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domingo, 13 de diciembre de 2015

LOS DIEZ MANDAMIENTOS



Reverencia


    2 Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.

    3 No tendrás dioses ajenos delante de mí.

    4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.

    5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,

    6 y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.

    7 No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano;porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.

    8 Acuérdate del día de reposo para santificarlo.

    9 Seis días trabajarás, y harás toda tu obra;

    10 mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas.

    11 Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.

    12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.

    13 No matarás.

    14 No cometerás adulterio.

    15 No hurtarás.

    16 No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.

    17 No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.

Éxodo 20:1-17 (ver Deuteronomio 5:1-21)



Charlton Heston
(John Charles Carter. Evanston, Illinois4 de octubre de 1923 - Beverly Hills5 de abril de 2008)
en
de

sábado, 31 de mayo de 2014

OH DIOS ¡DÉJAME TENER SEXO EN PAZ!



Parecen decir algunos cristianos
 que se niegan a obedecer  uno de los mandatos más difíciles 
NO FORNICAR

 ________________________


Por
Marc Pesaresi


Es tan complicado aceptar la sexualidad acotada por  preceptos bíblicos, que no obedecer ha sido piedra de tropiezo para muchas personas. Algunos incluso, le ha costado puestos de relevancia en el servicio a Cristo. 

Mark Connelly, por ejemplo, pastor principal en una comunidad cristiana de Gilbert, Phoenix, Arizona, debió renunciar a su cargo ni bien finalizó el 2013 debido a sus infidelidades matrimoniales con hermanas. No tuvo más opción que dimitir luego que varios líderes de su propia iglesia lo descubrieron teniendo relaciones sexuales extramaritales. Connelly admitió  sus pecados y renunció como pastor principal el 30 de diciembre después de ser confrontado por sus faltas donde además, le solicitaron que abandonara la iglesia. 

El ex pastor principal de la Misión de la Iglesia Comunidad  debió soportar gran vergüenza luego que varios miembros de la iglesia lo descubrieron engañando a su esposa y le pidieran la renuncia informó The Daily Mail . Connelly lleva casado con su esposa Kay 29 años y tienen dos hijos: Lucas y Naomi.

Para los no cristianos, la sexualidad es "deliciosa". Cuanto más se fornique mejor. La vida pasa rápido y hay que darse el gusto ante que los manantiales se sequen.

El filósofo Gianni Vattimo, refiriéndose al adulterio, dice: “El Evangelio no se ha ocupado nunca de si uno va a la cama con éste o con aquél. ¿El adulterio? Tiene que ver con instituciones históricas; no es necesariamente una orden divina”. Vattimo parece no haber leído, Mateo 5:26 y 19:18 "adulterio"; Marcos 10;19 “No adulteres”; Lucas 18:20 “No adulterarás”. Incluso en debates, algunos pornógrafos defienden el derecho a fornicar cuando se nos antoje, declarando inclusive que el sexo es industria si se lo masifica y como tal, un trabajo más que debe ser rentado. (Adulterar es fornicar con otra persona engañando al cónyuge)

No fornicar
¿Qué parte de este mandato es difícil de entender?

Hace unos días me encontré con una hermana extranjera que lleva años viviendo en Argentina. De mediana edad, empresaria, separada sin trámites de divorcio, asiste a una iglesia evangélica pentecostal desde hace dos años.  Trabajadora infatigable, goza de excelente reputación social en la ciudad donde vive. La gente no creyente la reconoce como mujer luchadora y honesta.

Entre charlas comentó que “el Señor” le había dado experiencia en un tema tan controversial como la sexualidad. Intrigado, más prudente, no quise ahondar mucho qué tipo de experiencias le había proporcionado. Pero no faltó preguntarle.  Rato después, comenzó a narrar como si de una confesión se tratara que, por rebelde, había estado saliendo con un hombre no creyente quien luego de varios meses, la echó de su lado y no la quiso ver más. (Sus palabras tenían regusto amargo cuando recordó el episodio).

Luego, recordó, tuvo otra relación sentimental más con otro no creyente, hasta que por fin, el “Señor la convenció” que no debía unirse en yugo desigual con los incrédulos. En síntesis, había tenido sexo dijo, con el marido antes de separarse y con dos más, en menos de un año. Nada asombroso por cierto, cuando sabemos de personas que se acuestan con alguien diferente una vez por día como máximo o por semana, como mínimo.

Mientras la buena mujer hablaba, yo soltaba comentarios de ocasión. “Qué fuerte”,  “Gracias a Dios”, “Que bueno que entendió”, “Yo también tuve y tengo la misma lucha”, “Me sucede lo mismo” etc.  La charla parecía terminar como una más de las tantas que tenemos diariamente.  Sin embargo al rato reveló un detalle significativo: dijo que no está dispuesta a dejar de tener sexo porque le gusta y lo necesita. Atiné a balbucear tontamente: - Bueno, la Biblia dice que el sexo por fuera del matrimonio  es...

Me interrumpió para preguntar: -¿Por qué un Dios de amor inventaría el sexo para luego prohibirlo?Todos necesitamos del sexo, hasta vos.  Y sin darme tiempo a  pensar en el asunto agregó: - El sexo es muy bueno. Dios sabe que estamos en la carne por lo tanto, tener sexo dos o tres veces por semana es aceptable. No creo que el Señor ponga reparos. Uno no se va a andar quemando de ganas. Dios va a entender la necesidad. Y eso lo sabés bien, porque hace tiempo hacías lo mismo. (Me refregó con el pasado que cada tanto habla y condena).

¿Se pueden negociar los mandamientos de Dios?

Muchos hermanos piensan que los cristianos vivimos dentro de una democracia parlamentaria cuyas autoridades fueron elegidas por votación popular. Que llegado el caso, podemos negociar los mandatos divinos como lo hacemos sindicatos de por medio, con las autoridades de nuestras naciones. Nada más equivocado.

Nosotros los evangélicos, creemos que fuimos comprados por precio de sangre derramada por Cristo en la cruz del calvario. Somos siervos de un Dios Altísimo. Obedecer es la regla. Vivimos bajo el imperio de una Teocracia. Pero cuidado, esta Teocracia divina ha pensado mandamientos para el hombre que de cumplirse, no habría casi violencia tampoco injusticias sobre la Tierra. De modo que pretender tener relaciones sexuales sin consecuencias siendo cristianos no es aceptable para Dios. Si él dice no, por alguna razón ordena. No podemos ir a la presencia del Creador gritando: ¡Dios, déjame fornicar en paz!

Yo pase años tratando de entender este punto. Recuerdo los disgustos de mi pastor Darrell Morán quien trataba de aleccionarme en su cocoliche yanqui argento –jerga difícil de entender en la que se expresaba- sobre las bondades de tener una sexualidad por dentro del matrimonio y no por fuera del compromiso nupcial. Pero yo, lleno de vida y ganas de disfrutar los placeres de la carne femenina, ni siquiera negociaba con Dios. Directamente lo desobedecía.

Hasta que, luego de vivir en carne propia las consecuencias de mis rebeldías y con la piedad de Dios y del Espíritu Santo y quien sabe cuántas intercesiones de parte de Jesús nuestro abogado, logré aceptar una mañana que la Biblia en este punto, tiene toda la razón. No se puede fornicar con la bendición de Dios por fuera del matrimonio.

Ahora bien: si el lector quiere fornicar, es su decisión. Pero la Biblia no apoya ninguna relación sexual por fuera del casamiento. Esto no significa, por supuesto, que hagamos lo  que nos parece mejor  y algunos decidirán por acostarse con quien deseen. Eso sí, después no se culpe a Dios por las consecuencias. Él ha sido claro: No fornicar y Pablo ha dicho: Huid de la fornicación. ¿Qué más necesitamos para convencernos? ¿Qué baje Dios en persona para corroborar lo escrito en la Biblia? Bueno, en algún momento regresará Cristo con toda su gloria.

¡Pero yo soy joven y quiero tener sexo!

De acuerdo. La Biblia dice no y tu carne grita sí. Decide. Los de afuera solo podremos repetir lo que la Biblia declara y demanda. Luego, corre por cuenta de cada uno lo que se habrá o no de hacer. Cada cual tiene una relación personal con Cristo y sabrá en su intimidad si quiere o no obedecer, si le conviene o no, acostarse con una mujer y gozar por un rato.

Lidiar con la sexualidad de los creyentes agota a algunos pastores

Hace poco, un pastor se sinceraba. “Cada vez que alguien me habla de sexo, tiemblo. No hay tema más complicado que tratar sexualidad dentro de los parámetros que exige Dios. Si le digo a todo que no, corro el riesgo que me consideren misógino o alguna variedad de monstruo que ve al sexo como antinatural. Tampoco puedo decir a todo que sí, porque la Palabra de Dios es muy clara en este asunto. La verdad, prefiero evitar el tema”.

Otros, Biblia en mano, encaran el asunto con determinación y dejan luego que el Espíritu Santo obre en los corazones de los creyentes. Pero ¿qué si el tiempo pasa y siguen algunos pecando abiertamente sin ganas de cambiar nada? ¿Tolerará la iglesia al fornicario cuando Dios no lo quiere hacer? Bueno, cada pastor sabrá cómo actuar ya que la Biblia lo aconseja y respalda. A veces no queda otra que quedar mal con el hombre para quedar bien con Dios. Nadie dijo que servir sea fácil. Pero si la Escritura respalda el argumento, el que tiene el problema con Dios no es el pastor o el hermano que exhorta sino el que se niega a obedecer.

Ahora te la das de santo

Nadie es profeta en su tierra. Muchos me recuerdan mis fechorías pasadas. Bueno, tigres somos y con rayas andamos. O sea, el que este libre de algo malo que apunte con el dedo acusador. Pero ahora quienes anduvimos en el pasado haciendo lo malo, fuimos comprados por precio de sangre preciosa de Cristo, lavados, blanqueados, purificados, estamos en proceso de santidad, somos hechos Hijos de Dios y al estar en Cristo ninguna condenación nos intimida. Hemos nacido de nuevo a una nueva vida en Cristo.

Seguramente muchos concordarán que, convertidos, otros le recordaron socarronamente el pasado. Claro, la vida no es simple para nadie y todos tenemos  algo que sirve como munición para arrojarnos de vez en cuando. No hay tigres sin rayas ni leopardos sin manchas ¿verdad? Esto lo sabe el no creyente y de vez en cuanto, te lo repasa clarísimo para que recuerdes lo mal que viviste. Sin embargo, la Biblia dice con claridad de mediodía soleado: "El que está en Cristo es nueva criatura nacida de nuevo y ninguna condenación hay, para los que están en Cristo Jesús". 

¿Qué dice la Biblia sobre la fornicación?

Por tanto, no harás alianza con los moradores de aquella tierra; porque fornicarán en pos de sus dioses, y ofrecerán sacrificios a sus dioses, y te invitarán, y comerás de sus sacrificios.

No contaminarás a tu hija haciéndola fornicar, para que no se prostituya la tierra y se llene de maldad.

Comerán, pero no se saciarán; fornicarán, mas no se multiplicarán, porque dejaron de servir a Jehová.

Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios;

Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis.

¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones,

No sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura. (Está más que claro que Dios no tiene miramientos con el tema de la fornicación. ¿Por qué pide Dios que nos abstengamos de algo que da tanto placer? Pablo dice que, todo pecado se comete fuera del cuerpo, pero la fornicación afecta el cuerpo del ser humano el cuál para los creyentes, es el Templo del Espíritu Santo).

Para finalizar, voy a cerrar con un extracto de un escrito de una bloguera llamada MeliR que dice:
“El sexo es un don de Dios para el gozo mutuo de las personas casadas. Está en la Biblia, Proverbios 5:18, "Sea bendito tu manantial, y alégrate con la mujer de tu juventud".

El romance y el don divino de la sexualidad son altamente recomendables dentro del matrimonio. Está en la Biblia, Hebreos 13:4, "Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios". 
Dios designó el sexo como parte de la relación matrimonial. Está en la Biblia, 1 Corintios 7:5, "No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia".  
Para no herirnos mutuamente, los deseos y las actividades sexuales deben ser puestas bajo el control de Cristo. Está en la Biblia, 1 Tesalonicenses 4:3-5, "Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios"
El séptimo mandamiento prohíbe el adulterio. Está en la Biblia, Éxodo 20:14, "No cometerás adulterio". 
El pecado sexual es destructivo, aun cuando los efectos no sean aparentes inmediatamente. Está en la Biblia, 1Corintios 6:18, "Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca". 
¿Cómo empieza el pecado sexual?  Está en la Biblia, Mateo 5:28, "Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón".
La Biblia es clara en la ordenanza de no fornicar POR FUERA del matrimonio. Mucho menos si no se está casado. ¿Difícil verdad? Sobre todo para quienes venimos del mundo donde hemos probado casi todo.

Pero bueno, ahora somos cristianos. Tenemos que obedecer lo que Dios nos pide. Fornicar, observen el detalle,  es falta grave, tanto, que esta al mismo nivel de no matarás, no robarás, etc. De modo que los cristianos no pueden inventar excusas para justificar sexo anterior o fuera del matrimonio. Aún así, cada cristiano tiene el derecho de decidir que sexualidad le conviene aún si decide ir a contrapelo de lo que dicen las Escrituras. Tienes la chance de elegir que quieres hacer con tu vida sexual. Luego, también tendrás la oportunidad de lidiar con las consecuencias.

Para los que no creen, el sexo es lo mejor que ha inventado la naturaleza por lo tanto, el que deja de gozar por obedecer a un Dios que no se ve y cuya existencia es imposible de demostrar, adolece de problemas mentales producto de excesivo misticismo.



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