jueves, 5 de junio de 2014

ENFRENTAR LA ADVERSIDAD


¿Cuánto dolor soportamos en la adversidad? Si lo pudiéramos medir, nos sorprenderíamos. ¿Cuánto sufrimiento puede soportar un ser humano antes de quebrarse? 

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece 
Filipenses 4:13
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Por
Carolina Alfaro
 



Me lo he preguntado muchas veces. Sin embargo, en las peores circunstancias de nuestras vidas, aflora la resiliencia y ahí vamos, paso a paso, hacia la meta final: las bodas del Cordero. A veces parece que nos quedáramos sin fuerzas, de tanto penar en la vida. Sin embargo, cuando ya no se puede más, llega la ayuda vivificante de Dios, que nos permite seguir avanzando.


Escribió el apóstol Pablo en 2 Corintios 12:7-10 "Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por lo tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte"

La primera vez que leí este versículo, quedé con mas preguntas que respuestas; ¿cómo es posible que, pidiendo por ayuda, a Pablo no se le quitara el sufrimiento? Trasladé el versículo a mi vida y me pregunté lo mismo: ¿cómo puede ser posible que solicitando misericordia, no se me quitara el dolor? 

La respuesta es "bástate mi gracia" y " Mi poder se perfecciona en la debilidad". Incomprensible revelación al principio para mi, ya que no lograba entender los propósitos de Dios en mi vida. Luego me vino la luz: sufrimos para perfeccionarnos porque sin dolor, no puede haber sabiduría. Sin dolor ¿cómo aprender las necesidades de los demás? 

En la vida no queremos sufrir, pero en el mundo estamos y para ser buenos cristianos, tenemos que aprender a serlo primero. Toda enseñanza tiene dolor pero además, el poder de Dios se perfecciona en el que sufre porque sufriendo, mas cerca estamos de Dios. ¿Cuántos ricos conoces que, teniéndolo todo, buscan a Dios?.  "Jehová, ¿quién como tú, que libras al afligido del mas fuerte que él, y al pobre y menesteroso del que le despoja?" (Salmo 35:10,11).

En el camino de la vida, pasamos por muchos dolores, ya sea: pérdida de seres queridos, de la pareja, económicas; un sin fin de cosas, que nos llevan a dolores inimaginables. Hay momentos que no encontramos la salida a tanta oscuridad; puertas cerradas, etc.; hasta llegamos a pensar que Dios nos abandonó. 

Un muy buen amigo está atravesando en estos días, un periodo de angustia severa por la perdida de su novia; él aún no ha logrado superar la amargura a la que veo inmensa, pues se ha quebrado muchas veces a tal grado de decirme "no voy a poder superar esto, voy a ir a parar al hospital con depresión ,soy débil".

Cuando el me dijo “soy débil”  recordé el versículo que menciono arriba y le dije: -sabes, Dios no te quiere débil, porque te ha pedido que seas valiente y esforzado, y si caes en debilidad,  es para que el poder de Cristo entre en acción y te fortalezca.  En nuestras propias fuerzas nunca podemos salir del dolor, angustias aflicciones. Confía en Cristo que lo podrás todo porque te fortalece. Mi amigo tiene en 2 Corintios 12:7-10 un poderoso bálsamo para su corazón herido. Al ser débil, es fuerte. "Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; no dejará para siempre caído al justo" (Salmo 55:22).

Pero ¿como es que el apóstol Pablo soportó tanto dolor, sufrimientos, encarcelamientos, azotes y pedradas, naufragios y mordidas de serpientes y muchas cosas mas? ¿acaso era un súper héroe?; de ninguna manera: era un humano  tal y como tu y yo lo somos. Deberíamos recordar cuando decimos "soy débil, ya no soporto, mejor me quiero morir" el propósito de tanto sufrimiento. "Mi poder se perfecciona en la debilidad" le dijo el Señor a Pablo. ¿Acaso no tenemos el mismo Espíritu Santo morando en nosotros? Claro que sí. Por eso, Dios siempre sabe lo que sufrimos ya que el mismo Espíritu junto a Cristo están atentos a nuestro clamor. 

Entonces ¿porque nos deprimimos, nos tiramos en lo profundo de nuestro dolor, se nos olvida que hay un mundo allá afuera con una vida que fue preparada por Dios para que anduviésemos en ella? Levantémonos y en lugar de ahogarnos en nuestro propio dolor, busquemos superar los problemas; fortalecernos en las pruebas de fuego  para una vez ya firmes, dejar  atrás lo malo y servir al Señor exhortando a los demás para que también ellos, sean fuertes ante la adversidad. "Busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores" (Salmo 34:4).

Transformémosnos en triunfo para buen testimonio del poder de Dios en nuestras vidas, seamos valientes como verdaderos hijos de Dios, que el enemigo del Señor y el mundo que acecha y se burla, no nos vea derrumbados.

En Cristo, nos fortalece, somos muy fuertes, tanto, que un día podremos decir al final del camino “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. “ (2ª. Timoteo 4:7).

domingo, 1 de junio de 2014

CODICIA y ADULTERIO



CRISTIANO/A, NO CODICIES LA PAREJA DE TU HERMANO/A









 


Por
Marc Pesaresi
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Colaboró
Rodica Pop


Algunas parejas cristianas se han roto por causa de un tercero/a, que se mete a seducir y separar para apropiar lo que no le corresponde. ¿Es esto correcto? 

Cuando vivíamos en el mundo, hacíamos muchas cosas que nos parecían que estaban bien. Por ejemplo, acostarnos con mujeres u hombres casados no nos parecía  malo en absoluto,  como tampoco el hecho de quitarle la pareja a otro/a. Actuábamos para satisfacer nuestros deseos.

No teníamos en cuenta que para Dios, lo que hacíamos, era nada menos que violar algunos de sus mandamientos. No adulterar y no codiciar, por ejemplo, la mujer (u hombre) de tu prójimo. (Hablaremos luego del significado de prójimo) 1.

Pero ahora, por la gracia de Dios al aceptar a Cristo como Señor y Salvador nos estamos alejando  del mundo y sus costumbres y aunque vivimos en él, tenemos que vivir agradando a Dios que nos rescato de una vana manera de vivir, de la condenación de la perdición eterna, mediante la sangre del Cordero y que nos ha enviado al Espíritu Santo que vive en nosotros. Ya no podemos siquiera pensar, en quitarle la pareja a un hermano o hermana. (En Mateo 5:27 Jesús se refirió a la gravedad de codiciar una mujer ¿imaginas lo que significará para el Señor que codicies y adulteres con la pareja de tu hermano o hermana en la fe?).

¿Cómo es esto? 

Codicia es un afán desmedido por tener algo o alguien sin desear conservarlo. ¿Se entiende lo que dijo Jesús? Adulterar es engañar a  tu pareja  sin ánimos de separarte de ella; es desear poseer sexualmente a alguien sin otro fin que el goce personal. Otro caso sería pretender quitarle la pareja a tu hermano o hermana para quedártelo/a. La codicia que se siente por una mujer u hombre, da paso al adulterio.

¿Codicias a la persona que acompaña a otro hijo o hija de Dios? 
¿Se la quieres quitar? 

Cuidado, tienes una advertencia sobre esto de parte del mismo Jesús. (Ver Mateo 5:27-30). La Biblia, en Proverbios 30:20, dice que el adulterio de parte de la mujer es como comer y limpiarse la boca negando mas tarde el hecho. ("El proceder de la mujer adúltera es así: Come, y limpia su boca y dice: no he hecho maldad").

En el hombre, el adulterio es un peligro que le puede costar la vida. Proverbios 6: 20-35 advierte al varón que adultera, que la persona engañada se puede transformar en un enemigo implacable. A partir del versículo 29 dice: "Así es el que se llega a la mujer de su prójimo; no quedará impune ninguno que la tocare" y el 32 dice "Más el que comete adulterio es falto de entendimiento; Corrompe su alma el que tal hace".

Los versículos siguientes afirman que llegarse a la mujer de otro hombre le provocará "heridas y vergüenzas" y "su afrenta nunca será borrada. Porque los celos son el furor del hombre y no perdonará en el día de la venganza. (La víctima, no aceptará ningún rescate por tu vida) ni querrá perdonar, aunque multipliques los dones". (O sea, aunque quieras darle todos tus bienes para que te perdone, no los va a aceptar. Su dolor es tan grande, que querrá matarte en el peor de los casos).

¿Por qué Dios prohíbe el adulterio?

Según Mateo 19:4-6, adulterar es oponerse a una obra divina. ¿Cuál es esta obra? Según este pasaje bíblico, Dios une a un hombre y una mujer y los hace una sola carne. ¿Por qué? Dios tiene planes para cada uno de nosotros y entre estos planes, existen infinitas variantes de lo que Dios pretende hacer de nuestras vidas. Una de esas variantes es que el hombre sirva unido a su mujer.

Si adulteramos y separamos a una pareja unida por Dios, estamos directamente rompiendo un propósito para sus vidas y para la de otros. Quien sabe que perjuicio ocasionaremos adulterando, no solo en el presente sino también en el futuro. Solo Dios puede ver la extensión de daño. Nosotros no, porque en el momento de adulterar, solo nos importa una sola cosa: gozar y nada más.

Es tan importante el matrimonio, que Pablo lo compara en Efesios 5:21:33 con la unión de Cristo con su Iglesia. Dice la Palabra en los versículos 21 al 23: "Someteos unos a otros en el temor de Dios. Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cuál es su cuerpo, y él es su Salvador". Luego le recuerda a los maridos "que deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia".

En relación con la unión de Cristo y su iglesia llamada la boda del Cordero, termina el pasaje afirmando que el matrimonio es un misterio queriendo decir con esto, que es una unión cuyo valor trascendental esta por el momento oculto y que si bien excede el entendimiento humano, no es contrario a la razón. Podemos entender que el matrimonio es importante para Dios aunque no podamos ver las consecuencias futuras de su perdurabilidad o ruptura. En otras palabras, existen consecuencias para bien y para mal, dependiendo si la pareja se mantiene unida o se aparta.

Dice Pablo: "Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia. Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismos; y la mujer respete a su marido". De manera que adulterar es faltar el respeto a Dios y  a tu cónyuge.

¿Qué pasa si rompemos el noviazgo o matrimonio de un hermano o hermana? 

Cuando Dios une dos personas para algún propósito, quien interrumpe la unión, está oponiéndose a Dios. (Ver Hechos 5: 34,39). Hacerlo equivale arriesgar a ser represaliado.

Supongamos que un cristiano le quita la novia a otro que tiene una buena conducta tanto delante de Dios como de su pareja y este, en su dolor por la pérdida, clama a Dios. ¿Qué puede hacer el Señor sino responder al que sufre?

Dios es amor, perdonador, pero también es justicia. ¿Para qué arriesgar las bendiciones por interferir un proyecto de vida y ministerio divino? ¿Acaso no hay suficientes hombres y mujeres libres en las iglesias? ¿Quieres provocar a Dios para que tome decisiones de tipo salomónicas?

Bueno, Dios sin duda va a actuar a la corta o a la larga y verás que sucede. Probablemente quien le quite la pareja a otro, se  quede con la persona que ha deseado o quizás la use para satisfacer sus necesidades fisiológicas para después desecharla. A saber...; Pero lo que no se podrá obviar son las consecuencias y la disciplina divina. Y esta puede llegar de modos inimaginables.

La doctrina de Dios con respecto al adulterio
No es una mascota que puedes domesticar y sacar luego a pasear
obligándola correa mediante, a que te siga a todas partes

La doctrina del Señor con respecto a robar la pareja de tu hermano o hermana, es quien te debe guiar a tí y no al revés. Si la obedeces, te evitará muchos males. Por algo Dios prohibe lo que prohibe.

Seguramente algunos dirán: -Me enamoré de tal persona, por lo tanto la quiero para mí.

Bien, llévala si es que puedes y luego cuando te abrumen las desgracias, no acuses a Dios de dejarte desamparado. Romper un noviazgo o matrimonio que Dios está patrocinando es lo mismo que oponerse a su voluntad. ¿Acaso te imaginas contendiendo contra el Creador del Universo, visible e invisible, y salir airoso sin ningún daño? Cuidado, Dios es misericordioso pero también sabe disciplinar. Yo en tu lugar, buscaría ayuda divina para arrancar la tentación y procurar otra persona que no esté ocupada.

Otros se excusaran: -Pero si se llevaban mal...

No importa si se llevaban mal. Un cristiano no puede meterse a robar lo que no es suyo. Si otra pareja se lleva mal, si hay discordia, es asunto de ellos resolver el problema delante del Señor.

La verdad, no existe ninguna excusa humana que favorezca la codicia de una persona comprometida o casada por parte de otra, para deleite sexual. Ni siquiera sirve gritar que amas a alguien casado o casada. La persona que esta con otra, es un territorio vedado.

Lamento mucho si el lector o la lectora esta inmerso o sumergida en este angustiante problema. Yo viví una situación semejante y solo pude salir luego de mucho tiempo y gracias a la paciencia del Espíritu Santo. Me costó lágrimas pero ahora cuando miro hacia el pasado, agradezco a Dios que me ayudó a salir  de ese infierno. Vivía para sufrir y el amor no debería provocar dolores tan afiebrados.  Pero lo mio era un amor equivocado.

Por culpa de mi terquedad y de mi falsa convicción de que Dios sabría entender y perdonar, me perdí años de buen testimonio (porque se testifica con la Palabra y también, con la conducta personal) y lo que es peor, me abrí yo mismo heridas psicológicas que solo sanaron por la misericordia de Dios cuando en verdad me arrepentí de la conducta. De modo que, sabiendo lo que se siente, yo puedo dar mi testimonio y mi punto de vista, acerca del adulterio.

¿A quién clamará el que sufre? 

A Dios, por supuesto, en nombre de Jesús. Según salmo 120 quien sufre debe clamar ayuda divina y el 121 afirma que el socorro, de inmediato, viene de Jehová quien hizo los cielos y la tierra. Ahora bien: este socorro es consolador por la pérdida sufrida pero será eficaz si el que sufre el abandono,  ayude a su vez a Dios en el proceso de sanación de las heridas, aceptando la realidad que una traición impone y dejando el asunto en manos del Espíritu Santo.

Tampoco se puede desechar la ayuda de otros para sobrellevar tremendo bajón anímico. Porque si bien el amor que sentimos por otra persona puede ser vivificante, si lo perdemos, puede llevarnos a tristezas difíciles de erradicar.

A veces es complicado superar la pérdida de un amor por culpa de otro que se mete a quitártelo porque todo nuestro ser esta en ebullición, procurando justicia por mano propia y la bronca es tan severa, que anula la razón. (Recordemos que Proverbios 6:24 habla sobre el furor que provocan los celos).

Para finalizar, es bueno recordar la pérdida de bendiciones que padeció el rey David por meterse con una mujer casada y por asesinar al marido de esta, cuando la adúltera le informó que estaba embarazada. Dice la Palabra de Dios en 2 de Samuel 12: 1-23.
Jehová envió a Natán a David; y viniendo a él, le dijo: Había dos hombres en una ciudad, el uno rico, y el otro pobre. 2 El rico tenía numerosas ovejas y vacas;3 pero el pobre no tenía más que una sola corderita, que él había comprado y criado, y que había crecido con él y con sus hijos juntamente, comiendo de su bocado y bebiendo de su vaso, y durmiendo en su seno; y la tenía como a una hija.4 Y vino uno de camino al hombre rico; y éste no quiso tomar de sus ovejas y de sus vacas, para guisar para el caminante que había venido a él, sino que tomó la oveja de aquel hombre pobre, y la preparó para aquel que había venido a él.5 Entonces se encendió el furor de David en gran manera contra aquel hombre, y dijo a Natán: Vive Jehová, que el que tal hizo es digno de muerte.6 Y debe pagar la cordera con cuatro tantos, porque hizo tal cosa, y no tuvo misericordia.7 Entonces dijo Natán a David: Tú eres aquel hombre. Así ha dicho Jehová, Dios de Israel: Yo te ungí por rey sobre Israel, y te libré de la mano de Saúl,8 y te di la casa de tu señor, y las mujeres de tu señor en tu seno; además te di la casa de Israel y de Judá; y si esto fuera poco, te habría añadido mucho más.9 ¿Por qué, pues, tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos? A Urías heteo heriste a espada, y tomaste por mujer a su mujer, y a él lo mataste con la espada de los hijos de Amón.10 Por lo cual ahora no se apartará jamás de tu casa la espada, por cuanto me menospreciaste, y tomaste la mujer de Urías heteo para que fuese tu mujer.11 Así ha dicho Jehová: He aquí yo haré levantar el mal sobre ti de tu misma casa, y tomaré tus mujeres delante de tus ojos, y las daré a tu prójimo, el cual yacerá con tus mujeres a la vista del sol.12 Porque tú lo hiciste en secreto; mas yo haré esto delante de todo Israel y a pleno sol.13 Entonces dijo David a Natán: Pequé contra Jehová. Y Natán dijo a David: También Jehová ha remitido tu pecado; no morirás.14 Mas por cuanto con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos de Jehová, el hijo que te ha nacido ciertamente morirá. (El motivo por el cuál Dios permite la muerte de un niño implica la redacción de otro post. Sin duda que, desde nuestro punto de vista moderno, permitir que el inocente pague por los errores de otros, parece castigo desmesurado e injusto).
Si tienes planes para servir a Dios ¿no querrás que te suceda lo que a David, verdad? Así que más te vale no quitarle la pareja a tu hermano, tu prójimo, tu asociado, tu ayudador, en el ministerio para el Señor. Porque si lo haces, tal vez te quedes con la persona que deseas, pero quién sabe que consecuencias deberás más tarde, afrontar por inmiscuirte en contra de la voluntad de tu Creador.

No te conviertas en el Judas de un hijo o hija de Dios

¿Le sembrarás dolor y odio a tu hermano o hermana solo porque no supiste esperar en el Señor tu oportunidad? Cuando le quitamos la pareja a alguien, la persona abandonada obvio que sufrirá muchísimo. Si amaba con todo su corazón, este poderoso sentimiento se puede transformar en un dolor insoportable, asfixiante; las rupturas provocan en ocasiones, depresiones severas; sanar requiere mucho tiempo, dinero y esfuerzos. Este tipo de angustias a veces resulta paralizante. Tanta pena puede inducir faltas graves que se disparan por la presión que provoca el despecho, los celos, la rabia.

Entre los hijos de Dios, codiciar y adulterar es una conducta errada frente al Creador, porque a diferencia de los mundanos para quienes todo  es lícito "en la guerra por el amor", nosotros tenemos advertencias y preceptos en la Biblia que nos recuerdan lo inconveniente de traicionar por codiciar la persona que esta ocupada.

Dios perdona nuestros pecados en Cristo, pero esto no significa que pase por alto las faltas que se cometen aprovechando la bondad del Señor. Él es muy bueno, pero también justo. No es agradable a sus ojos, faltar voluntariamente. Hebreos 10: 26-39 te recuerda que, si bien te perdona, no libera de las consecuencias de las equivocaciones. Nadie puede burlarse de Dios y salir impune. "A los fornicarios  y a los adúlteros los juzgará Dios" Hebreos 13:4.

Ya para terminar, recordemos que el adúltero es un mentiroso. Apocalipsis 21:8 enumera ocho grupos de personas que estarán en el lago de fuego al final de los tiempos. Uno de esos grupos estará constituido precisamente, por quienes hicieron de la mentira una forma de vida.
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1. ¿Quién es tu prójimo?

La palabra prójimo es difícil de traducir literalmente. Por lo general, asumimos que prójimo son todas las personas sin importar condición, raza o religión. Pero en tiempos de Jesús no era así.

En castellano, el vocablo admite: "persona considerada en relación con cualquier otra, con la que forma parte de la humanidad. Cualquier hombre con respecto de otro". En inglés, por el contrario, se vierte como "neighbor" que significa vecino. En la Biblia, aparece en original en griego koiné como "plesion" que significa cualquier otro hombre sin importar raza o religión, cualquier persona con quien tengamos la oportunidad de encontrarnos.

Pero en hebreo bíblico, prójimo deriva del vocablo רֵעַ réa que quiere decir asociación de ideas o רֵיעַ réya que quiere decir asociado (más o menos íntimo).  Viene de la raíz raá, cuidar, apacentar un rebaño, pastar, gobernar, alimentar, compañero, amigo, entremeter, frecuentar, etc. Asociado es una persona que acompaña a otra en alguna misión o forma parte de alguna compañía. Alguien ligado por algún tipo de relación permanente o no,  para cumplir un propósito en común donde ambos tienen participación.

Ahora se entiende, porque Jesús utilizó la parábola del buen Samaritano para hacer entender que su ministerio se extendería a todos los hombres con ayuda. En efecto, Jesús vino a ayudarnos a obtener vida eterna.

Porque en la parábola Jesús; que hablaba seguramente en hebreo con un intérprete de la Ley, una persona versada en las Escrituras que no solo leía sino que además interpretaba y explicaba a los demás; explica que prójimo ya no sería solamente un asociado (o hebreo) sino todos los demás. De ahí que termina ordenándole: -Vé, y haz tú lo mismo. O sea, ayuda y cuida a cualquiera que lo esté pasando mal. Recordemos que este intérprete llegó a la presencia de Jesús imbuido en las interpretaciones de la ley, por la cual prójimo solo eran los hebreos asociados en raza y religión.

Cuando le hace la pregunta a Jesús ¿Y quién es mi prójimo? de ningún modo Cristo lo dio por inocente porque siendo intérprete no podía ignorar quien era su prójimo. Pero aprovechando su orgullo y su intento de justificarse, torció el argumento del intérprete y le dio una lección de quién sería, a partir de ese momento, el verdadero prójimo.

Por eso y con el fin de ilustrar la dureza de corazón de los hebreos, en la parábola, pasan al lado del hombre herido; seguramente un extranjero; un sacerdote quién, conociendo la ley, no le prestó ayuda porque consideró que no era su prójimo o asociado. Lo mismo ocurrió con el levita. Jesús aprovecha el momento, para explicarle que prójimo ya no sería solamente un asociado, sino cualquier persona que "en necesidad" requiere de la implicación de otro, para colaborar en la solución de los problemas que lo afligían hasta que estos se resuelvan.





sábado, 31 de mayo de 2014

OH DIOS ¡DÉJAME TENER SEXO EN PAZ!



Parecen decir algunos cristianos
 que se niegan a obedecer  uno de los mandatos más difíciles 
NO FORNICAR

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Por
Marc Pesaresi


Es tan complicado aceptar la sexualidad acotada por  preceptos bíblicos, que no obedecer ha sido piedra de tropiezo para muchas personas. Algunos incluso, le ha costado puestos de relevancia en el servicio a Cristo. 

Mark Connelly, por ejemplo, pastor principal en una comunidad cristiana de Gilbert, Phoenix, Arizona, debió renunciar a su cargo ni bien finalizó el 2013 debido a sus infidelidades matrimoniales con hermanas. No tuvo más opción que dimitir luego que varios líderes de su propia iglesia lo descubrieron teniendo relaciones sexuales extramaritales. Connelly admitió  sus pecados y renunció como pastor principal el 30 de diciembre después de ser confrontado por sus faltas donde además, le solicitaron que abandonara la iglesia. 

El ex pastor principal de la Misión de la Iglesia Comunidad  debió soportar gran vergüenza luego que varios miembros de la iglesia lo descubrieron engañando a su esposa y le pidieran la renuncia informó The Daily Mail . Connelly lleva casado con su esposa Kay 29 años y tienen dos hijos: Lucas y Naomi.

Para los no cristianos, la sexualidad es "deliciosa". Cuanto más se fornique mejor. La vida pasa rápido y hay que darse el gusto ante que los manantiales se sequen.

El filósofo Gianni Vattimo, refiriéndose al adulterio, dice: “El Evangelio no se ha ocupado nunca de si uno va a la cama con éste o con aquél. ¿El adulterio? Tiene que ver con instituciones históricas; no es necesariamente una orden divina”. Vattimo parece no haber leído, Mateo 5:26 y 19:18 "adulterio"; Marcos 10;19 “No adulteres”; Lucas 18:20 “No adulterarás”. Incluso en debates, algunos pornógrafos defienden el derecho a fornicar cuando se nos antoje, declarando inclusive que el sexo es industria si se lo masifica y como tal, un trabajo más que debe ser rentado. (Adulterar es fornicar con otra persona engañando al cónyuge)

No fornicar
¿Qué parte de este mandato es difícil de entender?

Hace unos días me encontré con una hermana extranjera que lleva años viviendo en Argentina. De mediana edad, empresaria, separada sin trámites de divorcio, asiste a una iglesia evangélica pentecostal desde hace dos años.  Trabajadora infatigable, goza de excelente reputación social en la ciudad donde vive. La gente no creyente la reconoce como mujer luchadora y honesta.

Entre charlas comentó que “el Señor” le había dado experiencia en un tema tan controversial como la sexualidad. Intrigado, más prudente, no quise ahondar mucho qué tipo de experiencias le había proporcionado. Pero no faltó preguntarle.  Rato después, comenzó a narrar como si de una confesión se tratara que, por rebelde, había estado saliendo con un hombre no creyente quien luego de varios meses, la echó de su lado y no la quiso ver más. (Sus palabras tenían regusto amargo cuando recordó el episodio).

Luego, recordó, tuvo otra relación sentimental más con otro no creyente, hasta que por fin, el “Señor la convenció” que no debía unirse en yugo desigual con los incrédulos. En síntesis, había tenido sexo dijo, con el marido antes de separarse y con dos más, en menos de un año. Nada asombroso por cierto, cuando sabemos de personas que se acuestan con alguien diferente una vez por día como máximo o por semana, como mínimo.

Mientras la buena mujer hablaba, yo soltaba comentarios de ocasión. “Qué fuerte”,  “Gracias a Dios”, “Que bueno que entendió”, “Yo también tuve y tengo la misma lucha”, “Me sucede lo mismo” etc.  La charla parecía terminar como una más de las tantas que tenemos diariamente.  Sin embargo al rato reveló un detalle significativo: dijo que no está dispuesta a dejar de tener sexo porque le gusta y lo necesita. Atiné a balbucear tontamente: - Bueno, la Biblia dice que el sexo por fuera del matrimonio  es...

Me interrumpió para preguntar: -¿Por qué un Dios de amor inventaría el sexo para luego prohibirlo?Todos necesitamos del sexo, hasta vos.  Y sin darme tiempo a  pensar en el asunto agregó: - El sexo es muy bueno. Dios sabe que estamos en la carne por lo tanto, tener sexo dos o tres veces por semana es aceptable. No creo que el Señor ponga reparos. Uno no se va a andar quemando de ganas. Dios va a entender la necesidad. Y eso lo sabés bien, porque hace tiempo hacías lo mismo. (Me refregó con el pasado que cada tanto habla y condena).

¿Se pueden negociar los mandamientos de Dios?

Muchos hermanos piensan que los cristianos vivimos dentro de una democracia parlamentaria cuyas autoridades fueron elegidas por votación popular. Que llegado el caso, podemos negociar los mandatos divinos como lo hacemos sindicatos de por medio, con las autoridades de nuestras naciones. Nada más equivocado.

Nosotros los evangélicos, creemos que fuimos comprados por precio de sangre derramada por Cristo en la cruz del calvario. Somos siervos de un Dios Altísimo. Obedecer es la regla. Vivimos bajo el imperio de una Teocracia. Pero cuidado, esta Teocracia divina ha pensado mandamientos para el hombre que de cumplirse, no habría casi violencia tampoco injusticias sobre la Tierra. De modo que pretender tener relaciones sexuales sin consecuencias siendo cristianos no es aceptable para Dios. Si él dice no, por alguna razón ordena. No podemos ir a la presencia del Creador gritando: ¡Dios, déjame fornicar en paz!

Yo pase años tratando de entender este punto. Recuerdo los disgustos de mi pastor Darrell Morán quien trataba de aleccionarme en su cocoliche yanqui argento –jerga difícil de entender en la que se expresaba- sobre las bondades de tener una sexualidad por dentro del matrimonio y no por fuera del compromiso nupcial. Pero yo, lleno de vida y ganas de disfrutar los placeres de la carne femenina, ni siquiera negociaba con Dios. Directamente lo desobedecía.

Hasta que, luego de vivir en carne propia las consecuencias de mis rebeldías y con la piedad de Dios y del Espíritu Santo y quien sabe cuántas intercesiones de parte de Jesús nuestro abogado, logré aceptar una mañana que la Biblia en este punto, tiene toda la razón. No se puede fornicar con la bendición de Dios por fuera del matrimonio.

Ahora bien: si el lector quiere fornicar, es su decisión. Pero la Biblia no apoya ninguna relación sexual por fuera del casamiento. Esto no significa, por supuesto, que hagamos lo  que nos parece mejor  y algunos decidirán por acostarse con quien deseen. Eso sí, después no se culpe a Dios por las consecuencias. Él ha sido claro: No fornicar y Pablo ha dicho: Huid de la fornicación. ¿Qué más necesitamos para convencernos? ¿Qué baje Dios en persona para corroborar lo escrito en la Biblia? Bueno, en algún momento regresará Cristo con toda su gloria.

¡Pero yo soy joven y quiero tener sexo!

De acuerdo. La Biblia dice no y tu carne grita sí. Decide. Los de afuera solo podremos repetir lo que la Biblia declara y demanda. Luego, corre por cuenta de cada uno lo que se habrá o no de hacer. Cada cual tiene una relación personal con Cristo y sabrá en su intimidad si quiere o no obedecer, si le conviene o no, acostarse con una mujer y gozar por un rato.

Lidiar con la sexualidad de los creyentes agota a algunos pastores

Hace poco, un pastor se sinceraba. “Cada vez que alguien me habla de sexo, tiemblo. No hay tema más complicado que tratar sexualidad dentro de los parámetros que exige Dios. Si le digo a todo que no, corro el riesgo que me consideren misógino o alguna variedad de monstruo que ve al sexo como antinatural. Tampoco puedo decir a todo que sí, porque la Palabra de Dios es muy clara en este asunto. La verdad, prefiero evitar el tema”.

Otros, Biblia en mano, encaran el asunto con determinación y dejan luego que el Espíritu Santo obre en los corazones de los creyentes. Pero ¿qué si el tiempo pasa y siguen algunos pecando abiertamente sin ganas de cambiar nada? ¿Tolerará la iglesia al fornicario cuando Dios no lo quiere hacer? Bueno, cada pastor sabrá cómo actuar ya que la Biblia lo aconseja y respalda. A veces no queda otra que quedar mal con el hombre para quedar bien con Dios. Nadie dijo que servir sea fácil. Pero si la Escritura respalda el argumento, el que tiene el problema con Dios no es el pastor o el hermano que exhorta sino el que se niega a obedecer.

Ahora te la das de santo

Nadie es profeta en su tierra. Muchos me recuerdan mis fechorías pasadas. Bueno, tigres somos y con rayas andamos. O sea, el que este libre de algo malo que apunte con el dedo acusador. Pero ahora quienes anduvimos en el pasado haciendo lo malo, fuimos comprados por precio de sangre preciosa de Cristo, lavados, blanqueados, purificados, estamos en proceso de santidad, somos hechos Hijos de Dios y al estar en Cristo ninguna condenación nos intimida. Hemos nacido de nuevo a una nueva vida en Cristo.

Seguramente muchos concordarán que, convertidos, otros le recordaron socarronamente el pasado. Claro, la vida no es simple para nadie y todos tenemos  algo que sirve como munición para arrojarnos de vez en cuando. No hay tigres sin rayas ni leopardos sin manchas ¿verdad? Esto lo sabe el no creyente y de vez en cuanto, te lo repasa clarísimo para que recuerdes lo mal que viviste. Sin embargo, la Biblia dice con claridad de mediodía soleado: "El que está en Cristo es nueva criatura nacida de nuevo y ninguna condenación hay, para los que están en Cristo Jesús". 

¿Qué dice la Biblia sobre la fornicación?

Por tanto, no harás alianza con los moradores de aquella tierra; porque fornicarán en pos de sus dioses, y ofrecerán sacrificios a sus dioses, y te invitarán, y comerás de sus sacrificios.

No contaminarás a tu hija haciéndola fornicar, para que no se prostituya la tierra y se llene de maldad.

Comerán, pero no se saciarán; fornicarán, mas no se multiplicarán, porque dejaron de servir a Jehová.

Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios;

Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis.

¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones,

No sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura. (Está más que claro que Dios no tiene miramientos con el tema de la fornicación. ¿Por qué pide Dios que nos abstengamos de algo que da tanto placer? Pablo dice que, todo pecado se comete fuera del cuerpo, pero la fornicación afecta el cuerpo del ser humano el cuál para los creyentes, es el Templo del Espíritu Santo).

Para finalizar, voy a cerrar con un extracto de un escrito de una bloguera llamada MeliR que dice:
“El sexo es un don de Dios para el gozo mutuo de las personas casadas. Está en la Biblia, Proverbios 5:18, "Sea bendito tu manantial, y alégrate con la mujer de tu juventud".

El romance y el don divino de la sexualidad son altamente recomendables dentro del matrimonio. Está en la Biblia, Hebreos 13:4, "Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios". 
Dios designó el sexo como parte de la relación matrimonial. Está en la Biblia, 1 Corintios 7:5, "No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia".  
Para no herirnos mutuamente, los deseos y las actividades sexuales deben ser puestas bajo el control de Cristo. Está en la Biblia, 1 Tesalonicenses 4:3-5, "Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios"
El séptimo mandamiento prohíbe el adulterio. Está en la Biblia, Éxodo 20:14, "No cometerás adulterio". 
El pecado sexual es destructivo, aun cuando los efectos no sean aparentes inmediatamente. Está en la Biblia, 1Corintios 6:18, "Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca". 
¿Cómo empieza el pecado sexual?  Está en la Biblia, Mateo 5:28, "Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón".
La Biblia es clara en la ordenanza de no fornicar POR FUERA del matrimonio. Mucho menos si no se está casado. ¿Difícil verdad? Sobre todo para quienes venimos del mundo donde hemos probado casi todo.

Pero bueno, ahora somos cristianos. Tenemos que obedecer lo que Dios nos pide. Fornicar, observen el detalle,  es falta grave, tanto, que esta al mismo nivel de no matarás, no robarás, etc. De modo que los cristianos no pueden inventar excusas para justificar sexo anterior o fuera del matrimonio. Aún así, cada cristiano tiene el derecho de decidir que sexualidad le conviene aún si decide ir a contrapelo de lo que dicen las Escrituras. Tienes la chance de elegir que quieres hacer con tu vida sexual. Luego, también tendrás la oportunidad de lidiar con las consecuencias.

Para los que no creen, el sexo es lo mejor que ha inventado la naturaleza por lo tanto, el que deja de gozar por obedecer a un Dios que no se ve y cuya existencia es imposible de demostrar, adolece de problemas mentales producto de excesivo misticismo.



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jueves, 29 de mayo de 2014

ATEOS Y CRISTIANOS -FRANCIS SPUFFORD Y SU "QUERIDOS ATEOS"


Aunque algunos lo deseen
parece imposible, por el momento, 
el diálogo tolerante y colaboración
entre Ateos y Teístas
para construir un mundo mejor

¿Colaboración entre ateos y teístas como lo hacen estas hormigas?
Por el momento, algo difícil de considerar. 
Los radicalismo están en auge.
Y las partes se enfrentan en debates que han conducido
hacia un resurgimiento tanto de la apologética atea,
como  de la cristiana.



Francis Spufford; editor y escritor; ha publicado en el País de España, un artículo titulado “Queridos Ateos” donde le solicita a los incrédulos reconocer que, tanto ellos como los cristianos, son creyentes que apelan a la fe para sostener un entramado ideológico. Le ha replicado Jorge Blaschke, respuesta que tratamos más abajo.  Spufford, en resúmen, dice: 
“Permítanme que venga a molestarles con un proyecto: el de respeto mutuo entre ateos y creyentes. Se apoya en un principio muy sencillo: ambos sostenemos una postura para la que, por definición, no hay pruebas. Nosotros creemos que existe un Dios y ustedes creen que no; cuando, en realidad nadie lo sabe, ni puede saberlo; no es una cuestión susceptible de ser probada. La ciencia, como mucho, puede demostrar que no hay necesidad de Dios como explicación física de nada. Puestas así las cosas, la posición natural, neutral y moderada sería el agnosticismo: un calmado, indiferente desconocimiento. 
Sin embargo, usted y yo y esas salvajes criaturas románticas que somos, nos apresuramos a tomar posiciones de fe sobre el asunto. Esta compartida (aunque enfrentada) extravagancia podría convertirnos en almas gemelas. O en sin-almas gemelas; yo digo lechuga, usted dice tomate, pero al menos ambos estamos hablando de hortalizas. Ateos y creyentes son, en formas opuestas, gente con convicciones, gente que se queda fuera del centrado campo del empirismo. 
Mes frères, mes soeurs, mes semblables! Abracémonos, porque todos somos refugiados huyendo del aburrido pragmatismo”. Luego añade: “Ustedes sacan la carta de la dignidad del materialismo, y nosotros ponemos al lado la aceptación cristiana de lo trágico, lo desechado, lo irreparable. Ustedes sacan el humillante descubrimiento de la pequeñez y la contingencia de la humanidad en el cosmos, y la idea enaltecedora de que en cualquier caso la vida humana sigue teniendo sentido. Nosotros sacamos la universalidad del fracaso humano, y la esperanza de escapar de la búsqueda eterna del beneficio propio. Nosotros enseñamos nuestras cartas y ustedes enseñan las suyas. Y juntos admiramos las previsibles apuestas que nos sostienen. 
No obstante —y ahora sí que intento provocar— antes de eso, creo que ustedes deberían ser un poco más claros sobre cuál es el contenido emocional de su ateísmo. Ustedes son quienes aseguran estar actuando a partir de una simple carencia, a partir de una no-creencia, pero, ya que hablamos de ausencias, el ateísmo contemporáneo no parece involucrar sentimientos convincentes ni de lejos. No todo es leer a Lucrecio, o pensar en la naturaleza de las cosas hermosas. 
Para muchos de ustedes, el objetivo del ateísmo parece ser no tanto la no-relación con Dios, como una viva y hostil relación con los creyentes. La misma existencia de la religión parece ser una afrenta, un atrevimiento, un picor que no pueden evitar rascar. La gente a la que no le gusta coleccionar sellos no tiene una revista especializada llamada El Antifilatélico. Ustedes sí. Lo que hacen es el equivalente a irse un domingo a la plaza Mayor de Madrid con pancartas contra la venta de sellos. 
Cuando en un diario progresista se habla de eso de las creencias, los comentarios suelen estar copados por tertulianos que lanzan su desprecio con la misma fuerza que un extintor de incendios. Es como si hubiera una pequeña onda transgresora de satisfacción que solo se pudiera alcanzar pronunciando palabras despectivas allí donde un cristiano de verdad pueda oírlas. Y esto no puede ser bueno para ustedes. Nunca es buena idea creer que el placer de la agresión esconde detrás una virtud. Se lo dice una persona religiosa. Eso sí que lo sabemos con certeza”.
Por supuesto, el artículo ha hecho ruido y no tardaron en aparecer algunos contrapuntos ateos. Me detuve a leer uno cuyo autor;  Jorge Blaschke; a pesar de ser un prolífico escritor, su pensamiento yo no conocía. Así que, picado por la curiosidad, fui a ver que le respondía a Spufford.
“Comparto con el que ni creyentes ni no creyentes podemos demostrar, unos que existe Dios y otros que no existe. Para los primeros es cuestión de fe, para los segundos cuestión de razón. Los primeros se apoyan en la tradición religiosa y los segundos nos apoyamos en el humanismo y la ciencia. 
Una discusión proselitista entre ateos y creyentes sería inútil, ninguna de los contertulios podría convencer al otro. Habló de cristianos y ateos, no de otras religiones en las que impera una intolerancia imposible de superar, y aunque me sabe mal decirlo, ante la intolerancia: intolerancia. 
Creyentes y no creyentes sólo pueden sentarse a dialogar sobre los peligros que les amenazan: las sectas que se amparan en pseudo-religiones y pseudo-ciencias. Un peligro para todos aquellos infelices que caen en sus redes y que pueden ver destrozadas sus vidas por estructuras crematísticas dirigidas por líderes dignos de compartir una celda con Hannibal Lester. Creo que creyentes y no creyentes estamos de acuerdo que no podemos permitir estas manipulaciones cerebrales en los seres humanos. 
Francis Spufford olvida en su artículo que los no creyentes ya son casi tantos como los creyentes cristianos. Que existen movimientos humanista y transhumanista y que si esos movimientos son verbalmente agresivos con el cristianismo, es porque se sienten atacados por la Iglesia, que aprovecha su convivencia con determinados gobiernos para imponer leyes que beneficien su poder sin considerar que, esas leyes, afectan a todos los ciudadanos, entre ellos los no creyentes. Por lo que hay que considerar quién es el agresor, y el porqué del rebote de las asociaciones ateas. 
Spufford, en su artículo, es el primero en atacar a Richard Dawkins, a quién acusa de no saber nada sobre religión. Tal vez le sepa mal que Dawkins sea autor de varios bell-sellers como “El espejismo de Dios” o “El gen egoísta”, cosa que por ahora no ha conseguido su libro “Impenitente”. Sépase que Dawkins es también líder del movimiento Transhumanista en el mundo, ganador de muchos premios científicos y fundador de la “Richard Dawkins Fundación para la Razón y la Ciencia”. 
Pienso que el artículo de Spufford, “Queridos ateos…”, empieza con un título engañoso, un artilugio en el que si bien al principio es reconciliador, tiene una última columna llena de reproches y advertidas provocaciones. Nos acusa de carecer de sentimientos convincentes, de hostiles y gratuitas posturas con los creyentes, de ver la religión como una afrenta y una encubierta acusación de proselitismo antirreligioso que compara con la filatelia, donde por cierto hay sellos religiosos y ninguno antirreligioso". (Puede visitar el blog de Blaschke clickando AQUÍ).
Blaschke no es un posteador cualquiera. Como periodista ha sido corresponsal del País, ha redactado unos 60 libros; Premio Nacional de Periodismo en 1982, ha trabajado en Radiofonía, escrito guiones de televisión, colaborado con La Vanguardia, la Rioja, El Correo del Pueblo Vasco, etc., y es además, fundador de la Asociación Catalana Transpersonal. En su biografía, asegura haber estudiado Paleontología y Astronomía y haber participado como Co-director en tres campañas paleontológicas y otras tres de investigación en Tassili, Argelia. De modo que su historial lo reporta como una persona que sabe muchísimo más que el promedio. ¿Entonces...?

Me ha llamado la atención que, al margen de asentir que puede haber un diálogo, este solo puede estar condicionado por la crítica en unísono al accionar de grupos minoritarios. Por ejemplo, cuando afirma que los cristianos y los ateos encontrarían un espacio de diálogo en cuanto a lo peligroso del accionar de las sectas y nada más. El resto de la respuesta es un réplica contra Spufford. Colijo entonces que, el único punto donde los ateos y cristianos podemos coincidir es precisamente, en criticar y accionar contra las sectas destructivas. O sea, nos uniría hipotéticamente, la crítica hacia otros colectivos y nada más. 

Blaschke da la impresión de no tener ganas de charlar en términos amigables con los teístas que difieren sus puntos de vista. Primero afirma que Spufford olvida que los incrédulos son casi tantos como los creyentes cristianos olvidándose también él, tremendo auge del cristianismo protestante en América del Sur y Central donde, en menos  de 20 años, los colectivos evangélicos han alcanzado a millones de personas y adquirido poder político, económico y social en una escala jamás imaginada. 

Segundo, como suele suceder en el ateísmo ibérico, no puede dejar de recordar que su ateísmo es una respuesta a lo que él considera agresividad de parte de la Icar (Iglesia Católica).  Convengamos que la mayoría de los ateos peninsulares sienten un rencor visceral hacia el catolicismo porque, como bien lo explica,  los curas se asocian  a poderes políticos temporales para obtener réditos ninguneando a los demás. Esta visión crítica es compartida incluso, por figuras del protestantismo español. (Ver reportaje a César Vidal clickando AQUÍ).1

Luego, Blaschke se niega a aceptar que el ateísmo sea agresivo y afirma que si lo parece, es porque se está defendiendo de las acusaciones de la Icar. Le recuerda en tono irónico a Spufford, que Dawkins por ejemplo, es un ateo que ha escrito libros muy reconocidos algo que no sucede con otro publicado por Spufford. En este puento, sorprende que un ilustrado como Blaschke ignore adrede que aún existen ejemplos de ateísmo asociados a corrientes políticas que de tolerancia y mansedumbre no tienen ni pizca. Quizás escribió en su blog de apuradas. Luego tal vez, perfeccione su escrito. Habrá que esperar. 

En síntesis, esta más que claro que el diálogo ateo-teísta es una pérdida de tiempo. No puede existir porque el agua y el aceite jamás conseguirán mezclarse a menos que algo los fuerce desde el exterior. Ateos y teístas están condenados a enfrentarse en una lucha épica de gigantes hasta que Cristo llegue y establezca su reinado. Entre tanto, habrá que acostumbrarse a realizar apologética en contra del ateísmo porque es evidente, que estamos frente a una incredulidad que opera como una creencia religiosa. 

(C)Marc Pesaresi.


1. Aquí podría haber otro punto de coincidencia. Criticar a la Icar española por apropiarse de la verdad y por sobre todo, de los fondos gubernamentales que son pagados por todos los habitantes de España, millones de los cuales nada tienen que ver con el catolicismo.

lunes, 12 de mayo de 2014

VIDA NUEVA COMO CRISTIANO



Ahora que eres nacido de nuevo
¿Has cambiado o sigues siendo el mismo de siempre?



 Por
Carolina Alfaro


Y cuando tu hermano empobreciere y se acogiere a tí, tú lo ampararás; como forastero y extranjero vivirá contigo 
(Levítico 25:35)




Cuando aceptas a Cristo como tu Señor y Salvador de tu vida, ¿qué tanto crees que vas a cambiar con la llegada y posterior bautismo del Espíritu Santo? 

Producido el nuevo nacimiento y convertido en cristiano: ¿Comienzas a discernir entre el bien y el mal? ¿Te observas mejor persona? 

Según nos lo dice la Biblia, el cambio es inevitable a menos, entiendo, que no hayas hecho profesión de fe sincera: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” (2ª. Corintios 5:17).

La manera en la que Dios obra en nosotros como nuevas criaturas no siempre es la misma; algunos modifican su comportamiento radicalmente, otros de a poco y algunos, les toma años cambiar ciertas aptitudes, costumbres, etc., de sus vidas. 

Muchos le dejan el trabajo del cambio a Dios, esperando que Él haga toda la obra pero, recuerda, tenemos libre albedrío lo cual implica que nosotros también tenemos que luchar contra la carne, ser esforzados y procurar un cambio positivo en nosotros.

Me gusta citar ejemplos de experiencias vividas y así lo haré a continuación para ver que también andamos los Cristianos viviendo de acuerdo a la palabra de Dios:

 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor.” 
1 Corintios 13: 4-5.

"Y olvidarás tu miseria, o te acordarás de ella como agua que pasaron"
(Job 11:16)

"Cercano esta Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu"
(Salmo 34:18)

_____________________


¿Estamos preparados para consolar al hermano que arrastra penas? 


Por lo general cuando buscamos pareja habiendo tenido feas experiencias en relaciones sentimentales traumáticas, quedamos con heridas que llevan tiempo sanar ¿verdad?, pienso que el mejor remedio para curar esas heridas es el perdón verdadero, única medicina confiable que puede aliviar el alma lastimada  y las palabras de aliento.

Sin embargo, no siempre recurrimos al perdón, lo recibimos o lo proporcionamos; he hallado cristianos quienes buscan tan solo su propio beneficio luego de un trauma sentimental: no ser lastimados, no ser dañados, piensan solo en ellos y no en la otra persona que también esta sufriendo; es aquí la falla; ya que el amor dice que no busca lo suyo, es sufrido. 

He visto como muchas veces personas que vienen remontando dolores, de pronto se topan con cristianos que en vez de consolar, te "pisan" con palabras fuera de lugar. Uno siente que están escarbando las heridas para ver cuanta más pus sacan en vez de darnos ese bálsamo de palabras inspiradas en la Biblia que pueden ayudarnos a ser mejores cristianos.

Jesucristo al morir por nosotros no pensó en su propio beneficio ni tuvo en cuenta su dolor, sino que pensó en el amor hacia nosotros y murió en la Cruz, ¿será tan difícil para nosotros ser así? muchos estarán pensando, pero ¿como yo voy a sacrificarme por otro? 

Esto es vivir conforme a la palabra de Dios. 

Por lo general no nos gusta sacrificarnos por alguien más, solo buscamos nuestro propio bienestar, como criaturas en Cristo debemos dejar ya el “Yo” y comenzar a utilizar el resto de pronombres, como el tú, ellos, ella. ¿A cuantos has ayudado en tu vida cristiano? Esa pregunta debería estar siempre presente en tus memorias y oraciones. 

Últimamente con la moda del Facebook hay muchos Cristianos que se la pasan a diario, escribiendo mensajes bíblicos, exhortando a otros, escribiendo frases supérfluas como  "tienes que vivir en comunión con El Espíritu Santo", "se obediente", y así una serie inagotable de frases que solo son palabras y nada más. 

¿Estás ayudando al necesitado?

Me resultó entristecedor ver cuando a uno de estos autoproclamados cristianos le llegó un pedido de ayuda para alguien en  gran necesidad económica y su respuesta, mezquina, fue que no podía pues que no le habían pagado su sueldo y escudándose en un par de excusas más negó asistencia. Ahora pregunto, ¿Qué pasó con este hermano? ¿se le fue la comunión con El Espíritu Santo? ¿Será que nunca leyó Proverbios 19:17? (A Jehová presta el que da al pobre, Y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar).

A veces no nos detenemos a pensar, que con lo mínimo que tengamos y podamos ayudar a un hermano en necesidad, ese poquito de solidaridad significa una gran riqueza para el necesitado; ¿ es que nunca hemos vivido  una situación de extremas carencias o se nos olvidó cuando estuvimos en situaciones adversas, que se nos hace difícil colaborar?. “Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis;” (Mateo 25:35).

Hay luchas también con las aptitudes y actitudes; nos cuesta mucho a todos cambiar; sucede que cuando alguien te dice algo que te molesta o te ofende, rápido enciende tu fuego y a una palabra dicha, tú replicas diez más con el afán de lastimar a la otra persona; o somos de ese tipo de personas que decimos  “ah no yo no me dejo avasallar por nadie”. Considero que nos lleva tiempo aplacar este forma de ser y se nos olvida entretanto: “Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse;” (Santiago 1:19).

¿Qué debo de hacer para hacer que mi nuevo ser cambie?

El mandato es sencillo: "Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien".  (Josué 1: 8)

Se nos ordena meditar en la palabra de Dios, esto nos lleva a que a diario tenemos que estar en comunicación con el Señor por medio de la Biblia y cuando nos broten dudas al respecto de que hacer en nuestro diario vivir, o si estamos haciendo algo bien o no, no tienes que ir donde el vecino, tu mejor amigo, el horóscopo, tu mascota, etc., a indagar si estas obrando bien o no, Lo que tienes que hacer es preguntarte ¿Qué me dice la Biblia que tengo que hacer? ¿Qué es lo correcto según nuestro manual de vida la Biblia?. 

Es aquí donde encontraras las respuestas a todas tus preguntas, es la única verdad existente. Ten una comunicación diaria con Nuestro Padre, dedícale los primeros  minutos de tu mañana o algunas horas durante el día, medita en su Palabra, para que la paz de Dios siempre este contigo en todo tu camino y te ayude a discernir entre el bien y el mal. Gracias por leer, Dios te bendiga siempre a ti y tu familia.




TIEMPO

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