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lunes, 26 de enero de 2015

ATEÍSMO - LA CIENCIA NO PUEDE PROBAR QUE DIOS NO EXISTE


La ciencia no sirve para demostrar que Dios no existe

asegura el profesor Carlos A. Marmelada, autor de "El díos de los ateos"

Carlos A. Marmelada
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Gentileza
Stella Maris

Carlos A. Marmelada publica «El Dios de los ateos» en el que expone los sustentos del ateísmo, basados en una «idea de los filósofos clásicos que nada tiene que ver con el Dios católico». Concluye como un latigazo a las conciencias: «No hay argumentos teóricos ni razones objetivas para ser ateo» informa ABC de España

De la biografía novelada de un «héroe», Juan Pablo II, que bregó «Hasta el último aliento» (Ediciones Sekotia, 2012), a desgranar las claves que fundamentan el ateísmo clásico y el actual. Parece un salto de mata demasiado drástico para un conocedor exhaustivo de la Teología, la Filosofía y las Ciencias de la Educación como Carlos A. Marmelada. No es así, sino que «El Dios de los ateos» (Stella Maris, 2014) es fruto de una evolución coherente, asegura este profesor de la Universidad Internacional de Cataluña. 
Con 27 años de docencia a sus espaldas y cinco publicaciones que le hacen valedor de una de las bibliotecas de conocimiento teológico más amplio del panorama literario nacional, Marmelada (Barcelona, 1962) no pretende desmantelar los sofismas planteados por el ateo con su nueva publicación. Sí lanza empero algunas reflexiones directas al corazón (más bien, a su raciocinio) del no creyente, como que los sustentos intelectuales de este pensamiento no hablan del Dios de los cristianos, es un «dios» imaginado por la idea de filósofos concretos que ha adoptado nuestra cultura. Expone de forma concienzuda las tesis de esos pensadores e introduce un debate de plena actualidad, tras los ataques en «nombre de la fe» perpetrados por yihadistas islámicos contra el semanario francés «Charlie Hebdo».  
Para el ateísmo, la existencia del mal es la prueba capital de que Dios existe. El autor desbanca ese argumento: precisamente, es al contrario, afirma. «La existencia del mal es la prueba de que Dios existe. Dios tolera la existencia del mal para poder extraer de él bienes» (página 264). Un aforismo tan interesante que obligaría a remodelar los capiteles de las columnas que sujetan el ateísmo de nuestros días. Y otra llamada a la meditación introspectiva de cada cual: «La Ciencia trata procesos materiales. Dios es inmaterial». Ergo, «no hay un solo argumento científico que pruebe que Dios no existe». 
-De acuerdo con su titular del libro, ¿cuál es «el dios de los ateos? 
El título no alude a los becerros de oro (el poder, el dinero o la fama, por ejemplo) que pueden adorar los que dicen rechazar toda fe religiosa. El título hace referencia al tema central que se trata en el libro. Los ateos dicen que el Dios de los creyentes no existe, ¿pero qué Dios creen los ateos que tienen los cristianos? Cuando se estudia este tema uno se lleva la sorpresa de que el Dios que niegan los ateos no es el Dios creador, personal y providente, del que nos habla el Cristianismo, el Dios Amor de San Juan; sino el Dios concebido por Spinoza o Hegel, que eran panteístas; o el Dios juez riguroso e implacable de Kant, que era fideísta. En fin, los grandes ateos no niegan el Dios que nos enseñan en la catequesis, sino un Dios imposible, el de la teología racionalista y el del idealismo absoluto. En el libro se explica de una forma documentada. 
-Cuando usted apela a la confusión que se da entre los ateos que no especifican, que no identifican a un dios en concreto, ¿a qué dios se refiere entonces el ateo cuando dice que no cree en Dios? ¿No serviría, ortográficamente, con modificar la grafía: es decir, no creen en un dios o no creen en Dios, el Dios de los cristianos, Jesucristo? 
Cuando los grandes ateos teóricos, como Nietzsche o Sartre rechazan la existencia de Dios, lo hacen porque sostienen que los cristianos decimos que Dios se causa a sí mismo y esto es, efectivamente, imposible. Pero ese es el parecer de Spinoza y Hegel. La Teología Natural, en cambio, sostiene que Dios es la Causa Primera de todo, pero que Él no tiene causa, es la única causa incausada. Por otra parte, dicen que nos equivocamos cuando sostenemos que Dios es el Ser y que esto significa que es la realidad más vacía de todas. Pero nuevamente hay un grave error histórico, porque ésta era la opinión de Hegel. Ya el filósofo griego Aristóteles (siglo IV a. de C.) se percató de que Dios es la plenitud, el ser más rico de todos, el más perfecto y con él, a partir del siglo XIII, la tradición teológica cristiana. 
-En términos personales, cualquiera le diría al autor, al señor Marmelada, que cómo ha pasado de rendir tributo en un excepcional libro, por cierto, al «héroe» Juan Pablo II a hablar sobre los ateos y la falta de creencias por parte de estos. (...) 
En «El Dios de los ateos» no se juzga a nadie, se debaten las ideas. Se respeta a todas las personas, pero se reflexiona en torno a las ideas. Se estudia cuáles son los argumentos teóricos que han esgrimido los grandes ateos y se analiza su validez objetiva. El lector tendrá sorpresas cuando descubra cuáles son esos argumentos. Por otra parte, cuando se investiga los rasgos distintivos del ateísmo actual no se hacen juicios de valor. Si queremos que haya un diálogo fecundo entre la fe cristiana y la cultura actual es necesaria una actitud de gran respeto mutuo. 
-Ha colaborado también en el libro «60 preguntas sobre ciencia y fe respondidas por profesores de universidad» (Stella Maris, 2014). ¿Cuál es la pregunta digamos «estrella» sobre ciencia y fe que más se hace el ciudadano? 
Tal vez la pregunta que más se puede planear la gente es la de si la Ciencia puede demostrar verdaderamente que Dios no existe. En fin, si el progreso de la Ciencia hace que resulte innecesaria la Religión. A algunos creyentes les puede generar dudas el hecho de que grandes científicos aduzcan que sus investigaciones les llevan a concluir que Dios no existe. Esto sucede especialmente en el campo de la cosmología, la evolución y la neurociencia. Pero lo cierto es que la Ciencia no sirve para demostrar que Dios no existe. De hecho, otros grandes científicos, como es el caso de Francis Collins (el director del primer equipo en descifrar el genoma humano), sostienen que profundizar en conocimientos científicos de la realidad les ha llevado a creer que debe existir un principio absoluto que es trascendente a la Naturaleza y que es la causa última de todo, el fundamento racional de la realidad que la ciencia, con tanto esfuerzo y éxito, trata de comprender. (...) 
-Plantea usted precisamente en la publicación si la razón y la ciencia han demostrado las tesis del ateísmo. Le traslado el interrogante a usted mismo. ¿Es así, lo han hecho? ¿En qué se fundamenta la consciencia de no creer? ¿Es una mera cuestión: se cree o no se cree y se decide no creer y ya está? 
No puede existir ningún argumento científico que demuestre que Dios no existe, por la simple razón de que Dios es inmaterial y la ciencia sólo trata con procesos materiales, tránsitos de un estado de materia o energía a otro, por lo que la realidad de Dios cae fuera de su campo de estudio y escapa a todo tratamiento de cualquier método científico. Por otra parte, cuando el lector pueda leer en este volumen los argumentos racionales dados por los ateos para demostrar que Dios no existe sacará sus propias conclusiones acerca de la validez de los mismos. Lo cierto es que la voluntad juega un gran papel a la hora de rechazar la existencia real de Dios. Explicar por qué es así resulta complejo, pero abordo también esta cuestión. (...) 
-Abundando en ello, ¿qué predica un buen ateo? 
Hay varios tipos de ateísmo, el clásico (el de los siglos XIX y XX), que he comentado más arriba. El ateísmo sociológico actual, el indiferentista, no diría nada si le hablas de Dios, te miraría como si fueras un marciano, se encogería de hombros y se marcharía a vivir el día a día. Como es habitual en él, Nietzsche se adelanta a su tiempo y se convierte en el heraldo de una nueva época gracias a una parábola titulada «El hijo del carcelero», en la que, con una prosa elegante y majestuosa, explica cómo un buen día un preso que llevaba muchos años encarcelado se puso ante los demás en el patio y les dijo a los otros reclusos que creyeran en él, que él era el hijo del carcelero y si creían en él les iba a salvar. Los presos reaccionaron encogiéndose de hombros y continuaron indiferentes dedicándose a los suyo. 
Por otra parte, la nueva elite intelectual atea agrupada en torno a las más recientes teorías cosmológicas dirían que Dios no existe porque el universo se ha creado a sí mismo a partir de fluctuaciones topológicas del vacío cuántico, incluidas las propias leyes del universo; como si esto solucionara el tema, pues estaríamos afirmando que algo surge de algo. Algo similar dirían los ultradarwinistas: «Dios no existe porque el género Homo surge por evolución biológica a partir de un homínido no humano» (algunos etólogos lo definen como el tercer chimpancé); como si este hecho anulara realmente la existencia objetiva de Dios. Para los neuroteólogos, Dios es una invención del cerebro, puesto que los escáneres revelan que cuando se hace meditación hay ciertas áreas del cerebro que se activan. Seguro que cuando comemos un yogur hay ciertas zonas del cerebro que se activan y no por eso el yogur es un invento de nuestra mente. 
-Viendo y releyendo a los grandes pensadores que usted introduce en su libro (Camus, Sartre, Nietzsche, Hume, Popper, Spinoza…) la gente creería que es «razonable» seguir los principios preconizados por esos intelectuales... 
Es normal; de Nietzsche se dice que es el autor de la mejor prosa alemana del siglo XIX, y textos como la parábola mencionada avala justamente esa opinión. Sartre y Camus ganaron merecidamente el Premio Nobel de Literatura; y así podríamos continuar reconociendo los méritos personales de los autores citados. Pero lo importante es seguir sus razonamientos. El libro está consagrado a eso. Y que cada lector saque sus propias conclusiones. Es un libro muy respetuoso. Claro y profundo, pero muy respetuoso. Encaminado a estimular la reflexión y huyendo del adoctrinamiento. No me escondo, la conclusión es que no hay razones objetivas para ser ateo, en el sentido de que no hay argumentos racionales teóricos que logren demostrar de un modo objetivo y satisfactorio que Dios no existe. Ser ateo es una decisión personal, es un acto de la voluntad que, eso sí, puede ir acompañado de argumentos racionales, pero que, tal como se analiza en el libro, si son como los propuestos hasta la fecha, no son probatorios. No obstante, esta tesis se defiende respetando siempre de un modo profundo y sincero a todo el mundo y exponiendo las ideas y los razonamientos con honestidad. 
-¿Cómo trata usted de desmantelar los sofismas planteados sobre el ateísmo? 
En este libro no realizo esa tarea. Lo siento. Quizás decepcione a alguien, empezando por los propios ateos que pueden pensar: «Ya estamos con lo mismo, niegan nuestra postura pero no argumentan la suya». La razón es muy sencilla: este libro trata sobre las posturas de los ateos y sobre cómo los creyentes pueden dialogar con el nuevo tipo de ateísmo que predomina en nuestros días (que, tal como ya he apuntado, es muy distinto al de los dos siglos anteriores). Abordar los argumentos que tiene el ateísmo para demostrar racionalmente la existencia de Dios de un modo objetivo y probatorio es un tema que da para escribir otro libro. 
-En ese debate enconado que propone entre un ateo y un cristiano, ¿cómo pueden dialogar entre ellos? ¿Cuáles serían los puntos de encuentro que debieran hallar en esa conversación? 
El ateísmo actual se caracteriza por ser indiferentista, práctico, masivo (antes el ateísmo era un fenómeno extremadamente minoritario), rehúye de dar argumentos (al menos el ateísmo sociológico), por tanto es volitivo y no racional. Para mí, y siendo muy breve, el diálogo entre el teísmo y el ateísmo actual se debe hacer desde el mutuo respetoy desde aquello que nos une a todos: el respeto a la dignidad de la persona, la solidaridad, la defensa de la libertad y de los valores más fundamentales, como los recogidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, trabajar en favor de todas estas cosas nos acerca y une, a partir de ahí es posible preguntar por el fundamento último de todo esto. Como bien dice, la última parte del libro se consagra a profundizar en algunas de las claves de este diálogo tan necesario. 
-¿Cómo ha recibido usted las palabras pronunciadas por el Papa en su viaje a Asia acerca de que no se deben ofender las creencias y la fe de nadie, obviamente, en relación con el atentado del «Charlie Hebdo»? ¿Y qué opina usted de estos sangrientos atentados cometidos en nombre de un dios, otro, el del islam? 
En mi opinión está absolutamente injustificado que se mate a nadie en nombre de Dios. Es algo contradictorio. ¿Cómo puede querer Dios a alguien que asesine a otro ser humano diciendo que así está sirviendo a Dios? Es algo que cae por su propio peso. Dios es el Creador absoluto y sólo Él es el dueño de cada vida humana que, en última instancia, es imagen y semejanza suya. Los crímenes de «Charlie Hebdo» me parecen abominables e injustificables, así como cualquier otro que se haga en nombre de cualquier credo religioso.  
Si alguien cree que se están ofendiendo sus creencias religiosas debe acudir a los tribunales y presentar allí sus alegaciones y si los fallos judiciales no son de su gusto tiene la posibilidad de, con paciencia y perseverancia, trabajar para lograr sentencias que sí le satisfagan. Por otra parte, me parece totalmente razonable que se hable del hecho de que ha de haber un profundo respeto por las creencias religiosas que promueven la dignidad de la persona, lo que no es incompatible con el derecho a la libertad de expresión. Mi libro apuesta por el diálogo respetuoso con las personas y centrado exclusivamente en el debate de las ideas, invitando a la reflexión y no a la confrontación. Ojalá que llegue un tiempo a partir del cual nunca más se vuelvan a repetir hechos así.
ABC
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Algo para remarcar antes de concluir: me deja un regusto amargo la mención "un Dios católico" como si el Dios de la ICAR fuera diferente al que tenemos los evangélicos protestantes y los ortodoxos orientales. Sin duda es el mismo Dios tanto para los católicos como para los hijos de la Reforma. 

lunes, 17 de noviembre de 2014

25 años de la caída del muro de Berlín


La peor derrota del comunismo y del ateísmo de Estado
Un muro que fastidió inclusive a miles de ateos





Al pastor Christian Führer
Quien predicó el evangelio de nuestro Señor Jesucristo
Bajo la tiranía del ateísmo de Estado de Alemania Oriental 


Christian Führer
5 de marzo de 1943, Leipzig, Alemania
 30 de junio de 2014, Leipzig, Alemania

Símbolo de la opresión comunista, su caída implicó dos grandes derrotas: del sistema político comunista y del ateísmo de estado. (No confundir con estado laico). Los llamados Nuevos Ateos cuya ideología de nuevo no tiene nada, suelen colar los eventos históricos que demuestran que el ateísmo, cuando se asocia a la política, es tan opresivo como cualquier teocracia. Por supuesto, muchos ateos novatos desconocen estos eventos y piensan que, ciencia en mano y burla dialéctica, van a cambiar todas las cosas y hacer un mundo mejor. Esta visión simplista y reducida de la sociedad humana demuestra un trasfondo de intolerancia. 
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Síntesis histórica

El Muro de Berlín (en alemán: Berliner Mauer), denominado oficialmente por la socialista RepúblicaDemocrática Alemana (RDA) como Muro de Protección Antifascista (Antifaschistischer Schutzwall) y también apodado por parte de la opinión pública occidental como Muro de la vergüenza (Schandmauer) fue parte de la frontera interalemana desde el 13 de agosto de 1961 hasta el 9 de noviembre de 1989 y separó la zona de la ciudad berlinesa bajo control de la República Federal de Alemania (RFA), Berlín Oeste, de la capital de la RDA entre esos años. El Bloque del Este dominado por los soviéticos oficialmente sostenía que el muro fue levantado para proteger a su población de elementos fascistas que conspiraban para evitar la voluntad popular de construir un estado socialista en Alemania del Este. No obstante, en la práctica, el muro sirvió para impedir la emigración masiva que marcó a Alemania del Este y al bloque comunista durante el período posterior a la Segunda Guerra Mundial. En síntesis, el muro lo que hizo fue acorralar a las personas en un territorio puesto que, su emigración hubiera implicado reconocer que el comunismo y el ateísmo de estado no habían logrado sus metas sociales y económicas. Nadie se quiere marchar de un sitio donde se está bien.

El muro de la vergüenza

Cuando las ideas y convicciones no son firmes, el hombre levanta muros para contener peligros o bien, para aprisionar a los pueblos sobre los cuales gobierna y expolia. Durante su existencias aproximadamente 5000 se fugaron a Berlín Occidental; 192 de ellas fallecieron en el intento y otras 200 fueron heridas y tomadas prisioneras. (1)  Según el Ministerio de Seguridad del Estado de Alemania Oriental, en 1989, el muro estaba formado por:

    41,91 km de muro de una altura de 3,60 m.

    58,95 km de muro prefabricado de una altura de 3,40 m.

    68,42 km de alambre de espino con una altura de 2,90 m.

    161 km de calles iluminadas.

    113,85 km de vallas.

    186 torres de vigilancia.

    31 puestos de control para cubrir 156 km.

 El muro en 1990
Las cruces recuerdan a los fallecidos tratando de huir
Un buen recordatorio para los "nuevos ateos" quienes
apelando a los descubrimientos científicos y a la burla de las creencias
procuran erosionar al cristianismo occidental
El Ateísmo de Estado siempre se ha comportado como la peor de las Teocracias   
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Wikimedia Commons 

El Muro de Berlín cayó en la noche del jueves, 9 de noviembre de 1989, al viernes, 10 de noviembre de 1989, 28 años después de su construcción. El derrumbe del ateísmo de Estado se pudo observar por televisión en vivo y en directo. Multitud de personas contemplaron lo increíble: el derrumbe de un sistema político que había sembrado la discordia en el mundo entero fomentando luchas armadas y de clases. La apertura del muro, conocida en Alemania con el nombre de die Wende (El Cambio), fue consecuencia de las exigencias de libertad de circulación en la ex-RDA y las evasiones constantes hacia las embajadas de capitales de países del Pacto de Praga y Varsovia y por la frontera entre Hungría y Austria, que impuso menos restricciones desde el 23 de agosto. La gente de Alemania oriental ya no quería vivir más, tutelados por un gobierno que había hecho de la Stasi –la inteligencia nacional- el servicio de espionaje más eficiente del mundo a la hora de controlar ciudadanos. En septiembre, más de 13.000 alemanes orientales emigraron hacia Hungría. Poco después comenzaron manifestaciones masivas en contra del gobierno de la Alemania Oriental. El líder de la RDA, Erich Honecker, renunció el 18 de octubre de 1989, siendo reemplazado por Egon Krenz pocos días más tarde.Las tropas fronterizas de Alemania del Este tenían órdenes de impedir por todos los medios la evasión de cualquiera que intentara cruzar el muro, incluido el uso de armas de fuego, aún a costa de la vida de los fugitivos. 

El ateísmo de Estado no pudo destruir al cristianismo
Tampoco dejó conforme a miles de ateos 

A pesar de tantas persecuciones, el ateísmo de Estado de la Alemania Oriental nunca pudo acabar con el cristianismo de las personas. Si bien millones, por conveniencia o convicción se declararon anti cristianos, lo real es que el cristianismo perduró aún, bajo condiciones muy difíciles. Finalmente, muchos ateos, hartos de la opresión, unieron esfuerzos con los cristianos para torcerle el brazo al gobierno comunista.

Mural que recuerda el derrumbe del muro
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En noviembre de 2013, el periodista de la BBC Peter Crutchley se preguntaba ¿Pudo una oración masivahacer caer el Muro de Berlín? ¿A qué se estaba refiriendo? A un hecho que ningún ateo debería pasar por alto: al cristianismo se lo puede enfrentar, perseguir, insultar, agraviar, pero cuando el verdadero cristiano reacciona, el cristiano que lo es por convicción no de nombre o apariencia,  su principal arma no es la violencia sino la oración. Y la oración tiene mucho poder.

Escribe Crutchley: 
Ignorando amenazas de muerte y un inmenso operativo policial, miles de personas se reunieron el 9 de octubre en la iglesia de San Nicolás, en la ciudad de Leipzig, Alemania Oriental, para rezar por la paz. Luego, la congregación se unió a una multitud estimada en 70.000 personas para protestar en contra del régimen comunista.Fue la mayor demostración espontánea jamás vista en Alemania Oriental, pero no se trató de una turba conformada en minutos, sino de la culminación de años de rezos semanales organizados por Christian Führer, el pastor de San Nicolás. ¿Pero cómo hizo esta iglesia para terminar jugando un rol político tan prominente bajo un régimen ateo?Todo empezó en 1982, cuando desilusionado por el Muro de Berlín -la defectuosa y concreta línea de la Guerra Fría de aquellos años- y el represivo régimen de Alemania Oriental, el religioso Führer comenzó a organizar oraciones por la paz cada lunes por la tarde. En muchas ocasiones solo acudieron una docena de personas, ya que el gobierno desalentaba fervientemente cualquier participación de sus ciudadanos en actividades religiosas, pero las oraciones continuaron cada lunes sin interrupción.
En 1985 el pastor Fürher puso un aviso afuera de la iglesia: "Abierta para todos". Ese gesto estuvo cargado de simbolismo ya que el lugar se convirtió en el único espacio en Alemania Oriental donde la gente podía hablar de temas que no podían ser discutidos en público. Jóvenes, cristianos y ateos empezaron a buscar refugio allí y la convocatoria aumentó considerablemente a medida que se corría el rumor de las oraciones de la paz. En el verano boreal de 1989 comenzó a notarse una gran diferencia, como recordó el pastor en una entrevista con la BBC en 2009. "El 8 de mayo de 1989 las autoridades pusieron barricadas en las calles que iban a la iglesia con el objetivo de alejar a la gente, pero tuvo el efecto contrario y nuestra congregación creció. Había golpizas y arrestos de manifestantes en protestas que tenían lugar en Leipzig, Berlín y Dresden".Para ese momento, las oraciones en San Nicolás habían sido imitadas en protestas políticas pacíficas en Leipzig y otras ciudades que se volvieron conocidas como las Demostraciones de los Lunes. Por años, las reuniones habían sido ignoradas por las autoridades, debido a lo escaso de la asistencia. Pero cuando el número de participantes creció, tanto el pastor como sus seguidores fueron amenazados y presionados para terminar con las reuniones, pero ellos no cedieron.
 

Ciudad sitiada

 Funcionarios de la Alemania Oriental luego dijeron que estaban preparados para todo, todo menos velas y oraciones. Christian Führer, pastor de la iglesia de San Nicolás, recuerda: Todo se complicó el 7 de octubre de 1989, el aniversario de las primeras cuatro décadas de la República Democrática Alemana."Hubo cientos de arrestos en la multitud que se reunía frente a San Nicolás. Erich Honecker (el líder comunista de la Alemania Oriental) declaró que la iglesia debía ser cerrada. La policía usó la fuerza fruta en contra de los manifestantes y muchos de ellos fueron golpeados", recordaba Führer.Un artículo apareció entonces en un periódico local anunciando que la contrarevolución debía ser reprimida el lunes 9 de octubre "por cualquier medio posible".La gente que asistía a las oraciones temió un baño de sangre, con el recuerdo aún presente de la masacre china de la Plaza de Tiananmen ocurrida ese verano. "La iglesia fue visitada por doctores que nos dijeron que se habían dispuesto habitaciones en los hospitales para recibir heridos de bala, así que estábamos absolutamente aterrorizados de lo que podía ocurrir".
El 9 de octubre de 1989, cuando los habitantes de Leipzig regresaban a su casa del trabajo, vieron la ciudad ocupada por soldados y policías, incrementando la sensación de mal presagio.Leanna, un miembro del grupo Mujeres por la Paz que ayudaba con la organización de las oraciones, le contó a la BBC cómo ella había sido acosada desde hace tiempo por la policía y el nivel de ansiedad que tenían los manifestantes ese día."La sensación dominante esa jornada era el miedo". "Yo había perdido la custodia de mis hijos por un tiempo y ellos incluso me habían amenazado con poner a mi hija menor en un internado de niños. Los documentos oficiales decían que no era apta como madre porque estaba involucrada con grupos extremistas", recordaba Leanna.
Somos el pueblo
Más de 8.000 personas se congregaron en el interior de la Iglesia de San Nicolás, incluyendo miembros de la temida Stasi (la policía secreta) que habían sido enviados a ocuparla.Otras iglesias de Leipzig abrieron sus puertas para acomodar a otros manifestantes. Unas 70.000 personas se habían movilizado en la ciudad. Luego de una hora de misa en San Nicolás, el pastor Fürher guió a la gente hacia la salida.La plaza cercana, Augustusplatz, estaba ocupada por manifestantes que sostenían velas. Lentamente, la gente comenzó a marchar alrededor de la ciudad, pasando por los cuarteles de la Stasi y cantando "nosotros somos el pueblo" y "no a la violencia", acompañados por miles de policías anti-disturbios preparados para intervenir.La tensión era palpable, pero en un momento decisivo, la policía se hizo a un lado y dejó a la gente marchar."No atacaron. No tenían ningún motivo por qué hacerlo. Funcionarios de la Alemania Oriental luego dijeron que estaban preparados para todo, todo menos velas y oraciones", relató el pastor.
 

A minutos de la masacre

 El veterano editor diplomático de la BBC Brian Hanrahan cubrió aquella manifestación y secretamente la filmó. Recordando los hechos 20 años después, él decía que había escuchado varios rumores de como funcionarios comunistas locales habían alcanzado un acuerdo de último minuto, desafiando a Honecker y dejando que la marcha continuara, al darse cuenta cuán cerca estaba Leipzig de vivir una masacre."Era necesario un gran coraje personal para enfrentar a un gobierno conocido por ser despiadado", opinaba el periodista.
Grandes multitudes acudieron a las oraciones por la paz en la iglesia de San Nicolás, en Liepzig."Había un presentimiento de que ese día podía terminar en un baño de sangre. Luego supe lo cerca que eso estuvo de ocurrir, una masacre evitada por minutos", decía Hanrahan. Ese sería un momento bisagra. El hecho de que no fueran reprimidos con violencia hizo que el movimiento de protesta perdiera su miedo. La represa se había agrietado.La filmación de la marcha fue ampliamente difundida, lo que inspiró demostraciones los lunes en todo Alemania Oriental. Unas 120.000 personas tomaron las calles el siguiente lunes. Erich Honecker renunció dos días después. La disidencia se volvió cada vez más fuerte, con 300.000 manifestantes el 23 de octubre.Exactamente un mes después de los eventos del 9 de octubre, el Muro de Berlín cayó en medio de escenas de júbilo que fueron seguidas por todo el mundo. Ese fue uno de los tantos eventos históricos del año que vio caer la Cortina de Hierro, el fin de la Guerra Fría y por último la reunificación alemana el 3 de octubre de 1990.La voluntad de la gente había triunfado gracias a protestas pacíficas. 

Dictaduras ateas

El pastor Führer estaba seguro que el Muro no hubiese caído sino hubiera sido por lo ocurrido en Leipzig."Los eventos que tuvieron lugar en Leipzig no tenían parangón en ningún otro lugar". "La gente que llegó a manifestarse el 9 de octubre provenía de toda Alemania Oriental. Sin Leipzig, el Muro de Berlín no hubiese caído, ni menos aún se hubiera producido la reunificación alemana. Sin la iglesia todo hubiese sido como otras revoluciones anteriores, sangriento y fallido recordó Christian Führer, pastor de la iglesia de San Nicolás (2)


"Lo que más me movilizó fue el hecho de que la gente que había crecido en dos dictaduras ateas, primero los nazis y luego los regímenes comunistas, fuera capaz de condensar el mensaje de Jesús en dos palabras: no violencia. Sin la iglesia todo hubiese sido como otras revoluciones anteriores, sangriento y fallido", opinaba el pastor.
 Oraciones por la Paz en la Iglesia Luterana de San Nicolás
        En Leipzig
        De aquí se motorizó parte de la revuelta por la libertad
        Muchos ateos colaboraron con los evangélicos luteranos
        Foto gentileza BBC
El historiador alemán Jens Schöne cree que, aunque la importancia de las oraciones no puede ser subestimada, había otros factores cruciales en juego. "Las oraciones semanales y las demostraciones mostraron que la gente estaba harta del sistema y quería cambios fundamentales, pero en mi opinión hubo una cadena de eventos, que tuvieron influencia unos sobre otros, y que terminaron con la caída del Muro, incluyendo los refugiados en las distintas embajadas y los eventos de Dresden, Berlín y Leipzig". "La llegada de Gorvachev como líder soviético también fue muy importante para el fin de la Guerra Fría", opina el historiador.El doctor Todd Weir, experto en Historia Europea Moderna en la Universidad de Queen en Belfast, quien estudió en Alemania Oriental en 1988, añadió la erosión del poder en ese país como factor fundamental."La incapacidad del Estado par aprevenir el éxodo de alemanes orientales a través de las embajadas de Praga y Budapest en el verano de 1989 fue crucial".
Pero para Brian Hanrahan, no se puede restar mérito a la importancia que tuvo la noche del 9 de octubre. Hablando en 2009, el periodista resumía el impacto de la protesta: "Honecker renunció en menos de una semana, el Muro cayó en un mes, derribados por la valentía de los manifestantes de Leipzig". El pastor Führer, que continuó al frente de San Nicolás hasta su retiro en 2009, opinaba que las acciones emprendidas por su iglesia no estuvieron orientadas a aumentar el número de la congregación."Lo hicimos porque la iglesia tenía que hacerlo". 

No existe en el mundo, sistema político y económico que garantice la felicidad de todos. Solo alcanzaremos dicho bienestar general, cuando Cristo regrese e instale su Reino. Entre tanto, siempre habrá pobres entre nosotros, guerras, hambres, enfermedades, violencia. Pretender imponer el ateísmo de Estado una vez más como luchan los nuevos ateos, esta vez sustentando por los avances científicos (que son verdades por un rato ya que luego llega otro descubrimiento que los pone en duda o bien, los refuta o mejora) no parece lógico.  

El ateísmo de Estado tuvo una magnífica oportunidad de gobernar y demostrar su valía para transformar al mundo  con justicia social. En cambio, solo esclavizó, corrompió, martirizó y amedrentó a millones de personas que solo querían vivir en paz. Dejó un tendal de inconformes y de muertos incluso entre los mismos ateos.¿Quién nos garantiza que el nuevo ateísmo podrá lograr lo que sus maestros no pudieron?

Pastor Cristhian Führer
Documental en inglés

La caída del muro de Berlín
Documental en castellano


Evangélicos en Patagonia
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1. A pesar de tantos rigurosos controles,  57 personas lograron escapar a través de un túnel de 145 m de longitud cavado con ayuda de berlineses occidentales, en octubre de 1964. Otros no tuvieron tanta suerte. El intento fallido más destacado fue el de Peter Fechter. Al intentar cruzar el muro junto a su compañero Helmut Kulbeik, fue tiroteado y se le dejó morir desangrado a la vista de los medios occidentales el 17 de agosto de 1962.

2. El pastor evangélico luterano  Christian Führer falleció el 30 de junio de 2014. Uno de los artífices de la revuelta que liberó a Alemania de la opresión comunista, hoy descansa en la presencia del Señor. Una semana antes se le había concedido el Premio Nacional de Alemania por su participación, juntos a otros hermanos y compañeros, en los eventos que implicaron la caída del régimen comunista. El premio lo recogió su hija. Christian Führer fue el párroco luterano de San Nicolás desde 1980 hasta su jubilación en 2008. En 1982 inició con los jóvenes de la parroquia una reunión de oración “por la paz”. Aquello atraía a algunas personas que querían trabajar “por la paz” sin caer en la dinámica de la Guerra Fría (“o eres un buen comunista o eres un simpatizante de Occidente”). Querían la paz sin estar bajo el control del Partido. Muchos descubrieron esos días que las iglesias eran el único espacio donde se podía vivir sin mentir, sin la doble vida que el comunismo impone al disidente. Muchos eran “bausoldaten”, jóvenes pacifistas que pedían realizar su servicio militar en unidades y servicios no armados. 

En 1989 las cosas se calentaron. En Polonia y Hungría se movían los regímenes. Las elecciones locales de mayo en la RDA habían escandalizado a muchos por sus manipulaciones. Un encuentro de artistas y músicos callejeros espontáneos había sido disuelto a golpe de porra por la policía ante los viandantes el 10 de julio: el comunismo se lleva mal con lo “espontáneo y callejero”. Se prohibían los viajes al extranjero y se hostigaba a quien los solicitara. La población estaba harta. En San Nicolás en septiembre se organizaban congresos, grupos de discusión, debates políticos sin el Partido. Y el grupo de oración de los lunes se había convertido en las “manifestaciones de los lunes”, recuerda Religión en Libertad. (Click AQUÍ).
 




sábado, 9 de agosto de 2014

CRISTIANISMO y MARXISMO




Maridaje cristiano marxista
¿YUGO DESIGUAL?


¿Conviene abrir el corazón a quien no abre la Biblia?
Seguro que si. Después de todo, antes de ser
Hijos de Dios teníamos vidas que desagradaban a Dios
 

Por
Carolina Alfaro



A fines del 2013, el por entonces vicepresidente Salvador Sánchez Cerén, de El Salvador y por entonces candidato a la presidencia por el FMLN, se reunió con 7000 evangelicos que decidieron apoyar su candidatura. En el transcurso de la reunión, Sánchez Cerén se comprometió, de ser electo, a "trabajar por la libertad espiritual y religiosa" del país. Resaltó, además, la importancia de las iglesias como instrumento de lucha social para "erradicar la violencia y llevar felicidad a la familia salvadoreña". Reconoció inclusive, la importancia del trabajo religioso en la formación de valores en los ciudadanos, tanto en las escuelas como en las comunidades. 

Semejantes palabras dejaron atónitos a miles de protestantes. ¿Desde cuando a un ateo marxista le conviene apoyarse en líderes religiosos cuya doctrina teológica proviene en la mayoría de los casos, de Estados Unidos? ¿En verdad proviene la teología de estos cristianos del mayor imperio capitalista del mundo?

Antes de comenzar, unas palabras de advertencia: La Biblia es clara a la hora de motivar a los creyentes a peticionar a favor de las autoridades las cuales -nos informa- son permitidas en sus puestos por el mismo Creador. Aún así, como cristianos protestantes, tenemos el derecho a la desconfianza. La Biblia también nos advierte sobre la necesidad de probar los espíritus; evaluar con detenimiento si aquellos que han sido contrarios al cristianismo, luego al modificar sus conductas, son dignos de fiar.

Pronto sabremos si Sánchez Cerén, ya electo presidente de El Salvador, cumplirá o no, sus promesas. Entre tanto, conviene rescatar del olvido y para informar nuevas generaciones de cristianos, los intentos en el pasado de maridar marxismo con cristianismo.

¿De dónde viene esta tendencia a dialogar entre marxistas y protestantes?

El cristianismo tanto Sudamericano como Centroamericano lleva décadas dialogando con el marxismo. La teología de Liberación, por ejemplo, que empapa el pensamiento filosófico teológico de muchos líderes protestantes y católicos, tiene fundamentos en el comunismo marxista. Cabe preguntar ¿cómo es posible que una doctrina atea comulgue con el cristianismo? ¿Puede haber acuerdo entre Dios y el diablo? ¿Acaso no persiguieron cristianos los marxistas? ¿No es que capitalistas cristianos persiguieron marxistas?

Génesis de un maridaje controversial

A mediados de los años 50, el pastor evangélico Rubem Alves de Brasil estaba preocupado por los pobres. Las favelas amontonaban gentes sin esperanza, muy alejados de marco festivo temporario que presenta el cineasta francés Marcel Camus en Orfeo Negro. La realidad era (aún lo es) dolorosa para los excluídos.  

Se había dado cuenta que la teología que estudiaba y a la vez enseñaba, provenía de un continente con sociedades diferentes y donde la pobreza no era un escándalo a los ojos de Dios. Todo el mensaje cristiano que se propagaba tenía que ver con la salvación pero, poco se decía en contra de la pobreza. Paralelamente, algunos teólogos católicos también se daban cuenta del problema: el cristianismo no estaba respondiendo adecuadamente, dijeron, a la pobreza extrema. Nadie parecía estar procurando -a excepción de unos pocos- en llevar algún tipo de solución a los deposeídos.

En contraparte, se le exigía total y absoluta fidelidad a Dios por parte de la iglesia católica y en menor medida, por las protestantes,  pero nada se le daba a cambio para sobrellevar su miserable existencialidad. Solo palabras de esperanzas. Pero la esperanza no da de comer, no sana enfermedades; solo motiva por un rato hasta que el hambre y la enfermedad vuelve a clavar sus garras en el cuerpo.

Rubem Alves
(Boa Esperança, 15 de septiembre de 1933 - Campinas, 19 de julio de 2014)
Cristiano protestante fallecido a los 80 años
Teólogo, poeta y escritor

Alves estudió Teología en el Seminario Prebisteriano de Campinas entre los años 1953 y 1957. Luego pasó a ejercer como profesor del Instituto Presbiteriano Gammon mientras ejercía funciones pastorales en la ciudad de Lavras, Minas Gerais. Pronto Alves se hizo conocido por sus críticas sociales con fundamentos en el evangelio y sus prédicas a favor de los pobres tuvieron eco en las autoridades. Acusado de marxista, fue perseguido por los militares de Brasil. Viajo a Estados Unidos donde obtuvo la maestría en Teología en el Union Theological Seminary de Nueva York y el doctorado en Filosofía en el Seminario Teológico de Princenton con la tesis "Hacia una Teología de la Liberación Humana". Quizás sin proponérselo, había colocado la piedra fundamental de la Teología de la Liberación. (1) 

Teología de la Liberación

El pastor brasilero era un hombre bien preparado y además, no solo escribía ensayos sino también cuentos y crónicas. ¿Por qué entonces, un hombre como Alves, profundamente cristiano, culto y además, angustiado por la pobreza, buscó inspiración en el marxismo, a sabiendas que esta ideología no solo perseguía cristianos (aún lo sigue haciendo) sino incluso los asesinaba

Alves adhirio al liberalismo teológico como reacción a la teología tradicional. Se cansó de "más de lo mismo". El púlpito del protestantismo histórico parecía entonces mas ocupado en predicar las buenas nuevas del Señor pero sin comprometerse en mejorar la vida social de los fieles. Alves rechazó esta conducta ya que pensaba que el evangelio no solo es prédica sino también compromiso. 

Esta postura de inmediato lo situó en curso de colisión con el protestantismo histórico y en mayor medida, con sus pares evangélicos prebisterianos. Su denominación Prebisteriana le prohibió ejercer el pastorado y en respuesta a la acción escribió Protestantismo e Represión, donde hacía catarsis por lo que había sufrido. (2) 

Alves entendió que el marxismo tenía una cosmovisión que favorecía al pobre proponiendo que este, para liberarse de la miseria, debía luchar y no sentarse a esperar que llegaran cambios. Los marxistas pensaban que la teología cristiana no solo era opio sino además, en opinión de Engels y Lenin, una variedad de "alcohol espiritual" que debía ser combatida. El marxismo, por otra parte, al proponer la lucha de clases para alcanzar justicia social, inducía a la destrucción de todas las instituciones sociales existentes. En su cosmovisión, el marxismo proponía al materialismo dialéctico -una forma de naturalismo- donde se establecía que toda tesis (lo establecido) tiene una antítesis (oposición a lo establecido) posturas destinadas a confrontar en algún momento.

Alves prestó atención a este detalle. Los cambios solo son posibles, mediante el esfuerzo colectivo y este esfuerzo no es sino, lucha. Ahora bien: la lucha que proponía el marxismo era "guerra armada". Matar para erradicar el problema. ¿Por qué tanto radicalismo incompatible con el amor al semejante que predica el cristianismo?

La ética marxista o la moralidad del proletariado carece de reglas absolutas. Todo lo que promueve el bienestar de la clase obrera es moralmente bueno. Mientras que, todo lo que se oponga al avance del bienestar del proletariado, es moralmente malo. De ahí que muchos ateos hayan sido grandes genocidas de la humanidad. Su ideología los conducía a matar para imponer lo que a la larga, decían, traería paz y prosperidad.(3) 

Ahora bien: Alves, mientras profundizaba sus estudios sobre el marxismo, se dio cuenta que debía estudiar psicología. Y es que el marxismo tiene su propia psicología o conductismo que enseña que toda persona es el resultado de dos razones materiales: el físico del individuo y la influencia de su entorno en su sistema nervioso. La psicología podía ayudar, a entender mejor a las personas. En cuanto a lo social, el marxismo deseaba imponer una sociedad donde todos son propietarios de todas las cosas. Obviamente, había liderazgo para conducir, pero en teoría estos líderes eran obreros. (4)

¿De qué libera la Teología de Liberación? 

El centro sobre el cual giran los escritos de liberación son los pobres. Dios, dicen los liberacionistas, siempre estuvo del lado de los pobres. Los ama y los fortalece con el anuncio de las buenas noticias del evangelio; "siempre habrá pobres entre ustedes" dijo el Señor, por lo tanto, Dios siempre estará junto a los pobres.

Por el contrario, la inmensa mayoría de los ricos son sibaritas que buscan placeres carnales o bien avaros que viven para amontonar riquezas; que les importa poco o nada la realidad del que sufre, que acumulan cuentas con cifras fabulosas sin destinar un solo céntimo a obras de caridad. Dios advirtió que muy pocos ricos entrarían en el Reino de los Cielos. Para los liberacionistas, la iglesia debía dejar de enfocarse en los poderes temporales de ricos y poderosos y centrar sus esfuerzos en los pobres. De no hacerlo, los pobres reaccionarían o lo que es peor, caerían bajo el influjo de corrientes políticas que capitalizarían el descontento. (5)

Los liberacionistas se preguntaron: es cierto que la fe, en ocaciones es alienante, que seda y aquieta los espíritus frente a las injusticias entonces ¿cómo lograr que la fe deje de ser opio adormecedor y se transforme en una fuerza motivadora capaz de alejar al pobre de sus miserias? ¿Cómo transformar la sociedad para que sea inclusiva y no exclusiva? 

La Teología de la Liberación es producto de las miserias de la mal llamada América Latina. Es una reacción en contra de una teología que dejaba hacer y dejaba pasar, todas las injusticias capitalistas. De modo que la Teología de la Liberación se propuso liberar a los pobres de sus padecimientos. ¿Lo ha conseguido? Siempre habrá pobres entre ustedes dijo Jesús. Contra estas palabras, ninguna teología humana puede.

Porque el problema de la miseria, es un problema que se relaciona con el mal. Este solo será erradicado con la llegada de Cristo. Por lo tanto, como mal, la pobreza siempre estará entre nosotros hasta el final de los tiempos. Entre tanto, es bueno ayudar a mejorar la vida de los pobres. Trabajo, salud y educación son las tres herramientas básicas necesarias para que los pobres dejen de vivir en el fondo del pozo.  La Teología de la Liberación ha sido condenada como error. Y es que esta forma de exégesis aparecida en América Latina no es sino para la ortodoxia católica y protestante, una radicalización de la Nouvelle Théologie ya condenada por el Papa Pío XII.

Surgida en América Latina en los años 1960-1970, la teología de la liberación (TL) es una radicalización de la Nouvelle Théologie, condenada en diversas ocasiones por el Papa Pío XII, sobre todo en la Encíclica Humani Generis (1950). Los "nuevos teólogos"  —encabezados por los franceses Dominique-Marie Chenu, Yves Congar, Henri de Lubac, y por el alemán Karl Rahner— pretendían que la Revelación no es una y definitiva, sino que es variable según el contexto histórico. Terminaron así por caer, entendieron los ortodoxos, en el error  inmanentismo historicista (Dios se revelaría en el flujo de la Historia).

Los evangélicos, en su mayoría tanto ortodoxos como liberales, tampoco aceptaron esta nueva teología enfocada en los pobres. Para el protestantismo, tan contrario al pensamiento marxista, que les apareciera en el firmamento teológico una doctrina inspirada en Marx implicó desconfianza y rechazo casi de inmediato. (Ver el artículo de David Stoll ¿Por qué no podría funcionar la Teología de la Liberación? clickando AQUÍ).

En definitiva, la Teología de la Liberación que prometía "liberar" a los pobres de la miseria y la exclusión social, con las caídas de los regímenes marxistas del Este de Europa, terminó siendo un experimento a punto de agotarse por la ancianidad de quienes la propusieron y defendieron en su momento y rechazada de plano por millones de cristianos.

Tanto el protestantismo ortodoxo, que no la aceptó, como el catolicismo que la condenó, la teología promisoria en su momento, ha derivado hacia  una lenta desaparición.  (Advertido el "peligro" de la Teología de la Liberación, a la par que la rechazaba,  el Vaticano reaccionó potenciando la labor de asistencia al necesitado dentro del marco proporcionado por la Doctrina Social de la Iglesia con el claro propósito de aumentar la presencia cristiana donde existían y existen necesidades).

El Salvador que me toca amar y sufrir

En El Salvador, por ejemplo, la falta de trabajo y leyes que los protejan, obliga a los trabajadores a vivir sufriendo  toda suerte de humillaciones para conservar el empleo. Y si es difícil permanecer en un trabajo, imaginen lo que cuesta conseguir uno. La gente, en su desesperación, se comen vivos unos a otros  literalmente, en la competencia por obtener ingresos. Esta situación de emergencia laboral provoca éxodos de gente productiva, de jóvenes que son la sangre nueva del país, fomenta la delincuencia organizada, ahoga el comercio por falta de sueldos que incentiven la oferta y la demanda, y lo que es peor, exporta niños y niñas quienes se marchan desesperados hacia naciones donde por lo general, son maltratados. Y a pesar de este panorama desolador en lo social, muchos pastores viven aferrados a la diabólica teología de la Prosperidad que insinúa que, cuanto más diezmos y ofrendas depositas en las arcas de las iglesias, más te bendecirá Dios y te hará rico, como mínimo. 

El Salvador parece estar dentro de un círculo vicioso. Falta empleo, aumenta la inseguridad. Como la gente no consigue en que emplearse, emigra y desde el exterior, gira dinero para ayudar a sus parientes. Estos ingresos son millones de dólares que son necesarios para movilizar la maltrecha economía. De modo que parece haber una necesidad de exportar gente para conseguir dinero. Todo esto podría terminar si se crearan empleos con salarios dignos y apoyados con leyes justas. No es mucho lo que se pide. Solo trabajar y salarios adecuados. Se calcula que el dinero que los ricos centroamericanos acumulan en el exterior alcanza la increíble cifra de 80.000 mil millones de dólares. ¿Por qué se fue este dinero? En este contexto de emergencia social, no es de extrañar que en la desesperación aparezcan nuevos mesías con ideologías cristianas de las más extrañas. 

En toda la ideología marxista existe un trasfondo cristiano que pocos quieren reconocer 

Stalin fue alumno de Seminario Teológico Ortodoxo de Tbilisi donde fue expulsado por inconducta. Stalin ya venía arrastrando serios problemas psicológicos debido al maltrato del alcohólico de su padre hacia su persona y la de su madre. Fue precisamente su madre, deseosa de apartar a su hijo de las contínuas palizas de su padre, quien lo envió a estudiar para monje. Stalin llegó sufriendo rebeldía al seminario. En esos días no existía la compresión por los traumas sufridos en la niñez sino una disciplina brutal. Stalin pronto se desencantó de ver que, los que debían dar amor, solo daban trato frío, distante y maltrato. Fue expulsado hacia 1899. Luego padeció la persecución zarista. ¿Podemos culpar a Stalin de odiar al cristianismo? Lo convirtieron en un psicópata violentas acciones que padeció desde que tuvo uso de razón. Algunos pueden luchar contra el deseo de venganza, de revancha, pero otros no. Cuando Stalin se hizo con el control de  la ex URSS, no es de extrañar que fuera inmisericorde hasta con su propia familia.

Marx se vio envuelto en una disputa teológica importante cuando su padre abandonó el judaísmo -con todo lo que eso implica- para convertirse al cristianismo. El episodio debió promover cuestionamientos importantes. Seguramente Marx pensó que, convertirse, en realidad era un modo conveniente de "pasarlo bien" que nada tenía que ver con la obediencia a un ser Superior.

Lenin, entre tanto, no la tenía nada fácil. En 1886 su padre murió de hemorragia cerebral  y al año siguiente, su hermano Aleksandr Uliánov fue detenido y fusilado. El hombre, luego de esto, quedó suficientemente motivado para hacer algo contra el opresor régimen zarista. Pero todas estas experiencias, como bien dice Josif Ton, "no pueden echar raíces y convertirse en fenómeno de masas a menos que encuentre condiciones políticas y sociales favorables". Lenin surgió cuando la desigualdad se tornó insoportable.

Marx, ya descreído hasta de la existencia de Dios, viajó a Inglaterra y noto algo increíble. El país vivía el auge del maquinismo a base de vapor. Todo estaba siendo mecanizado. Embarcaciones, imprentas, el novedoso ferrocarril, había una transformación casi milagrosa que aún no cesa. La población, gracias a las mejoras en los alimentos y medicinas se incrementó notablemente de modo que, desde 1800 donde había unos 180 millones de europeos, alcanzó la increíble cifra de 450 millones a fines del siglo. Todo este progreso sin embargo, no era parejo mucho menos justo.

Casi el 70% por ciento de la población del Reino Unido era cristiana practicante. En simultáneo, miles de obreros del reino eran cruelmente explotados por los capitalistas por paradójico que parezca, también cristianos. Cientos de niños cristianos estaban esclavizados en minas de carbón por patrones también cristianos y nadie parecía estar haciendo algo de proporciones para cambiar tanta injusticia. Para Marx, ver cristianos apoderándose de la libertad de otros cristianos, fue la prueba de que todo el cristianismo no  era sino, otro método de control de masas para enriquecer a algunos pocos y que; la religión; no era sino cómplice de esta maldad.

Es más que obvio porque Marx llamó a la religión, un opio adormecedor. Es que esta inmensa población explotada con rigor era condicionada en las iglesias para prestar sumisión a la corte y a los capitalistas industriales mientras estos los explotaban hasta matarlos por enfermedades. Por increíble que parezca, si bien había voces de protesta, la inmensa mayoría parecía aceptar el destino impuesto por la revolución industrial. Ahora bien: Marx se dio cuenta que, para liberar al hombre de semejante maltrato, hacía falta convertirlo en ateo. Solo así, pensó, era posible salir de un sistema corrupto donde religiosidad y capitalismo parecían convivir. (6) La Teología de la Liberación comenzó bien, en mi opinión, porque trajo a la luz de los púlpitos un tema que pocos se atrevían a denunciar: miles de cristianos siguen tan oprimidos por el capital como en los tiempos de Marx. Y nadie levanta la voz para mejorar sus vidas.

Para finalizar

El Marxismo es una ideología nacida en el calor de las luchas sociales europeas y exportada aprovechando que las necesidades de los pobres son las mismas en todo orbe capitalista. Hija de esta ideología es la Teología de la Liberación. Nació para ayudar al necesitado más luego se contaminó con ideologías mundanas. (Contra cara de esta Teología sería la Teología del Sufrimiento cuyo mejor exponente se me ocurre, fue Teresa de Calcuta. Aunque ella recibía importantes donativos, incluso de tiranos asesinos, para su obra entre los parias de la India, sus centros de atenciones médicas eran bastante precarios y la gente parecía sufrir mucho allí sin encontrar ningún alivio. Un Dios que hace sufrir, no lo hace por sádico sino para capacitarte, me dijo cierta vez un hermano). Cada cual podrá pensar lo que quiera al respecto pero, yo le tengo antipatía al dolor. Como la inmensa mayoría de los seres humanos.

"Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica" dice la Palabra de Dios en 1 Corintios 10:23. Conviene entonces a cada cristiano, evaluar los pasos a seguir para ver si las corrientes de doctrinas a las que adherimos en verdad edifican o no, al Cuerpo de Cristo. Dios te bendiga.

Notas

1 -En este contexto de luchas por los derechos obreros que había comenzado en Europa en el siglo XIX y trasladado a las tres Américas a principios del XX, la Teología de la Liberación hace cumbre en la montaña de las luchas; en los años sesenta; como bandera espiritual de un amplio sector de los desposeídos. Alves no estuvo solo dentro del protestantismo. Figura clave del desarrollo de esta novedosa teología fue el argentino Miguel Bonino. En el ámbito católico, el cura Gustavo Gutiérrez comenzó a predicar en 1968, mismo año que Alves.

2 -Años más tarde, en 2003, cuando ya Alves era famoso y renombrado en todos los seminarios protestantes y católicos del mundo, fue invitado a predicar en la Iglesia Prebisteriana de Copacabana, en Río de Janeiro. 

3 -Simultáneamente, los marxistas cuestionaron las leyes occidentales a las que acusaron haber sido redactadas para favorecer a una elite capitalista. La ley era necesaria, dijeron, pero solo por un tiempo. En teoría, una vez que todos los obreros comprendieran que vivir en sociedad implicaba responsabilidad y donde el robo y la violencia hubieran sido erradicados porque todos tenían salud, educación y trabajo, la ley ya no tendría razón de ser. Parece ser que, en su búsquedad de felicidad, los marxistas obviaron un problema grave: la tendencia al mal que todos llevamos dentro y que en algunos fuerza conductras fuera de la ley y de la moral. 

4 -En la práctica el marxismo cayó en vicios políticos de siempre. Por ejemplo, no puedo evitar la entronización de "monarcas" politicos cuyo "reinados" no finalizaron sino hasta la muerte de los mismos. Por ejemplo, Stalin no abandonó el poder hasta que falleció y como él, muchos más. Esta tendencia a entronizar líderes como si fueran reyes, ha dañado muchísimo la imágen del marxismo como ideología que procura justicia social. Simultáneamente, surgieron divisiones que fomentaron quebrantos ideológicos importantes. Vale de ejemplo, el asesinato de Trosky en México por orden de Stalin. Como si de un ajuste de cuentas narcomafioso se tratara, Stalin ordenó su asesinato el cuál fue cometido  en su propia casa en México, en 1940.

5- No estaban tan equivocados los teólogos de la Liberación sobre las reacciones de los pobres. En las Tres Américas los necesitados utilizaron tres caminos para intentar salir de la emergencia. Primero, millones abandonaron la iglesia católica y se sumaron al protestantismo seducidos por prédicas sencillas y promesas de redención. Segundo, otros cientos de miles, tomaron las armas revolucionarias o se dedicaron a la delincuencia. Ahí están las guerrillas colombianas que año tras año se nutren de descontentos y diversas mafias criminales que hacen lo mismo. Tercero, hubo un fuerte incremento de las protestas sociales fomentadas desde sectores de izquierda quienes buscaron que millones de marginales tuvieran al menos, consideración de parte de los gobiernos.

6 -En realidad, esto no es totalmente cierto. Marx no puedo dejar de observar que, dentro del cristianismo, hubo numerosos cristianos preocupados por las condiciones sociales de los desposeídos en particular y por el esclavismo en general, pero obvió esta realidad porque eran esfuerzos minoritarios.

Pronto los burgueses se convirtieron en grandes industriales y aprovechando el incremento de la produccion de bienes y servicios, comenzaron a sentar las bases de las modernas multinacionales. Los burgueses pronto advirtieron que convenía a sus negocios mantener alejadas toda suerte de interferencias en sus negocios. Limitaron incluso,el control estatal con el fin que este, no impidiera producir más capital. Y con el tiempo, hasta pusieron ellos mismos, los candidatos y legisladores para hacerles la vida fácil. Ellos, los ricos, todo y los pobres, nada.

La burguesía europea fue la gran triunfadora del maquinismo y  la inmensa mayoría de los nuevos millonarios les importaba poco el sufrimiento del desposeído. Esta situación de explotación sin piedad cristiana, motivó que millones de europeos abandonaran el continente para emigrar a Estados Unidos, Argentina (quien en pocos años cuadruplicó su población), Canadá y Australia, naciones que ofrecían promesas de desarrollo humano.

En este contexto de explotación en Europa, los abusos fueron una hoguera de maldad y problemas para las autoridades. La gente comenzó a resistir el viejo orden. Horarios inhumanos caracterizaban las jornadas laborales. Se empleaban criaturas para trabajar con las máquinas o bien, para arrastrar vagonetas de minerales por túneles mugrientos donde solo cabían personas pequeñas; se emplearon mujeres para trabajos malsanos y como si fuera poco, se oprimía con la amenaza de despido. Cuando la gente enfermaba, era despedida y si se quejaba lo mismo. Como no había leyes de protección social, un despido era pasaporte al hambre. La gente, por mal comer, se abandonó a los caprichos de los que más tenían. Pero no todos fueron ovejas sumisas.

Entre los obreros maltratados pronto comenzaron a organizarse cientos en luchas de protestas. Surgeió la lucha social y las aparecieron las Doctrinas Sociales. Había que rechazar de plano el individualismo capitalista por algo mejor. ¿Pero qué? Aparecen los socialistas utópicos quienes soñaron sociedades más justas. Entre ellos el Conde de Saint Simón, el francés Fourier, Le Blanc, etc. En este ambiente de turbulencia por la lucha por mejoras obreras, también aparecieron los Socialistas Cientificos quienes, basándose en estadísticas y sociología, introducirían doctrinas nuevas. Su mayor exponente fue Karl Marx. 

Los socialistas democráticos, por el contrario, argumentaron que la violencia propuesta por Marx en su lucha de clases, solo conduciría a más violencia y a la larga, un empeoramiento de la situación. Los anarquistas, por el contrario, desistieron de establecer estado alguno y decidieron motivar cambios mediante la acción directa. Se involucraron en varios asesinatos que terminaron provocando millones de muertos y un resurgimiento del odio entre las clase como jamás se había visto.

Quizás el peor error de los socialistas científicos fue subestimar la necesidad espiritual del hombre. Dios es necesario en la vida de millones de ciudadanos. Creer en Dios no significa dar un cheque en blanco a las autoridades para que hagan lo que se les ocurra. Sino un modo de vivir una vida a pesar de todos los problemas e injusticias. El cristiano si bien desea mejoras en su modo de vivir, tampoco ignora que su bienestar jamás podrá ser garantizado por organización humana alguna sino por el mismo Jesucristo a su regreso. Contra esta forma de pensar, chocaron todas las doctrinas derivadas del marxismo ateo. Contra esto colisionó la Teología de la Liberación. De tanto defender al pobre en sus sufrimientos olvidó parecería dos pasajes notables de la Biblia. En dos oportunidades dijo Jesús: siempre habrá pobres entre ustedes y, en el mundo tendréis aflicción. 

jueves, 29 de mayo de 2014

ATEOS Y CRISTIANOS -FRANCIS SPUFFORD Y SU "QUERIDOS ATEOS"


Aunque algunos lo deseen
parece imposible, por el momento, 
el diálogo tolerante y colaboración
entre Ateos y Teístas
para construir un mundo mejor

¿Colaboración entre ateos y teístas como lo hacen estas hormigas?
Por el momento, algo difícil de considerar. 
Los radicalismo están en auge.
Y las partes se enfrentan en debates que han conducido
hacia un resurgimiento tanto de la apologética atea,
como  de la cristiana.



Francis Spufford; editor y escritor; ha publicado en el País de España, un artículo titulado “Queridos Ateos” donde le solicita a los incrédulos reconocer que, tanto ellos como los cristianos, son creyentes que apelan a la fe para sostener un entramado ideológico. Le ha replicado Jorge Blaschke, respuesta que tratamos más abajo.  Spufford, en resúmen, dice: 
“Permítanme que venga a molestarles con un proyecto: el de respeto mutuo entre ateos y creyentes. Se apoya en un principio muy sencillo: ambos sostenemos una postura para la que, por definición, no hay pruebas. Nosotros creemos que existe un Dios y ustedes creen que no; cuando, en realidad nadie lo sabe, ni puede saberlo; no es una cuestión susceptible de ser probada. La ciencia, como mucho, puede demostrar que no hay necesidad de Dios como explicación física de nada. Puestas así las cosas, la posición natural, neutral y moderada sería el agnosticismo: un calmado, indiferente desconocimiento. 
Sin embargo, usted y yo y esas salvajes criaturas románticas que somos, nos apresuramos a tomar posiciones de fe sobre el asunto. Esta compartida (aunque enfrentada) extravagancia podría convertirnos en almas gemelas. O en sin-almas gemelas; yo digo lechuga, usted dice tomate, pero al menos ambos estamos hablando de hortalizas. Ateos y creyentes son, en formas opuestas, gente con convicciones, gente que se queda fuera del centrado campo del empirismo. 
Mes frères, mes soeurs, mes semblables! Abracémonos, porque todos somos refugiados huyendo del aburrido pragmatismo”. Luego añade: “Ustedes sacan la carta de la dignidad del materialismo, y nosotros ponemos al lado la aceptación cristiana de lo trágico, lo desechado, lo irreparable. Ustedes sacan el humillante descubrimiento de la pequeñez y la contingencia de la humanidad en el cosmos, y la idea enaltecedora de que en cualquier caso la vida humana sigue teniendo sentido. Nosotros sacamos la universalidad del fracaso humano, y la esperanza de escapar de la búsqueda eterna del beneficio propio. Nosotros enseñamos nuestras cartas y ustedes enseñan las suyas. Y juntos admiramos las previsibles apuestas que nos sostienen. 
No obstante —y ahora sí que intento provocar— antes de eso, creo que ustedes deberían ser un poco más claros sobre cuál es el contenido emocional de su ateísmo. Ustedes son quienes aseguran estar actuando a partir de una simple carencia, a partir de una no-creencia, pero, ya que hablamos de ausencias, el ateísmo contemporáneo no parece involucrar sentimientos convincentes ni de lejos. No todo es leer a Lucrecio, o pensar en la naturaleza de las cosas hermosas. 
Para muchos de ustedes, el objetivo del ateísmo parece ser no tanto la no-relación con Dios, como una viva y hostil relación con los creyentes. La misma existencia de la religión parece ser una afrenta, un atrevimiento, un picor que no pueden evitar rascar. La gente a la que no le gusta coleccionar sellos no tiene una revista especializada llamada El Antifilatélico. Ustedes sí. Lo que hacen es el equivalente a irse un domingo a la plaza Mayor de Madrid con pancartas contra la venta de sellos. 
Cuando en un diario progresista se habla de eso de las creencias, los comentarios suelen estar copados por tertulianos que lanzan su desprecio con la misma fuerza que un extintor de incendios. Es como si hubiera una pequeña onda transgresora de satisfacción que solo se pudiera alcanzar pronunciando palabras despectivas allí donde un cristiano de verdad pueda oírlas. Y esto no puede ser bueno para ustedes. Nunca es buena idea creer que el placer de la agresión esconde detrás una virtud. Se lo dice una persona religiosa. Eso sí que lo sabemos con certeza”.
Por supuesto, el artículo ha hecho ruido y no tardaron en aparecer algunos contrapuntos ateos. Me detuve a leer uno cuyo autor;  Jorge Blaschke; a pesar de ser un prolífico escritor, su pensamiento yo no conocía. Así que, picado por la curiosidad, fui a ver que le respondía a Spufford.
“Comparto con el que ni creyentes ni no creyentes podemos demostrar, unos que existe Dios y otros que no existe. Para los primeros es cuestión de fe, para los segundos cuestión de razón. Los primeros se apoyan en la tradición religiosa y los segundos nos apoyamos en el humanismo y la ciencia. 
Una discusión proselitista entre ateos y creyentes sería inútil, ninguna de los contertulios podría convencer al otro. Habló de cristianos y ateos, no de otras religiones en las que impera una intolerancia imposible de superar, y aunque me sabe mal decirlo, ante la intolerancia: intolerancia. 
Creyentes y no creyentes sólo pueden sentarse a dialogar sobre los peligros que les amenazan: las sectas que se amparan en pseudo-religiones y pseudo-ciencias. Un peligro para todos aquellos infelices que caen en sus redes y que pueden ver destrozadas sus vidas por estructuras crematísticas dirigidas por líderes dignos de compartir una celda con Hannibal Lester. Creo que creyentes y no creyentes estamos de acuerdo que no podemos permitir estas manipulaciones cerebrales en los seres humanos. 
Francis Spufford olvida en su artículo que los no creyentes ya son casi tantos como los creyentes cristianos. Que existen movimientos humanista y transhumanista y que si esos movimientos son verbalmente agresivos con el cristianismo, es porque se sienten atacados por la Iglesia, que aprovecha su convivencia con determinados gobiernos para imponer leyes que beneficien su poder sin considerar que, esas leyes, afectan a todos los ciudadanos, entre ellos los no creyentes. Por lo que hay que considerar quién es el agresor, y el porqué del rebote de las asociaciones ateas. 
Spufford, en su artículo, es el primero en atacar a Richard Dawkins, a quién acusa de no saber nada sobre religión. Tal vez le sepa mal que Dawkins sea autor de varios bell-sellers como “El espejismo de Dios” o “El gen egoísta”, cosa que por ahora no ha conseguido su libro “Impenitente”. Sépase que Dawkins es también líder del movimiento Transhumanista en el mundo, ganador de muchos premios científicos y fundador de la “Richard Dawkins Fundación para la Razón y la Ciencia”. 
Pienso que el artículo de Spufford, “Queridos ateos…”, empieza con un título engañoso, un artilugio en el que si bien al principio es reconciliador, tiene una última columna llena de reproches y advertidas provocaciones. Nos acusa de carecer de sentimientos convincentes, de hostiles y gratuitas posturas con los creyentes, de ver la religión como una afrenta y una encubierta acusación de proselitismo antirreligioso que compara con la filatelia, donde por cierto hay sellos religiosos y ninguno antirreligioso". (Puede visitar el blog de Blaschke clickando AQUÍ).
Blaschke no es un posteador cualquiera. Como periodista ha sido corresponsal del País, ha redactado unos 60 libros; Premio Nacional de Periodismo en 1982, ha trabajado en Radiofonía, escrito guiones de televisión, colaborado con La Vanguardia, la Rioja, El Correo del Pueblo Vasco, etc., y es además, fundador de la Asociación Catalana Transpersonal. En su biografía, asegura haber estudiado Paleontología y Astronomía y haber participado como Co-director en tres campañas paleontológicas y otras tres de investigación en Tassili, Argelia. De modo que su historial lo reporta como una persona que sabe muchísimo más que el promedio. ¿Entonces...?

Me ha llamado la atención que, al margen de asentir que puede haber un diálogo, este solo puede estar condicionado por la crítica en unísono al accionar de grupos minoritarios. Por ejemplo, cuando afirma que los cristianos y los ateos encontrarían un espacio de diálogo en cuanto a lo peligroso del accionar de las sectas y nada más. El resto de la respuesta es un réplica contra Spufford. Colijo entonces que, el único punto donde los ateos y cristianos podemos coincidir es precisamente, en criticar y accionar contra las sectas destructivas. O sea, nos uniría hipotéticamente, la crítica hacia otros colectivos y nada más. 

Blaschke da la impresión de no tener ganas de charlar en términos amigables con los teístas que difieren sus puntos de vista. Primero afirma que Spufford olvida que los incrédulos son casi tantos como los creyentes cristianos olvidándose también él, tremendo auge del cristianismo protestante en América del Sur y Central donde, en menos  de 20 años, los colectivos evangélicos han alcanzado a millones de personas y adquirido poder político, económico y social en una escala jamás imaginada. 

Segundo, como suele suceder en el ateísmo ibérico, no puede dejar de recordar que su ateísmo es una respuesta a lo que él considera agresividad de parte de la Icar (Iglesia Católica).  Convengamos que la mayoría de los ateos peninsulares sienten un rencor visceral hacia el catolicismo porque, como bien lo explica,  los curas se asocian  a poderes políticos temporales para obtener réditos ninguneando a los demás. Esta visión crítica es compartida incluso, por figuras del protestantismo español. (Ver reportaje a César Vidal clickando AQUÍ).1

Luego, Blaschke se niega a aceptar que el ateísmo sea agresivo y afirma que si lo parece, es porque se está defendiendo de las acusaciones de la Icar. Le recuerda en tono irónico a Spufford, que Dawkins por ejemplo, es un ateo que ha escrito libros muy reconocidos algo que no sucede con otro publicado por Spufford. En este puento, sorprende que un ilustrado como Blaschke ignore adrede que aún existen ejemplos de ateísmo asociados a corrientes políticas que de tolerancia y mansedumbre no tienen ni pizca. Quizás escribió en su blog de apuradas. Luego tal vez, perfeccione su escrito. Habrá que esperar. 

En síntesis, esta más que claro que el diálogo ateo-teísta es una pérdida de tiempo. No puede existir porque el agua y el aceite jamás conseguirán mezclarse a menos que algo los fuerce desde el exterior. Ateos y teístas están condenados a enfrentarse en una lucha épica de gigantes hasta que Cristo llegue y establezca su reinado. Entre tanto, habrá que acostumbrarse a realizar apologética en contra del ateísmo porque es evidente, que estamos frente a una incredulidad que opera como una creencia religiosa. 

(C)Marc Pesaresi.


1. Aquí podría haber otro punto de coincidencia. Criticar a la Icar española por apropiarse de la verdad y por sobre todo, de los fondos gubernamentales que son pagados por todos los habitantes de España, millones de los cuales nada tienen que ver con el catolicismo.

TIEMPO

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