejan mal parada a la razón puesto que sin revelación, la mayoría de la humanidad ni siquiera imaginaba la existencia de Dios. ¿O sí?

Hay debate en este punto. Los descubrimientos arqueológicos indican que, en el pasado remoto, los hombres tenían conocimiento de la existencia de un Dios mayor. Las excavaciones en Ebla, actual siria, incluso se lo menciona como El

Cuanto más atrás se remonta la arqueología en Medio Oriente, mayor indicios encuentra de la creencia en un Dios superior padre de todos los dioses. Para los cristianos, esto no es sorpresivo. Los primeros hombres, desde siempre supieron de la existencia de un solo Dios. Para la increencia, resulta curioso que, en la remota antigüedad, existiera en el Mediterráneo Oriental y entre los Semitas, un Dios mayor a todos los demás. 

Pero esto es “bíblicamente” hablando. Desde el punto de vista del cientificismo ateo, Dios es una fantasía, una abstracción de la mente del hombre, una creación mental de ayuda psicológica. Una muleta. La religiosidad, especulan algunos, nació como una herramienta para aceptar la violencia de la naturaleza que afectaba al hombre primitivo. Alguien, se supone, dedujo que los cuerpos tenían espiritu y que estos elevaban a los cielos -ámbito inaccesible para los antiguos- donde mediante buena o mala climatología, podrían favorecer o castigar las conductas de los hombres. No hay ninguna prueba de que el hombre se volviera religioso de este modo.

La Biblia dice que Dios se reveló a la primera pareja humana y luego, a varios de sus descendientes. Pero no todos aceptan esto y muchos se aferran a los descubrimientos antropológicos. Denuncian que creer en Dios es una vanidad. Como me explicó un ateo, si Dios es fantasía, toda la parafernalia moral y crédula creada en torno al mito no es sino, conocimiento falso y objetable.

Aquí la razón atea descree y no tiene ánimos de indagar sino más bien, refutar.  Pero este modo de razonar no explica cómo llegaron los primitivos a pensar que había deidades involucradas en la violencia natural. Hay muchas teorías, pero ninguna certeza sobre este asunto complejo. Por el contrario, la Biblia dice que el hombre primitivo conocía a Dios por observación directa (primera pareja humana) y por transmisión oral,(Adan traspasó el conocimiento de Dios a su prole y estos a los demás); ocasionalmente, Dios se manifestaba a los hombres (Abraham, Moisés, etc.).

Pero esto fue en el pasado e involucró a pocas personas. En la actualidad, alcanzar el conocimiento de la existencia de Dios sin Biblia parece poco probable. ¿Cuántos buscan a Dios? Nadie a menos que Dios llame primero. ¿Cuántos leen las Escrituras con intenciones de obedecer los mandatos divinos si Dios  no los llama antes? Casi nadie.

¿Qué es el llamado, como se lo puede identificar? Es un ardor en el corazón por saber más de Dios y este mismo deseo o interés, es una clara señal que Dios llama.  Los ateos podrán objetar que este llamado no es sino, presunción sentimental. El creyente le podrá refutar: No se  puede probar existencia tampoco inexistencia de Dios, entonces ¿cómo sabes?


¿Por qué Dios modificó el modo de acceder al conocimiento cierto de su existencia? 

Es un misterio, significando esto, un hecho no del todo esclarecido. Ahora, si la pregunta se refiere a si puede la razón del hombre alcanzar por sí sola el conocimiento cierto de Dios, debemos decir que existió, existe y existirá mucho debate al respecto. Los racionalistas están convencidos que la razón humana puede conocer todo cuanto existe. Sin embargo, esta afirmación parece temeraria. ¿Cuánto tiempo requiere la razón para saber todas las cosas? 

De ahí que algunos racionalistas aceptan que, frente al misterio, la razón si bien puede abordar el intento de explicar el misterio en algún punto deberá aceptar que algunas explicaciones le están vedadas. ¿Por ejemplo? Bien: ¿Qué había antes del  Big Bang? Es un misterio, pero que lo sea, no impide especular que hubo antes de la gran explosión.

Locura divina

Los católicos, en el Concilio Vaticano I, definieron a la razón humana sí puede conocer con certeza a Dios por las obras de la creación y por lo tanto, demostrar. Con esto ningunean la revelación especial.
La Biblia sin embargo, deja claro que “nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios”. De ahí que refuerza el concepto de la incapacidad de la razón humana para conocer a Dios por sí misma declarando: “el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura” (1 Corintio 2:11-14).

Pero Marc, podría preguntar Miker, ahí está el Universo ¿acaso no dice la Biblia que a Dios se lo puede llegar a conocer con solo ver sus obras? Bueno, en teoría es posible. Pero ahí está Stephen Hawking, por ejemplo, eminencia en su campo científico y no cree en Dios. En su opinión, todo cuanto existe, tiene origen natural y Dios no es necesario para la creación. Pregunto: si un hombre como este no logra ver en la creación la firma de Dios ¿qué podrá ver el ignorante? Digo ignorante sin ofensas. Se refiere al que ignora por no tener conocimiento. Y como Hawking ¿cuántos más existen? 

Miker me podrá insistir: -Pero, tiene que haber capacidad innata para intuir a Dios, somos criaturas creadas a imagen y semejanza…

Lacueva, un gran teólogo protestante ya fallecido, encaró el tema y escribió: “Grandes filósofos, teólogos y apologistas de todos los tiempos han reconocido en el hombre como una intuición o capacidad congénita, afincada en el subconciente, de presentir a Dios como una realidad suprema, en la que “vivimos, nos movemos y somos” (Hechos 17:28)”.

Sin embargo, advierte Lacueva: “Este innatismo, si se eleva a idea consciente y demostrable, nos lleva al falso argumento ontológico o demostración a priori de la existencia de Dios” argumentos que en su momento defendieron Anselmo de Canterbury y Descartes. Este decía: “Nuestra mente posee una idea clara y distinta del infinto; esta idea no puede proceder de la misma mente finita; luego ha tenido que ser implantada por Dios. 1.

Lacueva aporta algo más al pensamiento del francés: “La mente humana no llega al concepto de infinito por intuición de éste, sino por una abstracción mental mediante la cual despoja  lo limitado de sus límites, fabricándose así, mediante una negación, un concepto positivo aproximado de lo inabarcable”.  

Bien para no alargar esto ¿es posible el conocimiento de Dios sin Biblia? Si Dios se revela especialmente a alguien, claro que sí, pero sin revelación no es posible. Yo no creo que el hombre, por sí mismo, pueda conocer a Dios. Hablo del que llamamos “Dios Verdadero”. 

Pero el hombre aun cuando descree, habla de Dios. Claro: para ilustrar esto, se me viene a la memoria Mark Twain. En Huckleberry Finn escribió en boca de uno de sus personajes: “Teníamos el cielo allá arriba, todo tachonado de estrellas y solíamos tumbarnos en el suelo y mirar hacia arriba, y discutir si las hicieron o si acontecieron sin más”. 

Si Twain viviera, le asombraría saber que, con tanto progreso científico, aún discutimos lo mismo. Tenemos  suficientes demostraciones en el mundo donde, grandes mentes científicas y filosóficas, han sido y son, incapaces de aceptar la idea de la existencia de Dios mientras que para otros, no hay inconveniente alguno en creer en Dios y hacer astrofísica, etc. ¿Por qué? Buena pregunta, para otro post.

¿Es posible la revelación sin Biblia Marc? 

En la actualidad, la mayoría de nosotros conocemos a Dios porque alguien nos lo predica. La famosa orden de Cristo de "ir por todo el mundo predicando el evangelio" no es palabra menor. Es hoy en día una necesidad. Cuando alguien te testifica sobre Dios, inmediatamente apela a la Palabra. Sin Biblia no creo posible la revelación.

Dios en estos tiempos, llamara imprimiendo en el corazón, el deseo de seguirlo y hacer su voluntad. Al sentir este llamado, esta urgencia, el camino que se emprende es riesgoso. Las cosas de Dios, por increíble que parezca, no son sencillas de tratar.  Ahora bien: cuando se siente el llamado ¿adónde ir para conocer más de Dios? A la Biblia ¿adónde sino?

Marc Pesaresi

Bibliografía consultada

Lacueva; Francisco: Curso de Formación Teológica Evangélica; Un Dios en Tres Personas; Tomo II; Editorial Clie; Barcelona; España; 1989.

viernes, 21 de marzo de 2014

¿JUZGAR o NO JUZGAR?




Mateo 7:1-6
Escudo del que no quiere cambiar

 Fotograma 
300
Zack Snyder - 2006

Mateo 7:1-6 es un versículo problemático. No tenía idea de cuantas veces se utiliza, a conciencia o inconciencia, para evitar todo tipo de enmiendas, amonestaciones, etc, hasta que me enfrenté con la situación que lo sacó a relucir.

El problema es grave sobre todo para los encargados de guiar al pueblo de Dios.  Con sorpresa veo numerosas notas dedicadas a este versículo pero por razones de espacio, decidí tomar dos ejemplos. El Pastor Ureña se pregunta: 

¿Cuál es la aplicación apropiada de este mandamiento? 

Esos que se aferran a "No juzguéis, para que no seáis juzgado," cuando alguien valiente se atreve a condenar a esos que cometen errores doctrinales o pecados, deberían leer el capítulo entero, ya que Jesús dijo "Guardáos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas...." (Mateo 7:15). Así que si no juzgamos las obras, las palabras, las motivaciones, los frutos de esos "falsos profetas, ¿Cómo nos "guardaremos" de ellos y cómo "guardaremos a nuestras congregaciones, familias, ministerios…? En otras palabras… 

¿Cómo podemos conocer a los falsos profetas si no los juzgamos de acuerdo a la Palabra de Dios?

Si no usamos "juicio" (que según lo define el Diccionario de la Real Academia significa "Facultad del alma, por la que el hombre puede distinguir el bien del mal y lo verdadero de lo falso.", ¿Cómo conocemos a los falsos profetas? Y si no lo hacemos, ¿Cómo podemos cuidar, salvaguardar, proteger a las ovejas, de los "lobos rapaces? finaliza preguntándose Ureña.
Una hermana, cuyo nombre desconozco, ha escrito: 

“Hay quienes han hipertrofiado y torcido el consejo que en Mateo 7:1-6 da el Señor, hasta el punto de creer que no se puede emitir ningún criterio sobre las características o el comportamiento de otra persona. 

También hay cristianos que estando en pecados y no queriendo que nadie los exhorte ni les eche en cara el mal que hacen, se agarran fieramente de este pasaje. Cuando alguien va a hablarles de su mal comportamiento, en seguida responden: "¡no juzgues, no juzgues!"  

En este último pasaje vemos que nos exhorta a guardarnos de los falsos profetas, para lo cual es necesario juzgar quién es un falso profeta. Luego nos enseña cómo conocerlos, diciéndonos que se conocerán por sus frutos. De nuevo tenemos que juzgar qué es un buen fruto y qué es un fruto malo. Veamos. “Y guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, más de dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis.” (Mateo 7:15-20

Si fuéramos a aceptar la exagerada interpretación de los que pretenden creer que el cristiano no puede juzgar, caeríamos en la parálisis mental. No podríamos llamarle la atención a nadie sobre nada, porque eso sería juzgarlo. Peor aún, ni siquiera podríamos formarnos un criterio sobre la actuación de los demás, porque eso sería juzgar. Si viéramos a un individuo entrándole a palos a una anciana, no podríamos pensar que es un malvado, porque eso sería juzgar. ¡Sería algo totalmente absurdo!

Es más, la misma institución del Pastorado quedaría disuelta, porque su labor implica el velar por las almas, decirles cuándo están haciendo mal o bien; y eso sería juzgar”. 
En síntesis, el contexto del pasaje en cuestión, habla de evitar juzgar a la ligera, lo cual no invalida, el derecho a expresar juicios en caso de que sea necesario pero aplicando criterio. De lo contrario ¿qué Pastor podrá realizar su tarea si cada sermón es resplicado con "usted está juzgando"? (Ver Lucas 6:37-42).

La Biblia, por otra parte, deja claro que algunas actitudes deben ser reprendidas de modo privado y otras públicamente. Reprender exige una evaluación previa del comportamiento del ofenser, que requiere un juicio. "Y si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele a solas tú con él; si te escucha, has ganado a tu hermano" (Mateo 18:15). Si el problema es más grave: "Contra un anciano no admitas acusación a no ser sobre la base de dos o tres testigos. A los que persisten en pecar, repréndelos delante de todos, para que los demás tengan temor" (1 Timoteo 5:19,20).

Marc Pesaresi

TIEMPO

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