lunes, 17 de noviembre de 2014

25 años de la caída del muro de Berlín


La peor derrota del comunismo y del ateísmo de Estado
Un muro que fastidió inclusive a miles de ateos





Al pastor Christian Führer
Quien predicó el evangelio de nuestro Señor Jesucristo
Bajo la tiranía del ateísmo de Estado de Alemania Oriental 


Christian Führer
5 de marzo de 1943, Leipzig, Alemania
 30 de junio de 2014, Leipzig, Alemania

Símbolo de la opresión comunista, su caída implicó dos grandes derrotas: del sistema político comunista y del ateísmo de estado. (No confundir con estado laico). Los llamados Nuevos Ateos cuya ideología de nuevo no tiene nada, suelen colar los eventos históricos que demuestran que el ateísmo, cuando se asocia a la política, es tan opresivo como cualquier teocracia. Por supuesto, muchos ateos novatos desconocen estos eventos y piensan que, ciencia en mano y burla dialéctica, van a cambiar todas las cosas y hacer un mundo mejor. Esta visión simplista y reducida de la sociedad humana demuestra un trasfondo de intolerancia. 
______________ 

Síntesis histórica

El Muro de Berlín (en alemán: Berliner Mauer), denominado oficialmente por la socialista RepúblicaDemocrática Alemana (RDA) como Muro de Protección Antifascista (Antifaschistischer Schutzwall) y también apodado por parte de la opinión pública occidental como Muro de la vergüenza (Schandmauer) fue parte de la frontera interalemana desde el 13 de agosto de 1961 hasta el 9 de noviembre de 1989 y separó la zona de la ciudad berlinesa bajo control de la República Federal de Alemania (RFA), Berlín Oeste, de la capital de la RDA entre esos años. El Bloque del Este dominado por los soviéticos oficialmente sostenía que el muro fue levantado para proteger a su población de elementos fascistas que conspiraban para evitar la voluntad popular de construir un estado socialista en Alemania del Este. No obstante, en la práctica, el muro sirvió para impedir la emigración masiva que marcó a Alemania del Este y al bloque comunista durante el período posterior a la Segunda Guerra Mundial. En síntesis, el muro lo que hizo fue acorralar a las personas en un territorio puesto que, su emigración hubiera implicado reconocer que el comunismo y el ateísmo de estado no habían logrado sus metas sociales y económicas. Nadie se quiere marchar de un sitio donde se está bien.

El muro de la vergüenza

Cuando las ideas y convicciones no son firmes, el hombre levanta muros para contener peligros o bien, para aprisionar a los pueblos sobre los cuales gobierna y expolia. Durante su existencias aproximadamente 5000 se fugaron a Berlín Occidental; 192 de ellas fallecieron en el intento y otras 200 fueron heridas y tomadas prisioneras. (1)  Según el Ministerio de Seguridad del Estado de Alemania Oriental, en 1989, el muro estaba formado por:

    41,91 km de muro de una altura de 3,60 m.

    58,95 km de muro prefabricado de una altura de 3,40 m.

    68,42 km de alambre de espino con una altura de 2,90 m.

    161 km de calles iluminadas.

    113,85 km de vallas.

    186 torres de vigilancia.

    31 puestos de control para cubrir 156 km.

 El muro en 1990
Las cruces recuerdan a los fallecidos tratando de huir
Un buen recordatorio para los "nuevos ateos" quienes
apelando a los descubrimientos científicos y a la burla de las creencias
procuran erosionar al cristianismo occidental
El Ateísmo de Estado siempre se ha comportado como la peor de las Teocracias   
Foto
Gentileza
Wikimedia Commons 

El Muro de Berlín cayó en la noche del jueves, 9 de noviembre de 1989, al viernes, 10 de noviembre de 1989, 28 años después de su construcción. El derrumbe del ateísmo de Estado se pudo observar por televisión en vivo y en directo. Multitud de personas contemplaron lo increíble: el derrumbe de un sistema político que había sembrado la discordia en el mundo entero fomentando luchas armadas y de clases. La apertura del muro, conocida en Alemania con el nombre de die Wende (El Cambio), fue consecuencia de las exigencias de libertad de circulación en la ex-RDA y las evasiones constantes hacia las embajadas de capitales de países del Pacto de Praga y Varsovia y por la frontera entre Hungría y Austria, que impuso menos restricciones desde el 23 de agosto. La gente de Alemania oriental ya no quería vivir más, tutelados por un gobierno que había hecho de la Stasi –la inteligencia nacional- el servicio de espionaje más eficiente del mundo a la hora de controlar ciudadanos. En septiembre, más de 13.000 alemanes orientales emigraron hacia Hungría. Poco después comenzaron manifestaciones masivas en contra del gobierno de la Alemania Oriental. El líder de la RDA, Erich Honecker, renunció el 18 de octubre de 1989, siendo reemplazado por Egon Krenz pocos días más tarde.Las tropas fronterizas de Alemania del Este tenían órdenes de impedir por todos los medios la evasión de cualquiera que intentara cruzar el muro, incluido el uso de armas de fuego, aún a costa de la vida de los fugitivos. 

El ateísmo de Estado no pudo destruir al cristianismo
Tampoco dejó conforme a miles de ateos 

A pesar de tantas persecuciones, el ateísmo de Estado de la Alemania Oriental nunca pudo acabar con el cristianismo de las personas. Si bien millones, por conveniencia o convicción se declararon anti cristianos, lo real es que el cristianismo perduró aún, bajo condiciones muy difíciles. Finalmente, muchos ateos, hartos de la opresión, unieron esfuerzos con los cristianos para torcerle el brazo al gobierno comunista.

Mural que recuerda el derrumbe del muro
Foto
Gentileza
Wikimedia Commons
 

En noviembre de 2013, el periodista de la BBC Peter Crutchley se preguntaba ¿Pudo una oración masivahacer caer el Muro de Berlín? ¿A qué se estaba refiriendo? A un hecho que ningún ateo debería pasar por alto: al cristianismo se lo puede enfrentar, perseguir, insultar, agraviar, pero cuando el verdadero cristiano reacciona, el cristiano que lo es por convicción no de nombre o apariencia,  su principal arma no es la violencia sino la oración. Y la oración tiene mucho poder.

Escribe Crutchley: 
Ignorando amenazas de muerte y un inmenso operativo policial, miles de personas se reunieron el 9 de octubre en la iglesia de San Nicolás, en la ciudad de Leipzig, Alemania Oriental, para rezar por la paz. Luego, la congregación se unió a una multitud estimada en 70.000 personas para protestar en contra del régimen comunista.Fue la mayor demostración espontánea jamás vista en Alemania Oriental, pero no se trató de una turba conformada en minutos, sino de la culminación de años de rezos semanales organizados por Christian Führer, el pastor de San Nicolás. ¿Pero cómo hizo esta iglesia para terminar jugando un rol político tan prominente bajo un régimen ateo?Todo empezó en 1982, cuando desilusionado por el Muro de Berlín -la defectuosa y concreta línea de la Guerra Fría de aquellos años- y el represivo régimen de Alemania Oriental, el religioso Führer comenzó a organizar oraciones por la paz cada lunes por la tarde. En muchas ocasiones solo acudieron una docena de personas, ya que el gobierno desalentaba fervientemente cualquier participación de sus ciudadanos en actividades religiosas, pero las oraciones continuaron cada lunes sin interrupción.
En 1985 el pastor Fürher puso un aviso afuera de la iglesia: "Abierta para todos". Ese gesto estuvo cargado de simbolismo ya que el lugar se convirtió en el único espacio en Alemania Oriental donde la gente podía hablar de temas que no podían ser discutidos en público. Jóvenes, cristianos y ateos empezaron a buscar refugio allí y la convocatoria aumentó considerablemente a medida que se corría el rumor de las oraciones de la paz. En el verano boreal de 1989 comenzó a notarse una gran diferencia, como recordó el pastor en una entrevista con la BBC en 2009. "El 8 de mayo de 1989 las autoridades pusieron barricadas en las calles que iban a la iglesia con el objetivo de alejar a la gente, pero tuvo el efecto contrario y nuestra congregación creció. Había golpizas y arrestos de manifestantes en protestas que tenían lugar en Leipzig, Berlín y Dresden".Para ese momento, las oraciones en San Nicolás habían sido imitadas en protestas políticas pacíficas en Leipzig y otras ciudades que se volvieron conocidas como las Demostraciones de los Lunes. Por años, las reuniones habían sido ignoradas por las autoridades, debido a lo escaso de la asistencia. Pero cuando el número de participantes creció, tanto el pastor como sus seguidores fueron amenazados y presionados para terminar con las reuniones, pero ellos no cedieron.
 

Ciudad sitiada

 Funcionarios de la Alemania Oriental luego dijeron que estaban preparados para todo, todo menos velas y oraciones. Christian Führer, pastor de la iglesia de San Nicolás, recuerda: Todo se complicó el 7 de octubre de 1989, el aniversario de las primeras cuatro décadas de la República Democrática Alemana."Hubo cientos de arrestos en la multitud que se reunía frente a San Nicolás. Erich Honecker (el líder comunista de la Alemania Oriental) declaró que la iglesia debía ser cerrada. La policía usó la fuerza fruta en contra de los manifestantes y muchos de ellos fueron golpeados", recordaba Führer.Un artículo apareció entonces en un periódico local anunciando que la contrarevolución debía ser reprimida el lunes 9 de octubre "por cualquier medio posible".La gente que asistía a las oraciones temió un baño de sangre, con el recuerdo aún presente de la masacre china de la Plaza de Tiananmen ocurrida ese verano. "La iglesia fue visitada por doctores que nos dijeron que se habían dispuesto habitaciones en los hospitales para recibir heridos de bala, así que estábamos absolutamente aterrorizados de lo que podía ocurrir".
El 9 de octubre de 1989, cuando los habitantes de Leipzig regresaban a su casa del trabajo, vieron la ciudad ocupada por soldados y policías, incrementando la sensación de mal presagio.Leanna, un miembro del grupo Mujeres por la Paz que ayudaba con la organización de las oraciones, le contó a la BBC cómo ella había sido acosada desde hace tiempo por la policía y el nivel de ansiedad que tenían los manifestantes ese día."La sensación dominante esa jornada era el miedo". "Yo había perdido la custodia de mis hijos por un tiempo y ellos incluso me habían amenazado con poner a mi hija menor en un internado de niños. Los documentos oficiales decían que no era apta como madre porque estaba involucrada con grupos extremistas", recordaba Leanna.
Somos el pueblo
Más de 8.000 personas se congregaron en el interior de la Iglesia de San Nicolás, incluyendo miembros de la temida Stasi (la policía secreta) que habían sido enviados a ocuparla.Otras iglesias de Leipzig abrieron sus puertas para acomodar a otros manifestantes. Unas 70.000 personas se habían movilizado en la ciudad. Luego de una hora de misa en San Nicolás, el pastor Fürher guió a la gente hacia la salida.La plaza cercana, Augustusplatz, estaba ocupada por manifestantes que sostenían velas. Lentamente, la gente comenzó a marchar alrededor de la ciudad, pasando por los cuarteles de la Stasi y cantando "nosotros somos el pueblo" y "no a la violencia", acompañados por miles de policías anti-disturbios preparados para intervenir.La tensión era palpable, pero en un momento decisivo, la policía se hizo a un lado y dejó a la gente marchar."No atacaron. No tenían ningún motivo por qué hacerlo. Funcionarios de la Alemania Oriental luego dijeron que estaban preparados para todo, todo menos velas y oraciones", relató el pastor.
 

A minutos de la masacre

 El veterano editor diplomático de la BBC Brian Hanrahan cubrió aquella manifestación y secretamente la filmó. Recordando los hechos 20 años después, él decía que había escuchado varios rumores de como funcionarios comunistas locales habían alcanzado un acuerdo de último minuto, desafiando a Honecker y dejando que la marcha continuara, al darse cuenta cuán cerca estaba Leipzig de vivir una masacre."Era necesario un gran coraje personal para enfrentar a un gobierno conocido por ser despiadado", opinaba el periodista.
Grandes multitudes acudieron a las oraciones por la paz en la iglesia de San Nicolás, en Liepzig."Había un presentimiento de que ese día podía terminar en un baño de sangre. Luego supe lo cerca que eso estuvo de ocurrir, una masacre evitada por minutos", decía Hanrahan. Ese sería un momento bisagra. El hecho de que no fueran reprimidos con violencia hizo que el movimiento de protesta perdiera su miedo. La represa se había agrietado.La filmación de la marcha fue ampliamente difundida, lo que inspiró demostraciones los lunes en todo Alemania Oriental. Unas 120.000 personas tomaron las calles el siguiente lunes. Erich Honecker renunció dos días después. La disidencia se volvió cada vez más fuerte, con 300.000 manifestantes el 23 de octubre.Exactamente un mes después de los eventos del 9 de octubre, el Muro de Berlín cayó en medio de escenas de júbilo que fueron seguidas por todo el mundo. Ese fue uno de los tantos eventos históricos del año que vio caer la Cortina de Hierro, el fin de la Guerra Fría y por último la reunificación alemana el 3 de octubre de 1990.La voluntad de la gente había triunfado gracias a protestas pacíficas. 

Dictaduras ateas

El pastor Führer estaba seguro que el Muro no hubiese caído sino hubiera sido por lo ocurrido en Leipzig."Los eventos que tuvieron lugar en Leipzig no tenían parangón en ningún otro lugar". "La gente que llegó a manifestarse el 9 de octubre provenía de toda Alemania Oriental. Sin Leipzig, el Muro de Berlín no hubiese caído, ni menos aún se hubiera producido la reunificación alemana. Sin la iglesia todo hubiese sido como otras revoluciones anteriores, sangriento y fallido recordó Christian Führer, pastor de la iglesia de San Nicolás (2)


"Lo que más me movilizó fue el hecho de que la gente que había crecido en dos dictaduras ateas, primero los nazis y luego los regímenes comunistas, fuera capaz de condensar el mensaje de Jesús en dos palabras: no violencia. Sin la iglesia todo hubiese sido como otras revoluciones anteriores, sangriento y fallido", opinaba el pastor.
 Oraciones por la Paz en la Iglesia Luterana de San Nicolás
        En Leipzig
        De aquí se motorizó parte de la revuelta por la libertad
        Muchos ateos colaboraron con los evangélicos luteranos
        Foto gentileza BBC
El historiador alemán Jens Schöne cree que, aunque la importancia de las oraciones no puede ser subestimada, había otros factores cruciales en juego. "Las oraciones semanales y las demostraciones mostraron que la gente estaba harta del sistema y quería cambios fundamentales, pero en mi opinión hubo una cadena de eventos, que tuvieron influencia unos sobre otros, y que terminaron con la caída del Muro, incluyendo los refugiados en las distintas embajadas y los eventos de Dresden, Berlín y Leipzig". "La llegada de Gorvachev como líder soviético también fue muy importante para el fin de la Guerra Fría", opina el historiador.El doctor Todd Weir, experto en Historia Europea Moderna en la Universidad de Queen en Belfast, quien estudió en Alemania Oriental en 1988, añadió la erosión del poder en ese país como factor fundamental."La incapacidad del Estado par aprevenir el éxodo de alemanes orientales a través de las embajadas de Praga y Budapest en el verano de 1989 fue crucial".
Pero para Brian Hanrahan, no se puede restar mérito a la importancia que tuvo la noche del 9 de octubre. Hablando en 2009, el periodista resumía el impacto de la protesta: "Honecker renunció en menos de una semana, el Muro cayó en un mes, derribados por la valentía de los manifestantes de Leipzig". El pastor Führer, que continuó al frente de San Nicolás hasta su retiro en 2009, opinaba que las acciones emprendidas por su iglesia no estuvieron orientadas a aumentar el número de la congregación."Lo hicimos porque la iglesia tenía que hacerlo". 

No existe en el mundo, sistema político y económico que garantice la felicidad de todos. Solo alcanzaremos dicho bienestar general, cuando Cristo regrese e instale su Reino. Entre tanto, siempre habrá pobres entre nosotros, guerras, hambres, enfermedades, violencia. Pretender imponer el ateísmo de Estado una vez más como luchan los nuevos ateos, esta vez sustentando por los avances científicos (que son verdades por un rato ya que luego llega otro descubrimiento que los pone en duda o bien, los refuta o mejora) no parece lógico.  

El ateísmo de Estado tuvo una magnífica oportunidad de gobernar y demostrar su valía para transformar al mundo  con justicia social. En cambio, solo esclavizó, corrompió, martirizó y amedrentó a millones de personas que solo querían vivir en paz. Dejó un tendal de inconformes y de muertos incluso entre los mismos ateos.¿Quién nos garantiza que el nuevo ateísmo podrá lograr lo que sus maestros no pudieron?

Pastor Cristhian Führer
Documental en inglés

La caída del muro de Berlín
Documental en castellano


Evangélicos en Patagonia
_____________________


1. A pesar de tantos rigurosos controles,  57 personas lograron escapar a través de un túnel de 145 m de longitud cavado con ayuda de berlineses occidentales, en octubre de 1964. Otros no tuvieron tanta suerte. El intento fallido más destacado fue el de Peter Fechter. Al intentar cruzar el muro junto a su compañero Helmut Kulbeik, fue tiroteado y se le dejó morir desangrado a la vista de los medios occidentales el 17 de agosto de 1962.

2. El pastor evangélico luterano  Christian Führer falleció el 30 de junio de 2014. Uno de los artífices de la revuelta que liberó a Alemania de la opresión comunista, hoy descansa en la presencia del Señor. Una semana antes se le había concedido el Premio Nacional de Alemania por su participación, juntos a otros hermanos y compañeros, en los eventos que implicaron la caída del régimen comunista. El premio lo recogió su hija. Christian Führer fue el párroco luterano de San Nicolás desde 1980 hasta su jubilación en 2008. En 1982 inició con los jóvenes de la parroquia una reunión de oración “por la paz”. Aquello atraía a algunas personas que querían trabajar “por la paz” sin caer en la dinámica de la Guerra Fría (“o eres un buen comunista o eres un simpatizante de Occidente”). Querían la paz sin estar bajo el control del Partido. Muchos descubrieron esos días que las iglesias eran el único espacio donde se podía vivir sin mentir, sin la doble vida que el comunismo impone al disidente. Muchos eran “bausoldaten”, jóvenes pacifistas que pedían realizar su servicio militar en unidades y servicios no armados. 

En 1989 las cosas se calentaron. En Polonia y Hungría se movían los regímenes. Las elecciones locales de mayo en la RDA habían escandalizado a muchos por sus manipulaciones. Un encuentro de artistas y músicos callejeros espontáneos había sido disuelto a golpe de porra por la policía ante los viandantes el 10 de julio: el comunismo se lleva mal con lo “espontáneo y callejero”. Se prohibían los viajes al extranjero y se hostigaba a quien los solicitara. La población estaba harta. En San Nicolás en septiembre se organizaban congresos, grupos de discusión, debates políticos sin el Partido. Y el grupo de oración de los lunes se había convertido en las “manifestaciones de los lunes”, recuerda Religión en Libertad. (Click AQUÍ).
 




No hay comentarios.:

Publicar un comentario

TIEMPO

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...