Pierre de Rosteguy de Lancre (1553
- 1631)
teólogo y jurista francés, miembro del Conseil d'État en la corte de
Enrique IV,
En 1609, de Lancre, fue enviado a la villa de San Juan de Luz -en el vizcondado de Labort por orden del Rey- con el propósito de “purgar el país de todos los brujos y brujas bajo el imperio del demonio”.
Responsable de la instrucción de los llamados procesos de brujería de Labort de 1609, de Lancre abusó de su cargo enviando a la muerte a cientos de personas. Buena parte de la población vasca francesa se vio obligada a huir a España, aterrados por “el celo cristiano” del perseguidor. Aun así, capturó más de 500 infelices a quienes interrogó.
Aprovechando la ausencia de la
mayoría de los hombres que se dedicaban a la pesca, investigó los supuestos casos de adulterio y
libertinaje entre las esposas de los marinos, las actividades de curanderos y de
especialistas en cartomancia, como también la de las minorías de judíos y
moriscos refugiadas en Aquitania tras su expulsión de España por el Decreto de
Expulsión de Felipe III. También se ocupo de la sexualidad diabólica, entre varias cosas, quería saber el tamaño del miembro del diablo.
Con un tribunal con sede en el
castillo de Saint-Pée-sur-Nivelle, de Lancre ordenó torturar a más de 200 personas a las que acusó de brujería, procurando confesiones que implicaran a las víctimas en pactos con el diablo. Sesenta de estas personas, luego "de confesar" fueron ejecutadas. No solo fueron asesinados mujeres sino también algunos niños y sacerdotes. (1)
Cuando regreso la flota pesquera desde los ricos bancos de Terranova; al descender a tierra la marinería después de varios meses de arriesgar la vida en alta mar; se encontraron con la terrible novedad. El enojo resultante fue tan grande en contra del funcionario, que acabó en violencia. Las autoridades de Burdeos, temiendo una rebelión importante, decidieron tomar medidas. Acertadamente, alejaron a de Lancre de sus funciones y los ánimos se calmaron luego de un tiempo.
De Lancre, desempleado de su oficio de inquisidor, se dedicó entonces a escribir algunas obras con sesgo critico sobre las costumbres de la sociedad que persiguió. Se interesó, más que nada, en el modo de tomar baños en las playas por parte de los jóvenes. Describió la actividad como una “mezcla de chicas y jóvenes que se divisan en la costa vestidos de lacayos pero desnudos por debajo" lo cual le pareció terriblemente pecaminoso.
Cuando regreso la flota pesquera desde los ricos bancos de Terranova; al descender a tierra la marinería después de varios meses de arriesgar la vida en alta mar; se encontraron con la terrible novedad. El enojo resultante fue tan grande en contra del funcionario, que acabó en violencia. Las autoridades de Burdeos, temiendo una rebelión importante, decidieron tomar medidas. Acertadamente, alejaron a de Lancre de sus funciones y los ánimos se calmaron luego de un tiempo.
De Lancre, desempleado de su oficio de inquisidor, se dedicó entonces a escribir algunas obras con sesgo critico sobre las costumbres de la sociedad que persiguió.
Mucho de los testimonios sobre los casos de "brujería" que investigo de Lancre se abocan a un detalle en particular: Dado que muchas "brujas" confesaron actos sexuales con demonios, el inquisidor quiso saber el grueso y el largo del pene del diablo.
En su libro Cuadro de la incostancia de los malos ángeles y demonios (1612) de Lancre escribe que, Jeannette d`Abadié, de 16 años de edad, confesó que "las cópulas con el diablo le hacían sentir dolor, y que todas las mujeres sufrían mucho y que se las veía gritar cuando el diablo las penetraba, que siempre se las ve regresar del sabbat ensangrentadas y quejándose y que ello se debía a que el miembro del diablo tenía escamas que se cerraban al entrar y se elevaban y raspaban al salir".
De Lancre supo además, las medidas del priapo. Según confesiones siempre bajo torturas, el diablo cargaba con un instrumento de más de una vara de largo (83,55 cm) al que llevaba "enrollado como una serpiente".
Otra de las acusadas de brujería y de andar teniendo sexo contra natura, fue la vasca María de Azpicueta quién concordó con Jeannette en declarar lo mismo: el diablo tenía un pene escamoso.Sin embargo discrepó en el tamaño. Dijo que era la mitad de la longitud de lo citado anteriormente. También dijo que el diablo cuando quería copular, adoptaba la forma de un hombre.
Antes del francés, otro se intereso por el tamaño del miembro del diablo. El teólogo italiano Silvestre Prieras, autor del tratado De Strigimagis (Roma, 1521), afirmaba que era bífido para así poder satisfacer a las mujeres por ambos conductos y no queriendo quedarse corto, declaró además que en ocasiones era trífido. Eso si, no aclaró que agujero adicional queria el enemigo de Dios cubrir con semejante monstruosidad pero el lector imaginará.
Tomás de Aquino dedujo que el diablo no puede sentir impulsos eróticos ya que es un mero espíritu. Por lo tanto, decía, sus protagonismo en este terreno no era otra cosa que intentos por descarriar a las personas explotándo deseos sexuales reprimidos.
Entonces ¿por qué tantos cristianos se dedicaron a estas tareas tan contrarias a la fe que decían defender? La explicación parece residir en el modo que se practicaba el cristianismo en esos días de oscurantismo.
Durante la Edad Media y Renacimiento, algunos demonólogos que participaron en las cacerías de brujas padecieron de obsesiones sexuales morbosas dice Pieters, y expresaron "de muy diversas maneras las angustias derivadas del sentimiento de culpa que engendra el voto de castidad, o en el caso de los laicos casados, del valor de fidelidad matrimonial vigente".
Para muchos religiosos ascetas, la muerte de una bruja operaba como una proyección de su propio -soñado- triunfo en la lucha interior contra la tentación lujuriosa que los atormentaba. Este daño psicológico motivo muchas injusticias contra las curanderas del populacho empobrecido, tanto, que la persecución se mantuvo vigente pero con fuerza variable, hasta tiempos recientes.
Priapismo diabólico
En su libro Cuadro de la incostancia de los malos ángeles y demonios (1612) de Lancre escribe que, Jeannette d`Abadié, de 16 años de edad, confesó que "las cópulas con el diablo le hacían sentir dolor, y que todas las mujeres sufrían mucho y que se las veía gritar cuando el diablo las penetraba, que siempre se las ve regresar del sabbat ensangrentadas y quejándose y que ello se debía a que el miembro del diablo tenía escamas que se cerraban al entrar y se elevaban y raspaban al salir".
De Lancre supo además, las medidas del priapo. Según confesiones siempre bajo torturas, el diablo cargaba con un instrumento de más de una vara de largo (83,55 cm) al que llevaba "enrollado como una serpiente".
Otra de las acusadas de brujería y de andar teniendo sexo contra natura, fue la vasca María de Azpicueta quién concordó con Jeannette en declarar lo mismo: el diablo tenía un pene escamoso.Sin embargo discrepó en el tamaño. Dijo que era la mitad de la longitud de lo citado anteriormente. También dijo que el diablo cuando quería copular, adoptaba la forma de un hombre.
Antes del francés, otro se intereso por el tamaño del miembro del diablo. El teólogo italiano Silvestre Prieras, autor del tratado De Strigimagis (Roma, 1521), afirmaba que era bífido para así poder satisfacer a las mujeres por ambos conductos y no queriendo quedarse corto, declaró además que en ocasiones era trífido. Eso si, no aclaró que agujero adicional queria el enemigo de Dios cubrir con semejante monstruosidad pero el lector imaginará.
¿Por qué esta morbosidad?
Tomás de Aquino dedujo que el diablo no puede sentir impulsos eróticos ya que es un mero espíritu. Por lo tanto, decía, sus protagonismo en este terreno no era otra cosa que intentos por descarriar a las personas explotándo deseos sexuales reprimidos.
Entonces ¿por qué tantos cristianos se dedicaron a estas tareas tan contrarias a la fe que decían defender? La explicación parece residir en el modo que se practicaba el cristianismo en esos días de oscurantismo.
Durante la Edad Media y Renacimiento, algunos demonólogos que participaron en las cacerías de brujas padecieron de obsesiones sexuales morbosas dice Pieters, y expresaron "de muy diversas maneras las angustias derivadas del sentimiento de culpa que engendra el voto de castidad, o en el caso de los laicos casados, del valor de fidelidad matrimonial vigente".
Para muchos religiosos ascetas, la muerte de una bruja operaba como una proyección de su propio -soñado- triunfo en la lucha interior contra la tentación lujuriosa que los atormentaba. Este daño psicológico motivo muchas injusticias contra las curanderas del populacho empobrecido, tanto, que la persecución se mantuvo vigente pero con fuerza variable, hasta tiempos recientes.
¿Es posible que los ángeles
puedan procrear siendo ellos seres espirituales?
Los ángeles fueron creados, dice la Biblia, como
seres inteligentes un poco superiores a los hombres (Salmo 8:6; Hebreos 2:7),
sin necesidad de multiplicarse mediante la sexualidad. Sin embargo, se sabe que pueden
materializarse con cuerpos humanos (Génesis 18:1,2; 19:1-22) o presentarse
delante de los hombres con aspecto de mujer (Zacarías 5:9).
Los ángeles caídos conservan
todas sus facultades angélicas teniendo solamente corrompida su inteligencia y
voluntad. En un estado de pecado permanente, dicen algunos teólogos que enrolan en el radicalismo y en la ortodoxia evangélica, bien pudieron:
a) materializarse con forma
humana y procrear mediante milagros falsos.
b) tomar posesión de cuerpos de
varones para inducir la procreación.
Para el racionalismo protestante, en cambio, este tipo de narrativas no son otra cosa que expresiones propias de mentes poco cultas, faltas de educación e impregnadas en un sobrenaturalismo que algunos aprovechan para facilitar ganancias personales.
No deja de impresionar el terrible morbo de algunos seres humanos quienes no trepidan en mezclar religiosidad con ocultismo para satisfacer sus deseos sexuales. En cuanto a las pobres mujeres acusadas de sexualidad diabólica, debemos recordar que todas ellas pasaron por sesiones de brutales torturas. En ese estado de agitación, bien que pudieron narrar cualquier cosa con tal de aliviar la presión del torturador.
Notas
1. La Website Auñamendi Eusko Entziklopedia que el lector puede consultar clickando AQUÍ, dice de este singular inquisidor:
Bibliografia consultadaNo deja de impresionar el terrible morbo de algunos seres humanos quienes no trepidan en mezclar religiosidad con ocultismo para satisfacer sus deseos sexuales. En cuanto a las pobres mujeres acusadas de sexualidad diabólica, debemos recordar que todas ellas pasaron por sesiones de brutales torturas. En ese estado de agitación, bien que pudieron narrar cualquier cosa con tal de aliviar la presión del torturador.
Notas
1. La Website Auñamendi Eusko Entziklopedia que el lector puede consultar clickando AQUÍ, dice de este singular inquisidor:
Pierre de LancreMagistrado bordelés nacido en 1553 y fallecido en 1631.Su abuelo Bernard de Rosteguy, viticultor adinerado, nacido en Juxue, se había establecido en Saint-Macaire (Gironda) en 1510. Su padre, al comprar el cargo de consejero-notario y secretario de la casa y corona del rey de Francia, pasó a ser señor de Lancre perdiendo el primitivo apellido. Pierre asistió al colegio de los jesuitas, se doctoró en derecho en 1576 y completó sus estudios jurídico-teológicos en Italia (Turín) y Bohemia. A su vuelta a la Gironda y merced a su conocimiento del italiano fue nombrado tutor de Pedro de Médicis y en 1582 consejero del parlamento de Burdeos. Marchó nuevamente a Italia participando en el jubileo de 1600 en Roma.
En mayo de 1609 Enrique IV lo envía a Laburdi a efectuar una investigación sobre la brujería local. Por esas fechas ya había publicado (París, 1607) un Tableau de l'inconstance et l'instabilité de toutes choses, où il est montré qu'en Dieu seul gît la vraie constance à laquelle l'homme sage doit viser. En Laburdi procedió imbuido de toda clase de interpretaciones satanistas apoyado por su acompañante el presidente Espaignet y gozando de plenos poderes sobre todas las autoridades locales.
Durante cuatro meses Lancre hará perecer en la hoguera a cerca de 60 personas de toda condición. Fruto de sus lecturas y de esta experiencia es el célebre Tableau de l'inconstance des mauvais anges et démons où il est amplement traité des sorciers et de la sorcellerie (Paris, 1612), en el que Rosteguy pontifica sobre las malas inclinaciones laburdinas, la perversidad intrínseca de la mujer, la preparación del sabbat, venenos, canto del gallo, pacto demonológico, marcas y festines, danzas, coito con el demonio, licantropía, prácticas sanatorias, apariciones, acto de fe de Logroño de 1610, sacerdotes-brujos, misa negra, consideraciones jurídicas, etc.
El último capítulo se titula de forma significativa "Qu'il faut faire mourir les sorciers (bien qu'ils ne soient prévenus d'aucun maléfice) pour avoir été simplement au sabbat, pactisé avec le diable, et fait audit lieu tout ce qu'ordinairement les autres sorciers accotumé d'y faire".
Dos años después pasó a ser consejero del rey prosiguiendo en su cargo del parlamento bordelés hasta 1616. En 1620 su casa de orillas del Garona en Santa Cruz del Monte (Cadillac) fue visitado por el rey convirtiéndose, en especial sus jardines, en lugar de peregrinación en la que se recluyó Lancre hasta su muerte en 1631 tras haber publicado dos libros más: Le Livre des princes (París, 1617) y L'incrédulité et mécreance du sortilége pleinement convaincue (París, 1622).
En 1982 la editorial Aubier Montaigne de París reedita su obra capital dotándola de un magnífico prólogo a cargo de Nicole Jacques Chaquin. Esta ha sabido interpretar el rol ideológico de Lancre en esta zona del País Vasco:"Representante del rey en una región agitada, De Lancre hace hincapié sobre los desórdenes ocasionados por un amor a la libertad perjudicial al buen funcionamiento del poder central y retoma el gran mito de la brujería como azote social. Viviendo en una época en que las disensiones con España son numerosas -la misión encargada a Espagnet que Lancre comenta largamente en el comienzo del Tableau da fe de ello- se mostrará extremadamente sensible a la agitación que puedan crear estos litigios fronterizos y a los efectos contaminantes de la civilización española sobre el País Vasco francés. En fin, procedente de la nobleza bordelesa ciudadana y comercial, Lancre dará pruebas de una incomprensión de los hábitos sociales y económicos del Laburdi campesino, los cuales se le presentarán con un efecto de extranjería que atribuirá "naturalmente" a lo diabólico." Ainhoa Arozamena Ayala
Pieters; Simon: Diabolus. Las mil caras del diablo a lo largo de la historia; Editorial Minotauro; Barcelona; España; 2006.
Para saber más, sea prudente a la hora de averiguar...