¿Cuánto dolor soportamos en la adversidad? Si lo pudiéramos medir, nos sorprenderíamos. ¿Cuánto sufrimiento puede soportar un ser humano antes de quebrarse?
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Por
Carolina Alfaro
Carolina Alfaro
Me lo he preguntado muchas veces. Sin embargo, en las peores circunstancias de nuestras vidas, aflora la resiliencia y ahí vamos, paso a paso, hacia la meta final: las bodas del Cordero. A veces parece que nos quedáramos sin fuerzas, de tanto penar en la vida. Sin embargo, cuando ya no se puede más, llega la ayuda vivificante de Dios, que nos permite seguir avanzando.
Escribió el apóstol Pablo en 2 Corintios 12:7-10 "Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por lo tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte".
La primera vez
que leí este versículo, quedé con mas preguntas que respuestas; ¿cómo es posible que, pidiendo por ayuda, a Pablo no se le quitara el sufrimiento? Trasladé el versículo a mi vida y me pregunté lo mismo: ¿cómo puede ser posible que solicitando misericordia, no se me quitara el dolor?
La respuesta es "bástate mi gracia" y " Mi poder se perfecciona en la debilidad". Incomprensible revelación al principio para mi, ya que no lograba entender los propósitos de Dios en mi vida. Luego me vino la luz: sufrimos para perfeccionarnos porque sin dolor, no puede haber sabiduría. Sin dolor ¿cómo aprender las necesidades de los demás?
En la vida no queremos sufrir, pero en el mundo estamos y para ser buenos cristianos, tenemos que aprender a serlo primero. Toda enseñanza tiene dolor pero además, el poder de Dios se perfecciona en el que sufre porque sufriendo, mas cerca estamos de Dios. ¿Cuántos ricos conoces que, teniéndolo todo, buscan a Dios?. "Jehová, ¿quién como tú, que libras al afligido del mas fuerte que él, y al pobre y menesteroso del que le despoja?" (Salmo 35:10,11).
La respuesta es "bástate mi gracia" y " Mi poder se perfecciona en la debilidad". Incomprensible revelación al principio para mi, ya que no lograba entender los propósitos de Dios en mi vida. Luego me vino la luz: sufrimos para perfeccionarnos porque sin dolor, no puede haber sabiduría. Sin dolor ¿cómo aprender las necesidades de los demás?
En la vida no queremos sufrir, pero en el mundo estamos y para ser buenos cristianos, tenemos que aprender a serlo primero. Toda enseñanza tiene dolor pero además, el poder de Dios se perfecciona en el que sufre porque sufriendo, mas cerca estamos de Dios. ¿Cuántos ricos conoces que, teniéndolo todo, buscan a Dios?. "Jehová, ¿quién como tú, que libras al afligido del mas fuerte que él, y al pobre y menesteroso del que le despoja?" (Salmo 35:10,11).
En el camino de
la vida, pasamos por muchos dolores, ya sea: pérdida de seres queridos, de
la pareja, económicas; un sin fin de cosas, que nos llevan a dolores
inimaginables. Hay momentos que no encontramos la salida a tanta oscuridad; puertas cerradas, etc.; hasta llegamos a pensar que Dios nos abandonó.
Un muy buen
amigo está atravesando en estos días, un periodo de angustia severa por la perdida de su novia; él aún no ha logrado superar la amargura a la que veo inmensa, pues se ha quebrado muchas veces a tal grado de decirme "no voy a poder superar esto, voy
a ir a parar al hospital con depresión ,soy débil".
Cuando el me dijo
“soy débil” recordé el versículo que menciono arriba y le dije: -sabes, Dios no te quiere débil,
porque te ha pedido que seas valiente y esforzado, y si caes en debilidad, es para que
el poder de Cristo entre en acción y te fortalezca. En nuestras propias fuerzas nunca podemos
salir del dolor, angustias aflicciones. Confía en Cristo que lo podrás todo porque te fortalece. Mi amigo tiene en 2 Corintios 12:7-10 un poderoso bálsamo para su corazón herido. Al ser débil, es fuerte. "Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; no dejará para siempre caído al justo" (Salmo 55:22).
Pero ¿como es que
el apóstol Pablo soportó tanto dolor, sufrimientos, encarcelamientos, azotes y pedradas,
naufragios y mordidas de serpientes y muchas cosas mas? ¿acaso era un súper héroe?; de
ninguna manera: era un humano tal y como
tu y yo lo somos. Deberíamos recordar cuando decimos "soy débil, ya no soporto, mejor
me quiero morir" el propósito de tanto sufrimiento. "Mi poder se perfecciona en la debilidad" le dijo el Señor a Pablo. ¿Acaso no tenemos el mismo Espíritu Santo morando en nosotros? Claro que sí. Por eso, Dios siempre sabe lo que sufrimos ya que el mismo Espíritu junto a Cristo están atentos a nuestro clamor.
Entonces ¿porque nos deprimimos, nos tiramos en lo profundo de nuestro dolor, se nos olvida que hay un mundo allá afuera con una vida que fue preparada por Dios para que anduviésemos en ella? Levantémonos y en lugar de
ahogarnos en nuestro propio dolor, busquemos superar los problemas; fortalecernos en las pruebas de fuego para una vez ya firmes, dejar atrás lo malo y servir al Señor exhortando a los demás para que también ellos, sean fuertes ante la adversidad. "Busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores" (Salmo 34:4).
Transformémosnos en triunfo para buen testimonio del poder de Dios en nuestras vidas, seamos valientes como verdaderos hijos de Dios, que el enemigo del Señor y el mundo que acecha y se burla, no nos vea derrumbados.
Transformémosnos en triunfo para buen testimonio del poder de Dios en nuestras vidas, seamos valientes como verdaderos hijos de Dios, que el enemigo del Señor y el mundo que acecha y se burla, no nos vea derrumbados.
En Cristo, nos fortalece, somos muy fuertes, tanto, que un día podremos decir
al final del camino “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he
guardado la fe. “ (2ª. Timoteo 4:7).
Estimada Carolina, a lo largo de los años he visto como muchas personas han sido derribadas por la dureza de la vida, aún creyendo en el señorío de Cristo; muchos no han tenido un lugar donde vivir, desempleo, una educación escasa y un futuro no muy prometedor, si bien es cierto hay quienes han podido superar muchas dificultades, pero te puedo asegurar que el rango es mucho menor. Hay quienes no tienen a nadie quien les tienda una mano, y para ellos es fácil que uno les diga Tú Puedes, cuando la realidad está lejos de lo que ellos esperan. Que no se malentienda, hay muchas personas pobres que son felices, no hablo de pobreza sino del dolor de aquellos que han sido duramente golpeados por la vida. Recientemente me acerque a una persona lo había perdido todo, absolutamente todo, algunos le decían que no se preocupara que tarde o temprano recuperaría lo perdido, pero nadie le tendió una mano. He visto muchos artículos sobre como superar la adversidad escritos por personas que no han vivido en lo más mínimo situaciones extremadamente angustiantes y que jamás han experimentado tales situaciones, me limito a decir que si una persona se encuentra en este tipo de situaciones para ellos aún la esperanza han perdido, sólo puedo llorar con ellos, ayudar en lo que más puedo y olvidarse de decir que Dios le ayudará, cuando te ordenado a ti hacerlo.
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