EN LA PATAGONIA NORTE
En los años 80´ del siglo
pasado llegó un libro nuevo a mis manos. Se titulaba “En la Patagonia ” y lo había escrito un viajero
inglés llamado Bruce Chatwin (2). Para entonces, había leído a Musters y más tarde a Hudson y no pocas referencias sobre David Livingstone, Stanley y el desaparecido Percy Fawcett en este orden; libros y artículos que había encontrado algunos en la vieja sede de
la Biblioteca Cincuentenario de San Antonio Oeste y otros, perdidos entre los
estantes de literatura que gustaba leer mi madre.
Por entonces andaba con ganas de recorrer la Patagonia y al observar que se trataba de narrativa viajera patagónica pensé que Chatwin podría llegar a convertirse en otro clásico de mis
preferencias. En el capítulo 36 de su libro se
definió como protestante y si bien entonces esta palabra significaba poco, lo
cierto era que mi madre lo era y esta mención no era poca. Sentí simpatía por el escritor y una rara familiaridad. Por fin uno que escribe afirmando ser, lo que mi madre dice que es.
Quiero aclarar que en aquellos días me tenía sin cuidado las ideologías. Leía lo que a mi me gustaba, lo que despertaba mi curiosidad. Digo esto porque mientras escribo, alguien cerca mío me dice "Marc, veo que te gustaba la literatura colonialista". En esos días el colonialismo no era una preocupación para mí como lo fue más tarde. Los tiempos y las ideas cambian con los años.
Bruce Chatwin
En la Patagonia
Quiero aclarar que en aquellos días me tenía sin cuidado las ideologías. Leía lo que a mi me gustaba, lo que despertaba mi curiosidad. Digo esto porque mientras escribo, alguien cerca mío me dice "Marc, veo que te gustaba la literatura colonialista". En esos días el colonialismo no era una preocupación para mí como lo fue más tarde. Los tiempos y las ideas cambian con los años.
Regresando al tema, insisto, para cuando comencé a leer
este trabajo aún no había hecho profesión de fe –no era nacido de nuevo- y el
“ser protestante” no significaba lo que ahora sí.
La primera lectura no debió ser significativa para mí porque “doné” el libro a la
biblioteca popular. Años más tarde al releer el
libro; quise saber algo más de este “hermano” que había conseguido fama
recorriendo nuestras tierras.
Sin embargo…
Un manto desilusionante me arropó cuando llegué al capítulo 6 donde
narraba su paso por la
Patagonia Norte. A pesar de leer una y otra vez, no lograba
entender el itinerario del inglés. Nací en Bahía Blanca y he vivido por años en
la provincia de Río Negro por lo tanto, el presunto recorrido de Chatwin me es
familiar. Sin embargo, no podía por más que lo intentaba, reconocer por dónde
había bajado al sur.
El recorrido de Bruce Chatwin
Mapa de una edición germana
Arriba a la derecha, San Antonio Oeste
A la Patagonia Profunda se ingresa por la ruta 3 o bien por la 22 empalmando al sur de Río Colorado con la
251. No existen otras carreteras para viajar hasta la Tierra del Fuego a
excepción de la 40 que, por estar al oeste muy lejos del recorrido de Chatwin,
no es mencionada en su paso por el este rionegrino. ¿Por dónde viajó este inglés?
Chatwin escribió: “Bahía
Blanca es la última ciudad importante antes de que empiece el desierto
patagónico. El “desierto patagónico”
conviene aclarar, no es tal sino un territorio vasto
cubierto por vegetación xerófila, atravesado por caudalosos ríos donde abreva
la civilización de tipo europeo entremezclada con gente de origen Tehuelche y Mapuche. (Además de otros inmigrantes provenientes de naciones limítrofes y del mundo).
Por tal razón, no es un desierto donde nadie habita sino un espacio cubierto de especies vegetales, con enormes establecimientos dedicados a la cría de ganado ovino, bovino, etc., y por una gran cantidad de fauna autóctona que, por falta de espacio, no se describe aquí, además de áreas destinadas a la producción frutihortícola. ¿Por qué se le denomina desierto? Es largo de explicar y me llevaría otro post. Prometo más adelante, escribir algo al respecto.
Por tal razón, no es un desierto donde nadie habita sino un espacio cubierto de especies vegetales, con enormes establecimientos dedicados a la cría de ganado ovino, bovino, etc., y por una gran cantidad de fauna autóctona que, por falta de espacio, no se describe aquí, además de áreas destinadas a la producción frutihortícola. ¿Por qué se le denomina desierto? Es largo de explicar y me llevaría otro post. Prometo más adelante, escribir algo al respecto.
El desierto Patagónico en la provincia de Río Negro
Al fondo la bahía de San Antonio
A la derecha, la laguna Las Máquinas
Un territorio amplio cubierto de vegetación xerófila o monte con espinales
Cada tanto, una mancha ocre de lagunas que se repletan de agua en tiempos de lluvias
Foto
Marc Pesaresi
“Bill me dejó en el hotel
próximo a la estación de autocares” -, prosigue
Chatwin. “El bar del hotel estaba pintado
de verde, bien iluminado y lleno de hombres que jugaban a las cartas. Un
campesino joven se hallaba junto a la barra. Apenas se tenía en pie pero
conservaba la cabeza erguida como un gaucho. Era un chico bien parecido, de
pelo negro rizado, y en verdad estaba muy borracho”. ¿Quién era Bill? Probablemente un personaje inventado. En cuanto al hotel...
El hecho que mencionara “un
bar” donde hombres jugaban “a las
cartas” y donde, entre los parroquianos, aparece uno que era gaucho, parece
estar describiendo a la antigua terminal de colectivos ubicada en 19 de Mayo
entre Zelarrayán y Estomba. (En la actualidad el sitio donde estuvo esta
terminal precaria, por cierto, es una playa de estacionamiento para los
empleados de comercio y uno de los hoteles todavía existe). Había allí un café que
servía en sus días para aguantar la
espera de los pasajeros. Que uno de estos estuviera “ebrio” no parece ser creíble ¿por qué?...
Cuando Chatwin viajó por nuestro territorio (1975), la policía
estaba muy atenta a las in conductas en la vía pública y cualquier borracho en
un sitio público frecuentado por menores y mujeres como una terminal de
colectivos podía ser llevado preso a que se le pasara la borrachera en algún calabozo de la Comisaría mas cercana. (Eran los tiempos de los edictos policiales que permitían tanto a la Policía Federal como a la Bonaerense o Policía de la Provincia de Buenos Aires, detener sin orden judicial y que posteriormente fueron suprimidos).
A principios de los años setenta, cuando el inglés anduvo por Patagonia, la policía actuaba a “voluntad” y con mano áspera. El respeto por los Derechos Humanos comenzó en 1983 con la llegada del gobierno radical de Raúl Alfonsín y continúa hasta la fecha.
A principios de los años setenta, cuando el inglés anduvo por Patagonia, la policía actuaba a “voluntad” y con mano áspera. El respeto por los Derechos Humanos comenzó en 1983 con la llegada del gobierno radical de Raúl Alfonsín y continúa hasta la fecha.
Chatwin prosigue: “La esposa
del propietario me mostró una habitación calurosa y asfixiante, pintada de
color púrpura, con dos camas. No tenía ventana y la puerta comunicaba con un
patio cerrado con vidrios. Era muy barata y la mujer no dijo que tuviera que
compartirla”. El hotel debe ser uno de los dos que conocí próximos al
lugar, no más de media cuadra uno y el otro enfrente. Ambos hoteles lucraron en
su momento gracias a su cercanía a la terminal. Posteriormente, cuando esta se
trasladó, funcionaron como albergues para parejas, viajeros ocasionales o
inquilinos. Había uno que en tiempos muy recientes, se lo conocía como "volteadero" o sea, un "telo" o sitio donde llevar alguien para fornicar a gusto.
Y agrega detalles: “Estaba
medio dormido cuando el muchacho campesino entró tambaleándose, se arrojó sobre
la otra cama, gimió, se sentó y vomitó. Devolvió intermitentemente durante una
hora y después roncó. Aquella noche no dormí por culpa del olor del vómito y de
los ronquidos·. Que lamentable experiencia. Imagino que no lo habrá pasado
nada bien pero, conociendo cómo pueden comportarse los ingleses de “la popular”, no debió sufrir nada de
otro mundo.
Sigamos con Chatwin: "De modo que al día
siguiente, mientras rodábamos por el desierto, contemplé somnoliento los
jirones de nubes plateadas que se devanaban en el cielo, y el océano de
arbustos espinosos gris-verdosos que cubrían las ondulaciones y se remontaban
por las terrazas, y el polvo blanco que se desprendía de las salinas y, en el
horizonte, la tierra y el cielo que se disolvían en la ausencia del color”.
Me interesa la parte que menciona el “desierto”, que no es tal, a la salida de Bahía Blanca ya en ruta hacia la Patagonia Norte. Menciona salinas. Dado que no precisa ubicación, supongo que se puede referir a: primero, la conocida como "Salitral la Vidriera", que se puede ubicar a oeste de General Daniel Cerri y antes de llegar a Médanos; al lado de en un cruce de rutas.
Nunca he visto que allí "se levante polvo" (aunque puede ser). Siempre se encuentra húmeda porque su irrigación depende tanto de lluvias como de la amplitud de las mareas de aguas saladas de la zona costera del humedal de Cerri. O quizás se estuviera refiriendo a las Salinas "del Algarrobo" (ubicada al oeste a unos 5.878 metros de la entrada a José B. Casas en dirección y "de Piedras", aproximadamente 6.200 metros de la ruta 3), en cercanías de Carmen de Patagones.
Nunca he visto que allí "se levante polvo" (aunque puede ser). Siempre se encuentra húmeda porque su irrigación depende tanto de lluvias como de la amplitud de las mareas de aguas saladas de la zona costera del humedal de Cerri. O quizás se estuviera refiriendo a las Salinas "del Algarrobo" (ubicada al oeste a unos 5.878 metros de la entrada a José B. Casas en dirección y "de Piedras", aproximadamente 6.200 metros de la ruta 3), en cercanías de Carmen de Patagones.
Ubicación de las salinas "del Algarrobo" y "de Piedras"
Cortesía
Miguel A. del Blanco - Isidoro B. Schalamuk
Las salinas citadas arribas, en una vista satelital
Cortesía
Google Earth
Obsérvese el trazado de la ruta 3 que conduce a Patagones entre ambos recursos salinos
Ahora bien: justo es reconocer que el polvaderal en ocasiones se levanta desde lagunas secas y campos aledaños a las rutas, gracias al viento que por lo general sopla y fuerte en la zona. Hace unos años atrás, por causa del desmonte, hubo tormentas de arena importantes en las inmediaciones de las ciudades de Viedma y Carmen de Patagones ambas separadas tan solo por el río Negro o Currú Leuvú según el nombre indígena. Lo más probable que la mención del polvo fuera un recurso literario o bien, le tocó viajar un día ventoso con polvaderales a la distancia.
La descripción de la vegetación, típico monte xerófilo, es correcto. También la coloración: gris verdoso. (Debido al cambio climático, en la actualidad llueve más y los campos se ven más verdes o bien, muy oscuros por los incendios que cada tanto, consume a los montes).
Continuemos: ¿a cuáles salinas se refería Chatwin? Solo Dios sabe. Dado que "producía ficción histórica" en vez de describir con precisión pudo ser cualquiera o bien, un invento de su fértil imaginación. Pero...
La descripción de la vegetación, típico monte xerófilo, es correcto. También la coloración: gris verdoso. (Debido al cambio climático, en la actualidad llueve más y los campos se ven más verdes o bien, muy oscuros por los incendios que cada tanto, consume a los montes).
Continuemos: ¿a cuáles salinas se refería Chatwin? Solo Dios sabe. Dado que "producía ficción histórica" en vez de describir con precisión pudo ser cualquiera o bien, un invento de su fértil imaginación. Pero...
Hay un detalle que nos dice que Chatwin no viajó a la Patagonia por la 22
empalmando hacia el sur por la 251 sino por la 3. Leemos: “La
Patagonia empieza
en el río Negro. A mediodía el autocar atravesó un puente de hierro tendido
sobre el río y se detuvo frente a un bar”. ¿Cuál sería el puente de hierro
que refiere?
No puede ser ninguno de los dos que existen en la ruta 22 y 251 en
las localidades de Río Colorado y Conesa. En Río
Colorado sí existe un puente de hierro que vincula la localidad pampeana de la
Adela con Río Colorado pero no era utilizado por los ómnibus de pasajeros. En Conesa por años se cruzó el río Negro en balsas más o menos hasta 1968 cuando se inauguró el nuevo puente carretero y este no es de hierro precisamente.
El único puente de las características mencionadas por el inglés y sobre el río Negro es
el ferrocarretero que une Carmen de
Patagones y Viedma. ¿Viajó Chatwin por la ruta 3? Tal parece que sí aunque el
relato es poco preciso y casi no refiere nada útil para identificar lugares de
este recorrido. O quizás lo vio en fotografías y le pareció bonito por su diseño tan elaborado y digno de ser incluído en la narrativa de un libro. A saber...
El viejo puente ferrocarretero entre Carmen de Patagones y Viedma
En la provincia de Río Negro
foto
Marc Pesaresi
Se complica identificar los lugares visitados con tanta escritura
ambigua. Por ejemplo: “Una india se apeó
con su hijo. Había ocupado dos asientos con su mole. Mascaba ajo y usa unos
pendientes tintineantes de oro puro y un sombrero blanco y rígido rendido sobre
las trenzas. Una expresión de terror abstracto cruzó por las facciones del niño
cuando ella maniobró consigo misma y con sus paquetes para bajar a la calle.
Las casas estables del pueblo eran de ladrillo, con chimeneas negras y una
madeja de cables eléctricos en lo alto. Allí donde terminaban las casas de
ladrillo empezaban las chozas de los indios. Estas se hallaban compuestas por
parches: cajas de embalar, láminas de plástico y arpilleras. Un hombre
solitario marchaba calle arriba, con el sombrero de fieltro marrón encasquetado
sobre el rostro. Transportaba una bolsa y se internaba entre las nubes blancas
de polvo, rumbo al campo. Unos niños se refugiaron en un portal, y se pusieron
a atormentar a un cordero. Desde una choza llegaba el ruido de la radio y de
grasa siseante. Un brazo musculoso se asomó y arrojó un hueso a un perro. El
perro lo cogió y salió disparado”.
Este relato es digno de unas escenas de un western spaghetti. He vivido toda mi vida entre indígenas de la Patagonia tanto de la
etnia Mapuche como Tehuelche y nunca observé que "mascaran" ajo a semejanza de
los altiplánicos bolivianos que mastican hojas de coca. En este punto Chatwin
miente descaradamente.
Tampoco usaban las mujeres en esos días pendientes de oro puro. Estas gentes eran de tan humilde condición, que de haber tenido oro, sin duda lo habrían intercambiado por algo que les fuera de utilidad. Este detalle es un invento del autor o sea, otra mentira más. Las únicas joyas que les he visto son de plata, y solo se utilizan cuando las mujeres mapuches visten sus galas para fiestas, o bien, las comunes que utiliza cualquier mujer sin importar etnia que aquí se conocen como “bijouterie”.
Tampoco usaban las mujeres en esos días pendientes de oro puro. Estas gentes eran de tan humilde condición, que de haber tenido oro, sin duda lo habrían intercambiado por algo que les fuera de utilidad. Este detalle es un invento del autor o sea, otra mentira más. Las únicas joyas que les he visto son de plata, y solo se utilizan cuando las mujeres mapuches visten sus galas para fiestas, o bien, las comunes que utiliza cualquier mujer sin importar etnia que aquí se conocen como “bijouterie”.
Pero si es cierto que tanto en Conesa, Río Colorado. Carmen de
Patagones o Viedma, se construye hasta el día de la fecha con ladrillos y que,
la gente pobre –no necesariamente aborigen- habitan “ranchos” que es como se les llama a las chabolas de las villas de
emergencia que no son otra cosa que barrios precarios necesitados de
urbanización.
Habría que agregar un elemento de construcción que se utilizaba poco, pero existía. Me refiero al ladrillo amasado con barro y paja llamado “adobe” y también la construcción en seco de viviendas prefabricadas de chapas y madera al "estilo inglés". Dado que “en todas las localidades” hubo viviendas como las descritas no es posible identificar en qué pueblo las observa. ¿Por dónde viajó Chatwin? Es un misterio como la Santísima Trinidad, poco menos.
Habría que agregar un elemento de construcción que se utilizaba poco, pero existía. Me refiero al ladrillo amasado con barro y paja llamado “adobe” y también la construcción en seco de viviendas prefabricadas de chapas y madera al "estilo inglés". Dado que “en todas las localidades” hubo viviendas como las descritas no es posible identificar en qué pueblo las observa. ¿Por dónde viajó Chatwin? Es un misterio como la Santísima Trinidad, poco menos.
El polvo mencionado en el relato es consistente con la región,
árida, donde el viento siempre es permanente y muy fuerte. El ruido a radio
también es posible que lo oyera porque en, aquellos días, las personas usaban
mucho este aparato. Pero para oír tal cosa, habría tenido que descender del
ómnibus. El ruido a “grasa siseante”
seguramente se debe a la preparación y fritura de las “tortas fritas”, un bocado muy apreciado en la zona para tomar con
mate, té o café, en días fríos y lluviosos o bien, buñuelos.¿Serían tortas con chicharrones? Tal
vez. Pero no tengo espacio suficiente en este post, para apuntar suposiciones
infinitamente.
Continúa el relato: “Fuera
del pueblo había plantaciones irrigadas de maíz y calabazas, y huertos de
cerezos y albaricoqueros”. No, definitivamente, Chatwin no describe con
exactitud lo que ve. Si estuvo en Río Colorado (en la rivera del río del mismo nombre) luego de ingresar y egresar del
pueblo, lo que debió ver fueron algunas plantaciones a orillas del río del
mismo nombre cercanas a las estaciones de servicio donde los viajantes podían
estacionar sus vehículos para cargar combustibles o aprovisionarse de frutas,
verduras, comida en general y luego, ya recorriendo kilómetros sobre la 22,
encontrar el desvío para tomar la carretera 251 hacia la Patagonia profunda.
Si estuvo en Conesa, pueblo que le sigue a Río Colorado, seguramente vio frutales en parcelas
cuadradas rodeadas de álamos que aquí llamamos “chacras”. Entre las especies que se cultivaban se encontraban
manzanos, ciruelos, perales, algunas higueras, vides y, en lo hortícola, verduras
para acompañar la dieta de las personas que mayoritariamente
carnívora. Tampoco aquí, el relato de Chatwin, contribuye a identificar por
donde atravesó la Patagonia Norte.
Los maizales existían pero muy pocos y la gente, a diferencia de
otras culturas donde esta planta es esencial para la dieta, en esta parte de
Argentina solo es un alimento ocasional. Lo mismo pudo ver a la salida de
Viedma, en un tramo llamado “Idevi”
donde por entonces, iniciaba labranzas para transformar el terreno otrora cubierto
de paja vizcachera en montes frutales. Los cerezos son árboles raros de ver,
aunque no se descarta que haya visto alguno a la pasada. ¿Por dónde viajó Chatwin?
Mientras procuro darle un final a este post, sonrío. Pensaba, en
mi ingenuidad. Chatwin había mentido con detalles de
su viaje. Pero, al investigar más para elaborar este escrito, me encontré con figuras
como la de Osvaldo Bayer y muchos otros, criticando la falta de precisión y de su estilo “novelado”.
En la actualidad, Bruce Chatwin es objeto de algunos debates y
estudios críticos. Adrián Giménez Hutton no aguantó el deseo de averiguar por
si mismo si Chatwin había escrito verdad o mentira y se largó tres veces a recorrer la Patagonia. Su búsqueda
culminó en un libro titulado “La
Patagonia de Chatwin” o sea, la que “inventó”
el inglés y no la real.
Xavier Alcalá dice sin tapujos que la Patagonia descrita por Chatwin es “falsa” y así titula uno de sus escritos.
Jorge Camarassa afirma que Chatwin no “contaba media verdad, sino verdad y media” y que, a la hora de narrar, “antes que periodista era escritor”.
Maria Sonia Cristoff, en "El mito del escritor viajero" (para acceder click AQUÍ) escribe que, Giménez Hutton dedicó un capítulo entero a tratar las imprecisiones en el relato de Chatwin sobre las huelgas obreras en la Patagonia. Además apunta una sabrosa anécdota: dice que Osvaldo Bayer, quien fue el más grande investigador de las matanzas de los peones rurales en este triste episodio de represión, acabó denunciando por robo intelectual a Chatwin y por la sustracción de libros que comprobó luego de la visita del inglés a su casa porteña. Tal parece que de protestante el británico solo tenía el nombre.
Bernadette Califano en su trabajo “La invención de la Patagonia” recuerda que Paul Theroux, amigo del viajero, había dicho que otro amigo en común, lo había calificado como “charlatán Chatwin” porque siempre estaba explicando teorías confusas. Theroux rememora, dice Califano, que en cierta oportunidad en el transcurso de una cena de la Royal Geographical Society lo oyó hablar sobre “las numerosas montañas que había escalado” cuando en realidad nunca había sido un gran andinista. Califano cita a Theroux cuando este increpó al viajero diciéndole que en un libro de viajes había que decir la verdad a lo que Chatwin le replicó “yo no creo en decir la verdad”.
Xavier Alcalá dice sin tapujos que la Patagonia descrita por Chatwin es “falsa” y así titula uno de sus escritos.
Jorge Camarassa afirma que Chatwin no “contaba media verdad, sino verdad y media” y que, a la hora de narrar, “antes que periodista era escritor”.
Maria Sonia Cristoff, en "El mito del escritor viajero" (para acceder click AQUÍ) escribe que, Giménez Hutton dedicó un capítulo entero a tratar las imprecisiones en el relato de Chatwin sobre las huelgas obreras en la Patagonia. Además apunta una sabrosa anécdota: dice que Osvaldo Bayer, quien fue el más grande investigador de las matanzas de los peones rurales en este triste episodio de represión, acabó denunciando por robo intelectual a Chatwin y por la sustracción de libros que comprobó luego de la visita del inglés a su casa porteña. Tal parece que de protestante el británico solo tenía el nombre.
Bernadette Califano en su trabajo “La invención de la Patagonia” recuerda que Paul Theroux, amigo del viajero, había dicho que otro amigo en común, lo había calificado como “charlatán Chatwin” porque siempre estaba explicando teorías confusas. Theroux rememora, dice Califano, que en cierta oportunidad en el transcurso de una cena de la Royal Geographical Society lo oyó hablar sobre “las numerosas montañas que había escalado” cuando en realidad nunca había sido un gran andinista. Califano cita a Theroux cuando este increpó al viajero diciéndole que en un libro de viajes había que decir la verdad a lo que Chatwin le replicó “yo no creo en decir la verdad”.
FIN
1. Bolacero: en la jerga vieja de mi ciudad, San Antonio Oeste, es un término que refiere a una persona poco verídica, que narra inventando como si de ficción se tratara, que habla de cosas irreales, que miente a cada rato.
2. Bruce Chatwin fue un escritor nacido en Sheffield, Yorkshire, Inglaterra, el 13 de mayo de 1940. Falleció por causa del virus HIV el 18 de enero de 1989. Trabajó un tiempo a partir de 1958 hasta junio de 1966 en la compañía de subastas Sotheby's donde, gracias a su capacidad, alcanzó el rango de gerente. Ingresó a la Universidad de Edimburgo, Escocia, donde obtuvo un premio por la calidad de su trabajo. Sin embargo, pronto se aburrió y después de cursar dos años, abandonó los estudios.
En 1972 ingresó en el Sunday Time Magazine como asesor de arte y arquitectura. Durante una de sus entrevistas -a la que le realizara a la arquitecta y diseñadora irlandesa Eileen Gray por entonces de 93 años- observó un mapa de la Patagonia pintado por tan singular mujer. Se dice que él le confesó sus deseos de viajar al fin del mundo. "Siempre deseé ir allí" pronunció y la anciana le respondió "Ve allí por mí". No transcurrió mucho tiempo para emprender el viaje y luego de pasar seis meses en el sur de Argentina, publicó al regresar su famoso libro de viajes "En la Patagonia" (1977).
Al principio sus lectores imaginaron la narrativa como basada en hechos verídicos. Pero luego de leer que muchos datos no concordaban con la realidad, comenzaron a aparecer recriminaciones por narrar personajes y conversaciones ficticias a los que presentaba como reales.
2. Bruce Chatwin fue un escritor nacido en Sheffield, Yorkshire, Inglaterra, el 13 de mayo de 1940. Falleció por causa del virus HIV el 18 de enero de 1989. Trabajó un tiempo a partir de 1958 hasta junio de 1966 en la compañía de subastas Sotheby's donde, gracias a su capacidad, alcanzó el rango de gerente. Ingresó a la Universidad de Edimburgo, Escocia, donde obtuvo un premio por la calidad de su trabajo. Sin embargo, pronto se aburrió y después de cursar dos años, abandonó los estudios.
En 1972 ingresó en el Sunday Time Magazine como asesor de arte y arquitectura. Durante una de sus entrevistas -a la que le realizara a la arquitecta y diseñadora irlandesa Eileen Gray por entonces de 93 años- observó un mapa de la Patagonia pintado por tan singular mujer. Se dice que él le confesó sus deseos de viajar al fin del mundo. "Siempre deseé ir allí" pronunció y la anciana le respondió "Ve allí por mí". No transcurrió mucho tiempo para emprender el viaje y luego de pasar seis meses en el sur de Argentina, publicó al regresar su famoso libro de viajes "En la Patagonia" (1977).
Al principio sus lectores imaginaron la narrativa como basada en hechos verídicos. Pero luego de leer que muchos datos no concordaban con la realidad, comenzaron a aparecer recriminaciones por narrar personajes y conversaciones ficticias a los que presentaba como reales.
Para saber un poco más
El Mito del escritor viajero
Suplemento Cultura
La Nación
Para acceder, click AQUÍ
Para olvidar a Chatwin
Bariloche 2000
Para acceder, click AQUÍ
La Patagonia de Chatwin
Adrian Gimenez Hutton
Obra imprescindible a la hora de indagar en el recorrido de Chatwin
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