"Cuando estaba en el mundo, cuando era hija del diablo, vivía mejor que ahora
Solo vivo para mi trabajo y pagar cuentas; el dinero no me alcanza
para la comida, tampoco para los medicamentos.
Estoy sola frente a todos los gastos de mi hogar. Mi hermano no me ayuda,
mi madre es anciana y no tiene pensión...
Quería servir, hacer algo para el Señor pero...
para la comida, tampoco para los medicamentos.
Estoy sola frente a todos los gastos de mi hogar. Mi hermano no me ayuda,
mi madre es anciana y no tiene pensión...
Quería servir, hacer algo para el Señor pero...
¿Esto es todo lo que Dios quiere de mi?
¿No hay nada más que Dios quiera que haga?
No quiero suicidarme, pero vivir así tampoco"
¿No hay nada más que Dios quiera que haga?
No quiero suicidarme, pero vivir así tampoco"
Las palabras de mi amiga resonaron fuerte en mi mente y llegaron al corazón. Le pregunte que sucedía y me comentó sobre una cantidad de problemas por los que atravieza que me dejaron en un estado de estupor. ¿Nuestro Padre celestial es un Dios que permite el bullyng del diablo y de otras personas a sus hijos? ¿Acaso no le importa el dolor de los que creyeron en el Señor Jesucristo? Obvio que Dios esta siempre presente junto a nosotros en nuestros problemas. Pero Dios necesita, reconozcámoslo, de todos sus hijos para para ayudar a otros que padecen.
La desesperación vence a muchos creyentes induciéndolos al suicidio
Hace poco nos enteramos que un pastor de la denominación Asamblea de Dios, había decidido terminar su vida. Lo mismo ocurrió con una cantante pentecostal de Brasil. Anteriormente, en 2015, un pastor se suicidó luego de enterarse que su nombre aparecía en el listado de clientes de una página dedicada a la infidelidad matrimonial. ¿Cuántos pastores y fieles se han suicidado? No tengo idea, pero son muchos. El suicidio entre los cristianos era una rareza pero, sucede. Y la mayoría tienen una causa en común: hastío de la vida. Sumatoria de problemas que les complica el existir, problemas que consideran irresolubles. ¿Por qué estos hermanos no tuvieron asistencia psicológica o monetaria de parte de los hermanos de sus congregaciones?
Hay mucha gente adinerada en las iglesias.
Lo sé porque lo he visto y ustedes también. Van en camionetas pick up 4x4 o carros o vehículos poderosos y al salir, no transportan siquiera a un viejo que apenas camina. O sea, van, se sientan, luego se paran, gritan, se emocionan, buscan su milagro, obtienen fuerzas y alegrías y ya está; el resto, que se arregle. Y otros que, en su pobreza, también se excusan para no tender una mano "por que son muy pobres". En estas circunstancias donde los corazones se endurecen, es difícil para Dios encontrar asistencia.
En otras iglesias, por ejemplo, se hace un fondo común y de ahi se compran alimentos, medicinas, etc., para asistir al que está en la necesidad. Pero el asistencialismo no es una tarea fácil y el asistido debe entender que la ayuda no es para siempre. Ayudar tiene sus riesgos.
Recuerdo haber pasado muy malos años. Estaba practicamente en la ruina. Dos personas me sostuvieron casi un año hasta que por fin, Dios me levanto la cabeza. A veces la ayuda debe ser larga, pero que lo extenso no nos haga pensar que, la colaboración es para siempre. No hay que aprovecharse del buen corazón. El cristiano debe saber que, para comer, debe trabajar. (2 Tesalonicenses 3).
Volviendo a mi amiga, su queja no apuntaba tanto a Dios, sino a la iglesia.
Me dijo que los líderes de su iglesia tenían más preocupación en pedir diezmos manipulando las emociones y las conciencias, que en ayudar a quienes la estaban pasando mal. Termine la charla lleno de amargura, con muchas preguntas sobre todo, porque nadie en este mundo, que sea cristiano, esta libre de sufrimientos. Le pregunté a Dios ¿por qué no haces nada? Y me arrepentí. Dios esta haciendo más de lo que nos corresponde pedir. Tal vez el problema era de mi amiga. Si tan mal le parecía la iglesia ¿por qué no se marchaba a otra?
Porque si mi hermana sufre, sus líderes no pueden ignorar que, en las Escrituras, se advierte sobre los pasos a seguir para sostener a alguien que padece "Si hay algún pobre entre tus compatriotas en alguna de las ciudades del país que el Señor tu Dios te da, no seas inhumano ni le niegues tu ayuda a tu compatriota necesitado" Deuteronomio 15:7. Y tambien: "pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?" (1 Juan 3:17).
La desesperación vence a muchos creyentes induciéndolos al suicidio
Hace poco nos enteramos que un pastor de la denominación Asamblea de Dios, había decidido terminar su vida. Lo mismo ocurrió con una cantante pentecostal de Brasil. Anteriormente, en 2015, un pastor se suicidó luego de enterarse que su nombre aparecía en el listado de clientes de una página dedicada a la infidelidad matrimonial. ¿Cuántos pastores y fieles se han suicidado? No tengo idea, pero son muchos. El suicidio entre los cristianos era una rareza pero, sucede. Y la mayoría tienen una causa en común: hastío de la vida. Sumatoria de problemas que les complica el existir, problemas que consideran irresolubles. ¿Por qué estos hermanos no tuvieron asistencia psicológica o monetaria de parte de los hermanos de sus congregaciones?
Hay mucha gente adinerada en las iglesias.
Lo sé porque lo he visto y ustedes también. Van en camionetas pick up 4x4 o carros o vehículos poderosos y al salir, no transportan siquiera a un viejo que apenas camina. O sea, van, se sientan, luego se paran, gritan, se emocionan, buscan su milagro, obtienen fuerzas y alegrías y ya está; el resto, que se arregle. Y otros que, en su pobreza, también se excusan para no tender una mano "por que son muy pobres". En estas circunstancias donde los corazones se endurecen, es difícil para Dios encontrar asistencia.
En otras iglesias, por ejemplo, se hace un fondo común y de ahi se compran alimentos, medicinas, etc., para asistir al que está en la necesidad. Pero el asistencialismo no es una tarea fácil y el asistido debe entender que la ayuda no es para siempre. Ayudar tiene sus riesgos.
Recuerdo haber pasado muy malos años. Estaba practicamente en la ruina. Dos personas me sostuvieron casi un año hasta que por fin, Dios me levanto la cabeza. A veces la ayuda debe ser larga, pero que lo extenso no nos haga pensar que, la colaboración es para siempre. No hay que aprovecharse del buen corazón. El cristiano debe saber que, para comer, debe trabajar. (2 Tesalonicenses 3).
Volviendo a mi amiga, su queja no apuntaba tanto a Dios, sino a la iglesia.
Me dijo que los líderes de su iglesia tenían más preocupación en pedir diezmos manipulando las emociones y las conciencias, que en ayudar a quienes la estaban pasando mal. Termine la charla lleno de amargura, con muchas preguntas sobre todo, porque nadie en este mundo, que sea cristiano, esta libre de sufrimientos. Le pregunté a Dios ¿por qué no haces nada? Y me arrepentí. Dios esta haciendo más de lo que nos corresponde pedir. Tal vez el problema era de mi amiga. Si tan mal le parecía la iglesia ¿por qué no se marchaba a otra?
Porque si mi hermana sufre, sus líderes no pueden ignorar que, en las Escrituras, se advierte sobre los pasos a seguir para sostener a alguien que padece "Si hay algún pobre entre tus compatriotas en alguna de las ciudades del país que el Señor tu Dios te da, no seas inhumano ni le niegues tu ayuda a tu compatriota necesitado" Deuteronomio 15:7. Y tambien: "pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?" (1 Juan 3:17).
En verdad, es un misterio de porque Dios permite el sufrimiento.
Pero lo permite ahora, en esta etapa. El nos asegura que, en la nueva creación, no habrá más dolor ni lágrimas. Pero, yo entiendo, la frase "en el futuro viviremos mejor" no sirve para consolar a una madre que le asesinaron al hijo, o al hombre que necesita medicamentos y no los recibe o que vive para el trabajo sin que este no sirva para un magro sustento.Tampoco alcanzan las promesas de los pastores de la prosperidad cuando la depresión se apodera de nuestra mente, corazón, alma. A veces sucede lo de Job. Sufrimos largos años y no habrá oración simplista en el calor del griterío pastoral que te quite del dolor. Atención: no digo que Dios no te pueda sanar, ayudar etc. Digo que, en ocasiones, se debe sufrir. No niego el poder de Dios.
Hay que recordar cuando el cielo parece cerrado, las palabras de Jesús. Por ejemplo, Cristo dijo: "Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros;y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, como crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos. Y si la hierba del campo quehoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o que beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas" (Mateo 6:26-33).
De todo esto entiendo, hay que tener fe en la provisión de Dios.
Y si Dios nos asiste, entonces todo padecimiento puede ser temporario. Aún así, a veces no lo es y nos llega la muerte. La respuesta a algunas preguntas, mucho me temo, no la tenemos los mortales. Pero la sabremos en la eternidad. Tengamos fe.
Me pregunto, si sufrimos hasta las lágrimas lo que vivimos en esperanza, ¿cómo soportan lo que no saben nada de Dios? Observaba en youtube y noticias, el comercio de mujeres, de esclavos, el trabajo en "negro" o ilegal donde millones de seres humanos languidecen en horarios mortales sin descanso, en enfermos terminales, en la gente asustada y llorosa en conflictos bélicos regionales, los atrapados por las drogas, las mujeres obligadas por necesidades económicas o por rufianes en la prostitución, hay tanto dolor...; aún así, el diablo y sus huestes espirituales tienen tiempo para atormentarnos. Hay degenerados que hacen excursiones por miles de euros para fornicar perros o perras, niñas y niños, viciosos, sin capacidad para controlar sus mas elementales emociones y parecen vivir tan bien...; ignorémoslos. Dios se encargará de ellos y de nosotros también.
Me preocupa el auge del pensamiento suicida entre los hijos de Dios.
Se de hermanos que la están pasando muy mal y piensan que muriendo se termina el dolor. "Total, soy salvo" me dijo uno, "que miedo debo tener. La vida eterna no se pierde" concluyó. Un razonamiento muy peligroso.
Aún así, cada tanto aparecen noticias que nos informan que un nacido de nuevo fue vencido por la desesperación y recurrió a lo extremo. Por ejemplo, el pastor Andrew Stoecklein de la inglesia Inland Hills, en Chino, California y de tantos más que no quiero mencionar. Yo mismo me he debatido largos días con el pensamiento de morir y HE TENTADO A DIOS pidiendole la muerte aún sabiendo que por alguna razón ha permitido nuestro nacimiento.
A veces caemos en depresiones y nuestro rendimiento mengua.
Como le ocurrió a Elías en 1 Reyes 19:4 cuando huía hacia Horeb. "Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres" (RV 1960). Elías venía de vencer un numeroso grupo de sacerdotes de Baal y era perseguido por Jezabel quien procuraba su muerte. Era tanto el desánimo de Elías que se quería morir de hambre. Dejó de comer, una forma de suicidio lento y a veces doloroso. Dios envio un ángel a socorrerlo y el profeta fue animado y su fe incrementada
Finalmente tuvo un encuentro con Dios quien se le apareció en un silbo delicado y apacible. Sin embargo, este bajón le costo a Elías su ministerio. Fue reemplazado por Eliseo aunque, el final de su trabajo fue espectacular. Dios lo transportó al cielo tiempo más tarde en torbellino o remolino delante de la vista de muchos testigos. (Donde vivo, hay muchos de estos torbellinos o remolinos. Algunos son mini tornados. Las gentes de este lugar en la Patagonia los llaman "térmicas").
Tambien Job se cansó de sus padecimientos.
Hartos de soledad y dolor se encaró con Dios y le dijo: "¿Por qué no morí yo en la matriz, o expiré al salir del vientre? ¿Por qué me recibieron las rodillas? ¿Y a qué los pechos para que mamase? Pues ahora estaría yo muerto, y reposaría; Dormiría y entonce, tendría descanso" (Job 3:11-13). Pedir la muerte en el dolor es recurrente entre los hijos del Creador. La prueba no es fácil para nadie.
La felicidad es algo difícil de encontrar.
Mucha gente no la conoce. El poderoso Abderrahman III de la España islámica vivió 27.000 días. Sin embargo, de viejo, reconoció que a pesar de todas sus riquezas, sus lujos, su educación, su poderío, sus esposas e hijos, solo tuvo 14 días de felicidad y de todos estos, ninguno continuado. Si un hombre como este no fue capaz de vivir en la dicha permanente, mucho menos nosotros sabiendo que, en esta vida, tendremos aflicciones. Aún así, debemos proseguir la carrera hasta alcanzar el último minuto de nuestras vidas y luego, cuando Dios lo disponga, llegara el ansiado descanso en la presencia de Cristo.
Debemos cuidarnos entre todos.
El que tiene dinero, que ayude más y el que no tiene, recuerde que hasta un abrazo es un medicamento para el que padece. Y si el pastor o pastora no atiende las necesidades, oren los hermanos y búsque otra iglesia. Porque hay pastoras y pastores que visten como príncipes sin recordar que muchos, los del pueblo que Dios ha comprado con precio de sangre derramada en la Cruz, tiene necesidades.
Y el que piense que suicidándose estará mejor, recordemos que Dios tiene un plan para nuestras vidas, donde el dolor esta contemplado y tambien la dosis que podremos soportar. El no deja nada librado al azar. No tentemos al Señor, como yo lo hice muchas veces, pidiendo la muerte. Más bien oremos para que Dios, en su piedad, nos libre del padecimiento, la angustia, el desánimo. Y si aún así no te responde, hay que recordar que nosotros somos como ovejas destinadas al matadero. Ser hijos de Dios en este mundo, para el mundo, no nos hace especiales. Al contrario, nos convierte en blanco de burlas, ira, desmanes, odio.
Nunca olvidemos que Jesús venció en la Cruz.
Llegará el día que tendremos consuelo y seremos resplandecientes. También pidamos capacidad para aceptar el destino por Dios escrito para nuestras vidas, con disciplina de aquel que, iba a morir al Coliseo romano cantando para el Señor. ¿Se imaginan?¿Ir a morir por las garras de las fieras cantando? Por la memoria de nuestros mártires que no se quisieron suicidar frente al dolor, soportemoslo todo. Hasta llegar a la completa restauración por Dios prometida y que lo hará a su debido tiempo.
Pero lo permite ahora, en esta etapa. El nos asegura que, en la nueva creación, no habrá más dolor ni lágrimas. Pero, yo entiendo, la frase "en el futuro viviremos mejor" no sirve para consolar a una madre que le asesinaron al hijo, o al hombre que necesita medicamentos y no los recibe o que vive para el trabajo sin que este no sirva para un magro sustento.Tampoco alcanzan las promesas de los pastores de la prosperidad cuando la depresión se apodera de nuestra mente, corazón, alma. A veces sucede lo de Job. Sufrimos largos años y no habrá oración simplista en el calor del griterío pastoral que te quite del dolor. Atención: no digo que Dios no te pueda sanar, ayudar etc. Digo que, en ocasiones, se debe sufrir. No niego el poder de Dios.
Hay que recordar cuando el cielo parece cerrado, las palabras de Jesús. Por ejemplo, Cristo dijo: "Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros;y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, como crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos. Y si la hierba del campo quehoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o que beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas" (Mateo 6:26-33).
De todo esto entiendo, hay que tener fe en la provisión de Dios.
Y si Dios nos asiste, entonces todo padecimiento puede ser temporario. Aún así, a veces no lo es y nos llega la muerte. La respuesta a algunas preguntas, mucho me temo, no la tenemos los mortales. Pero la sabremos en la eternidad. Tengamos fe.
Me pregunto, si sufrimos hasta las lágrimas lo que vivimos en esperanza, ¿cómo soportan lo que no saben nada de Dios? Observaba en youtube y noticias, el comercio de mujeres, de esclavos, el trabajo en "negro" o ilegal donde millones de seres humanos languidecen en horarios mortales sin descanso, en enfermos terminales, en la gente asustada y llorosa en conflictos bélicos regionales, los atrapados por las drogas, las mujeres obligadas por necesidades económicas o por rufianes en la prostitución, hay tanto dolor...; aún así, el diablo y sus huestes espirituales tienen tiempo para atormentarnos. Hay degenerados que hacen excursiones por miles de euros para fornicar perros o perras, niñas y niños, viciosos, sin capacidad para controlar sus mas elementales emociones y parecen vivir tan bien...; ignorémoslos. Dios se encargará de ellos y de nosotros también.
Me preocupa el auge del pensamiento suicida entre los hijos de Dios.
Se de hermanos que la están pasando muy mal y piensan que muriendo se termina el dolor. "Total, soy salvo" me dijo uno, "que miedo debo tener. La vida eterna no se pierde" concluyó. Un razonamiento muy peligroso.
Aún así, cada tanto aparecen noticias que nos informan que un nacido de nuevo fue vencido por la desesperación y recurrió a lo extremo. Por ejemplo, el pastor Andrew Stoecklein de la inglesia Inland Hills, en Chino, California y de tantos más que no quiero mencionar. Yo mismo me he debatido largos días con el pensamiento de morir y HE TENTADO A DIOS pidiendole la muerte aún sabiendo que por alguna razón ha permitido nuestro nacimiento.
A veces caemos en depresiones y nuestro rendimiento mengua.
Como le ocurrió a Elías en 1 Reyes 19:4 cuando huía hacia Horeb. "Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres" (RV 1960). Elías venía de vencer un numeroso grupo de sacerdotes de Baal y era perseguido por Jezabel quien procuraba su muerte. Era tanto el desánimo de Elías que se quería morir de hambre. Dejó de comer, una forma de suicidio lento y a veces doloroso. Dios envio un ángel a socorrerlo y el profeta fue animado y su fe incrementada
Finalmente tuvo un encuentro con Dios quien se le apareció en un silbo delicado y apacible. Sin embargo, este bajón le costo a Elías su ministerio. Fue reemplazado por Eliseo aunque, el final de su trabajo fue espectacular. Dios lo transportó al cielo tiempo más tarde en torbellino o remolino delante de la vista de muchos testigos. (Donde vivo, hay muchos de estos torbellinos o remolinos. Algunos son mini tornados. Las gentes de este lugar en la Patagonia los llaman "térmicas").
Tambien Job se cansó de sus padecimientos.
Hartos de soledad y dolor se encaró con Dios y le dijo: "¿Por qué no morí yo en la matriz, o expiré al salir del vientre? ¿Por qué me recibieron las rodillas? ¿Y a qué los pechos para que mamase? Pues ahora estaría yo muerto, y reposaría; Dormiría y entonce, tendría descanso" (Job 3:11-13). Pedir la muerte en el dolor es recurrente entre los hijos del Creador. La prueba no es fácil para nadie.
La felicidad es algo difícil de encontrar.
Mucha gente no la conoce. El poderoso Abderrahman III de la España islámica vivió 27.000 días. Sin embargo, de viejo, reconoció que a pesar de todas sus riquezas, sus lujos, su educación, su poderío, sus esposas e hijos, solo tuvo 14 días de felicidad y de todos estos, ninguno continuado. Si un hombre como este no fue capaz de vivir en la dicha permanente, mucho menos nosotros sabiendo que, en esta vida, tendremos aflicciones. Aún así, debemos proseguir la carrera hasta alcanzar el último minuto de nuestras vidas y luego, cuando Dios lo disponga, llegara el ansiado descanso en la presencia de Cristo.
Debemos cuidarnos entre todos.
El que tiene dinero, que ayude más y el que no tiene, recuerde que hasta un abrazo es un medicamento para el que padece. Y si el pastor o pastora no atiende las necesidades, oren los hermanos y búsque otra iglesia. Porque hay pastoras y pastores que visten como príncipes sin recordar que muchos, los del pueblo que Dios ha comprado con precio de sangre derramada en la Cruz, tiene necesidades.
Y el que piense que suicidándose estará mejor, recordemos que Dios tiene un plan para nuestras vidas, donde el dolor esta contemplado y tambien la dosis que podremos soportar. El no deja nada librado al azar. No tentemos al Señor, como yo lo hice muchas veces, pidiendo la muerte. Más bien oremos para que Dios, en su piedad, nos libre del padecimiento, la angustia, el desánimo. Y si aún así no te responde, hay que recordar que nosotros somos como ovejas destinadas al matadero. Ser hijos de Dios en este mundo, para el mundo, no nos hace especiales. Al contrario, nos convierte en blanco de burlas, ira, desmanes, odio.
Nunca olvidemos que Jesús venció en la Cruz.
Llegará el día que tendremos consuelo y seremos resplandecientes. También pidamos capacidad para aceptar el destino por Dios escrito para nuestras vidas, con disciplina de aquel que, iba a morir al Coliseo romano cantando para el Señor. ¿Se imaginan?¿Ir a morir por las garras de las fieras cantando? Por la memoria de nuestros mártires que no se quisieron suicidar frente al dolor, soportemoslo todo. Hasta llegar a la completa restauración por Dios prometida y que lo hará a su debido tiempo.
Jesús viene
3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte,ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. (Apocalipsis 21:3-5).