lunes, 5 de septiembre de 2011

TESTIGOS de JEHOVÁ y JESUCRISTO


Teología Evangélica

¿QUÉ HACÍA JESÚS ANTES DE VENIR AL MUNDO COMO SALVADOR?


Rincón para Pensar
Foto
Marc Pesaresi
(Museo Regional San Antonio Oeste)
Derechos Reservados
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El Ángel de Jehová y la preexistencia de Cristo
Jesús nunca fue el Arcángel Miguel


La Sociedad WatchTower enseña que Jesús era el Arcángel Miguel

Los Testigos de Jehová enseñan que Jesús antes de venir al mundo como Mesías era el arcángel Miguel y que,  estando en la tierra no fue más que un hombre con cualidades especiales. Al morir, resucito  y regreso a su estado natural, como Arcángel al servicio de Jehová. Para probar esta exégesis, citan Daniel 10:13, donde se lo llama a Miguel, uno de los principales príncipes, además 1 Tesalonicenses 4:16, donde se dice que, el Señor mismo con voz de mando y de Arcángel, descenderá del cielo.

Estas evidencias tienen la dificultad de chocar de plano con lo que dice la Escritura. En efecto, Cristo es algo más que un mero príncipe. Es nada menos que un Rey de Reyes según Apocalipsis 19:16 y que descienda con voz de mando y de Arcángel no significa que lo sea. Lo que la Biblia dice es que, al regresar, dará ordenes como las da el Arcángel. Su regreso será en Gloria y no como manso cordero de ahí que ordenará con voz de mando a sus ángeles. Cuando lo volvamos a ver, vendrá con toda la omnipotencia de su poder.
 La Biblia dice que a Dios nadie lo vio jamás (Éxodo 33:20; Juan 1:18; 1 Timoteo 6:16); es Cristo quién lo da a conocer (Juan  1:18) “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo que  está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer” porque es la “imagen misma” de la sustancia de Dios (Hebreo 1:3). A Jesús, el propio Padre lo llama Dios (Hebreo 1:8) y el mismo afirma ser Dios (Juan 10:30).

La preexistencia y la deidad de Cristo son claramente anunciadas en el Antiguo Testamento, en las apariciones del Ángel de Jehová.  

Si bien todos los ángeles son de Dios, este “ángel” o mensajero (hebreo malek, y del griego  aggelos,) en particular, se comporta como Dios en persona (Génesis 32:30). El propio de Dios está en él (Éxodo 23:21) y su aparición equivale ver a Dios (Éxodo 3).Permite, entre otras cosas solo reservadas a Dios, que se le adore (Jueces 13:20), actitud que ningún ángel común fiel a Dios aceptaría  (Apocalipsis 22:8). Además, verlo a él, equivale ver a Dios (Jueces 13:22). 

Jesús permite que se le adore (Juan 9:38), lo mismo que el ángel de Jehová (Jueces 13: 20) algo que solo a Dios se le debe tributar (Éxodo 20: 3-5 y 34:14) y se identifica con el nombre divino “Yo Soy” (Juan 8:24), tal como se identificó Dios a Moisés en la zarza ardiente (Éxodo 3:14).

La zarza ardiendo

La Biblia principia el relato diciendo “Y se le apareció en Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza” (Éxodo 3:2; Versión Reina Valera 1960). Sin embargo, el versículo 4 del capítulo 3 dice que, quién estaba en la zarza era Dios: “Viendo Jehová que él iba (Moisés) a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza” (Éxodo 3:4; Versión Reina Valera 1960).

La presencia de Dios en las llamas queda confirmada en la solemne declaración del versículo 6 “Y dijo: Yo Soy el Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob” (Éxodo 3:6; Versión Reina Valera 1960) y por lo relatado en el versículo 7, que  asegura que se trataba de Jehová. “Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor” (Éxodo 3:7; Versión Reina Valera 1960). 

Resumiendo, el relato bíblico llama en el versículo 2 del capítulo 3 a este ser Ángel de Jehová. Más adelante, en el versículo 4, se lo identifica con Jehová y Dios. En el versículo 7 es Jehová mismo quién habla y en el 14 le dice a Moisés “Y respondió Dios a Moisés: Yo Soy el que Soy. Y dijo: así dirás a los hijos de Israel: Yo Soy me envió a vosotros” (Versión Reina Valera 1960). “Yo Soy” es el nombre con el cuál Cristo se identifica ante los judíos en Juan 8: 58. “Antes que Abraham existiera: Yo Soy”.A la luz de lo que la Biblia narra, se infiere que el Ángel de Jehová y Cristo es la misma persona.

El pastor Roberto Passo, judío mesiánico de Buenos Aires dice  “Las Sagradas Escrituras hablan de “un ángel del Eterno[1] , la palabra “ángel” en hebreo es mensajero. No siempre se refiere a seres angelicales. Puede referirse también a un hombre. Pero en varios pasajes de las Escrituras el “ángel del Eterno” es a la vez «el Eterno»”. [2]

De las tres personas de la Trinidad solo Cristo actúa de modo visible a los ojos humanos, tal como les sucedió a Jacob y Gedeón.

Jacob, cuando se preparaba para encontrarse con su hermano Esaú a quién había sustraído la primogenitura mediante un ardid (Gn. 27: 1-46), debió luchar en cercanías del vado de Jaboc con un extraño varón durante una noche hasta el amanecer. Este varón, después de cambiarle el nombre por el de Israel (Dios lucha), lo bendijo antes de dejarlo. Cuando éste se hubo marchado, Jacob llamó al lugar de la confrontación Peniel, (el rostro de Dios) porque dijo: “Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma” (Gn. 32: 30. Versión Reina Valera 1960).

También Gedeón tuvo trato con el Ángel de Jehová (Jueces 6:1-40). En el relato vemos como el Ángel de Jehová se aparece a Gedeón saludándolo con un “Jehová está contigo” (v. 12). Aquí se da un paralelismo con lo sucedido en la zarza ardiente de Éxodo 3: 1-14.

El relato se inicia con el Ángel de Jehová cuya función de mensajero pronto se diluye ante la revelación majestuosa de su verdadera identidad divina. La Biblia identifica a este ser como Dios. Dice en el versículo 14: “Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los mediatintas. ¿No te envío yo?” (Versión Reina Valera 1960).

Esto sucede como consecuencia de los reparos de Gedeón de transformarse en adalid de la causa hebrea contra los madianitas que, por entonces, los oprimían cruelmente mediante ataques continuos. “Jehová le dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre” (V.16).

En los versículos 20 y 21, el Ángel de Jehová identificado como “de Dios” en el 20, ordena que los alimentos, que Gedeón le había ofrecido en el versículo 18, sean colocados  sobre una roca. Se trataba de carne de cabrito, panes sin levadura, todo mojado con caldo.

Después de obedecer Gedeón “...extendiendo el Ángel de Jehová el báculo que tenía en su mano, tocó con la punta la carne y los panes sin levadura; y subió fuego de la peña, el cuál consumió la carne y los panes sin levadura. Y el ángel de Jehová desapareció de su vista. Viendo entonces Gedeón que el ángel de Jehová, dijo: Ah, señor Jehová, que he visto al ángel de Jehová cara a cara. Pero Jehová le dijo: Paz a ti; no tengas temor, no morirás” (Jueces 6: 21-23. Versión Reina Valera 1960).

Ahora bien, Dios no miente de modo que ¿cómo es posible ver Dios cara a cara sin morir, tal como lo asegura en Éxodo 33: 20? Solo mediante la aceptación de la deidad de Cristo es posible explicar que Dios hable “face to face” con los hombres sin que estos perezcan. Es Cristo, la segunda persona de la Trinidad, quién puede interactuar de este modo tal como lo demostró durante su encarnación como Mesías.

También Manoa y su esposa, padres de Sansón, vieron y hablaron con el Ángel de Jehová.

El nacimiento de Sansón se narra en Jueces 13: 1-25 y estuvo rodeado de manifestaciones divinas. La Biblia dice, después que Manoa le ofreciese alimentos que el Ángel de Jehová rechaza porque prefiere que con ellos se realice un holocausto, lo siguiente: 

Entonces dijo Manoa al ángel de Jehová: ¿Cuál es tu nombre, para que cuando se cumpla tu palabra te honremos? Y el ángel del Jehová respondió: ¿Por qué preguntas por mi nombre que es admirable? Y Manoa tomó un cabrito y una ofrenda, y los ofreció sobre una peña a Jehová; y el ángel hizo milagro ante los ojos de Manoa y su mujer. Porque aconteció que cuando la llama subía del altar hacia el cielo, el ángel de Jehová subió en la llama del altar ante los ojos de Manoa y su  mujer, los cuales se postraron en tierra. Y el ángel de Jehová no volvió a aparecer a Manoa ni a su mujer. Entonces conoció Manoa que era el ángel de Jehová. Y dijo Manoa a su mujer: ciertamente moriremos porque a Dios hemos visto”. (Jueces 13: 17-22. Versión Reina Valera 1960)[3]

El temor de Manoa es comprensible. No ignoraba la advertencia de Éxodo 33:20. Sin embargo, cada vez que el ángel de Jehová se manifiesta nada sucede con los hombres aunque este sea Dios. Que su naturaleza es divina no hay dudas.

Las palabras de la mujer de Manoa en el versículo 23 “Si Jehová nos quisiera matar, no aceptaría de nuestras manos el holocausto y la ofrenda, ni nos hubiera mostrado todas estas cosas, ni ahora nos habría anunciado esto” dan cuenta que este ser es Dios. No obstante, en el versículo 17 el ángel habla de Jehová como si se tratara de otra persona, lo cuál apoya la pluralidad de personas.

Los Testigos de Jehová y la re-escritura de pasajes bíblicos 

Considero revelador el texto de Zacarías 3:1-4 donde el ángel de Jehová se identifica con Jehová mismo al perdonar los pecados de Zacarías (v. 4); además de nombrar a Jehová como otra persona; como muestra de la manipulación que hacen a la hora de traducir, los Testigos de Jehová. Dado que no aceptan la Trinidad, tergiversan todos los pasajes que hacen referencia a la multiplicidad de personas en la Deidad.

Fred Franz, autoproclamado en vida como el único maestro bíblico de la sociedad[4], Nathan Knorr, Albert Schroeder y George Gangas, miembros del por muchos años, enigmático “New World Bible Translation Committee” (Comité de la Traducción de la Biblia Nuevo Mundo); formado para “traducir” la Biblia de los Testigos de Jehová y todos ellos antitrinitarios declarados; parece que no advirtieron que este pasaje claramente identificaba al ángel con Jehová como Jehová a la vez que lo muestra como una persona distinta y si lo hicieron, tergiversaron adrede la Escritura para quitarle deidad a Jesús. Recordemos que la Watch Tower enseña que Jesús antes de venir al mundo como pagador de un rescate, era (y es) el arcángel Miguel.

El texto en la Reina Valera 1960;  que los propios Testigos califican de excelente; dice: “Me mostró al sumo sacerdote Josué, el cuál estaba delante del ángel de Jehová, y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle. Y dijo Jehová a Satanás: Jehová te reprenda, oh Satanás; Jehová que ha escogido a Jerusalén te reprenda”.

La versión Traducción Nuevo Mundo transcribe: “Y procedió a mostrarme a Josué el sumo sacerdote de pie delante del ángel de Jehová, y a Satanás de pie a su derecha para presentarle resistencia. Entonces [el ángel de] Jehová dijo a Satanás: “Jehová te reprenda, oh Satanás, sí, Jehová te reprenda, el que escoge a Jerusalén’.

Aquí el ángel de Jehová oficia de abogado defensor de Josué que está siendo acusado por Satanás ante Jehová. Compárese con lo que el apóstol Juan escribió: “y si alguno hubiese pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo” (1 Jn. 2:1. V. Reina Valera 1960). Impresionante ¿verdad? 

Para concluir, consideremos en la traducción de los Testigos, Génesis 31: 11-13: “Entonces me dijo el ángel de Dios [verdadero] en el sueño: ‘¡Jacob!’, a lo cual dije: ‘Aquí estoy’. Y continuó él: ‘Alza los ojos, por favor, y ve que todos los machos cabríos que se lanzan sobre el rebaño son rayados, moteados y manchados, porque yo he visto todo lo que Labán te está haciendo. Yo soy el Dios [verdadero] de Betel donde ungiste una columna y donde me hiciste un voto.” (Traducción Nuevo Mundo).

Ahora bien, los miembros del Comité de Traducción de la Watch Tower  se las arreglaron para disminuir la figura del ángel de Jehová transcribiendo “ángel de Dios”. Incluso Oseas 12:2-4 que se refiere a este evento, parece indicar que Jacob luchó con un ángel de los muchos que están al servicio de Dios. Pero si nos fijamos en el hecho al que hace referencia el ángel de Jehová; en Génesis 28: 10-20; vemos que se está identificando nada menos que con el propio Jehová, es decir, está afirmando ser el Dios que se le había aparecido anteriormente, en Betel. Es importante este detalle porque el pasaje muestra tanta claridad a la hora de identificar a este Ángel de Jehová con el mismo Jehová, que ni siquiera la Watch Tower ha podido modificar sustancialmente el sentido de la frase.

Jacob, después de engañar a Isaac, su padre, para obtener la primogenitura de su hermano Esaú, es enviado por Isaac  a tierra de Padán Aram, sitio donde residía Labán, el hermano de su esposa Rebeca.

En el transcurso del viaje, decidió pasar una noche en campo abierto en un sitio llamado Luz (almendro) de modo que tomó algunas piedras y las puso como apoyo de su cabeza. Profundamente dormido, comenzó a soñar con una escalera que, apoyada en la tierra, tenía un extremo tocando el cielo por donde subía y bajaban ángeles. En el extremo superior, que llegaba al cielo, estaba nada menos que Jehová el cuál le dijo: “Yo soy Jehová el Dios de Abrahán tu padre y el Dios de Isaac” (Traducción Nuevo Mundo). 

Jacob, al despertar de sus sueño, dijo: “Ciertamente Jehová está en este lugar y yo no lo sabía” (Reina Valera 1960). Luego erigió una columna con las piedras que le habían servido de cabecera y derramó aceite sobre ella en acto de pleitesía. Finalmente llamó al lugar Betel que significa casa de Dios e hizo un voto.
Es precisamente a este hecho que se refiere el ángel de Jehová de Génesis 31:11-13, de allí que, cabe concluir, que ambas personas son distintas pero las dos son parte de un solo Dios. Solo así se puede comprender sus  palabras del ángel de Jehová “Yo soy el dios [verdadero] de Betel donde ungiste una columna y donde me hiciste un voto” (v. 13).

Compárese con Génesis 35:1 dónde la Biblia rememora este suceso diciendo: “Después de eso Dios dijo a Jacob: “Levántate, sube a Betel y mora allí, y haz allí un altar al Dios [verdadero] que se  apareció cuando estabas huyendo de Esaú tu hermano” (Traducción Nuevo Mundo).

Concretamente: “Dijo ’Elohim a Jacob: Levántate, sube a Bet-el y mora allí, y erige un altar al ’El que se apareció cuando huías de tu hermano Esaú”. «EL», es un nombre simple que se emplea para llamar al Dios verdadero en 204 pasajes y expresar poder o potencia mientras que, para otros, se lo emplea en 18 versículos especialmente en los libros de Job, Salmos e Isaías[5]. En síntesis, el ser que vio Jacob era Jehová, en su segunda persona de la Trinidad, o sea, Cristo Jesús. 

Agar también vio al Ángel de Jehová

Otros pasajes de la Biblia donde actúa este ser es en Génesis 16: 7-14, donde Agar, la sierva egipcia de Sarai, esposa de Abrám, tiene un encuentro con el ángel de Jehová. Este encuentro se habrá de repetir en Génesis 21: 17-20. (Ver además: Gn.12:7 y 17:1-22). 

Encinar de Manre. 
Abraham ve a tres, pero adora uno

En Génesis 18: 1-33 se narra la llegada de tres varones a las tiendas de Abraham, situadas en el encinar de Manre, en Hebrón, dos de los cuales eran evidentemente ángeles y el otro, Jehová. “Después le apareció Jehová en el encinar de Manre, estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día” (v.1). 
 El roble de Abraham
En inmediaciones de Hebrón
Tiene 5000 años y ya ha muerto
Conmemora el lugar donde Abraham recibió 
Tres ángeles, uno de los cuales era el Angel de Jehová
o sea Jesús antes de venir al mundo como Mesías
Foto
Gentileza
Panoramio

Queda claro que uno de estos varones era divino puesto que Abraham se postra en acto de adoración no siéndole impedido. Como dijo Agustín de Hipona: “vio a tres, adoró a uno”. En efecto: llamativo es el número de personas que aparecen en este relato: Tres. En los versículos 13, 14 y 15 del capítulo 18 aparece en toda su plenitud uno de los atributos de Dios: la omnisciencia.

Efectivamente, después de prometer uno de los varones; la Biblia no identifica claramente cuál varón habla pero, por el tono de sus palabras, se infiere que se trata de Jehová; que la esposa de Abraham tendría un hijo ella entre si rió escéptica de la promesa, por considerarse ya demasiado vieja como para quedar embarazada.

Al recriminar el varón a Abraham la actitud de la mujer, esta negó haberse reído lo que motivó que el varón la contradijera: “No es así, sino que te has reído” (v. 15). Aunque no sepamos la distancia que separaba a Sarai del varón, es evidente que ella supuso que no la habían oído, de allí que arriesgó negar empleando una mentira. Reír entre sí a veces implica sonidos apenas perceptibles pero no cabe dudas que este Ser leyó la mente de la mujer.  

El relato prosigue con la revelación de la identidad del varón como Jehová. Al no ocultarle Jehová a Abraham sus planes de castigar Sodoma y Gomorra, éste intercede por los justos (suponía que los había) que habitaban esas ciudades.

Durante toda la intercesión, Abraham se dirige a Jehová con suma reverencia lo que da una señal de la importancia de aquel ser. Finalmente, concluye el relato con un “Y Jehová se fue, luego que acabó de hablar con Abraham” (v. 33). Los Testigos de Jehová dicen que estos tres varones eran ángeles[6], pero esta interpretación es errónea porque Dios a ninguna otra persona que no sea parte de la Trinidad,  da su propio nombre Jehová el cuál es el nombre propio de la Divinidad.[7] La Palabra deja claro que Jehová habló con Abraham. Es evidente que el ángel de Jehová es Cristo, la segunda persona de la Trinidad, antes de venir al mundo como Mesías y que se presento como Jehová ante Abraham.

Ahora bien: es ser actúa como mensajero pero nunca en un sentido de inferioridad en cuanto a Jehová. Verlo a él es ver a Dios y adorarlo a él, es adorar a Jehová. Las apariciones del ángel de Jehová constituyen una poderosa evidencia de la divinidad del Mesías puesto que, en cada una de sus apariciones, no solo actúa como Jehová sino que las escrituras fusionan su rol con el del Padre haciéndolos un solo Dios en esencia. En síntesis: dado que las escrituras del Antiguo Testamento lo identifican como Jehová, concluyo que el ángel de Jehová es Cristo, una de las personas de la Trina Deidad, a la que llamamos Jehová o Yhaweh (YHWH).

Otros pasajes de las Escrituras...

Dónde es posible observar al ángel de Jehová en acción son: Génesis 22:11-18, dónde Dios ordena a Abraham que sacrifique a su hijo Isaac; Número 22: 21-40, donde el ángel de Jehová resiste las intenciones de Balaam; Jueces 5: 23, dónde el ángel de Jehová pronuncia una maldición; 2 de Samuel 24: 1-25 donde se lo ve actuando en Jerusalén en acción de castigo por el censo que trató de realizar el rey David. Compárese con 1 de Crónicas 21: 1-27; 2 de Reyes 19:35 donde el ángel de Jehová destruye el ejército de Senaquerib, rey de Asiria, que asediaba a Jerusalén. Compárese con  Isaías 37:36.; Salmo 34: 7 y Zacarías 1:11, 12. 

El Ángel de Jehová sacó a los israelitas de Egipto

En Éxodo 14:9 la Palabra nos informa que un ángel de Dios iba en una columna de nube acompañando a los israelitas en su huida de Egipto. Número 20:16 no dice sobre esto que, al clamar los israelitas por su opresión a manos de los funcionarios del Faraón, Dios envió un ángel para sacarlos de Egipto.

Hasta aquí podríamos interpretar que toda la marcha de Éxodo fue asistida por un ángel más de los incontables que Dios tiene a su servicio. Sin embargo, en Jueces 2:1 comienza a dilucidarse quién es este ángel que en una columna de nube defendió a los israelitas de las tropas egipcias. Dice la Palabra: “El ángel de Jehová subió de Gilgal a Boquim, y dijo: Yo os saqué de Egipto, y os introduje en la tierra de la cual había jurado a vuestros padres diciendo: No invalidaré jamás mi pacto con vosotros, con tal que vosotros no hagáis pacto con los moradores de esta tierra, cuyos altares habéis de derribar”.

Ahora bien,  cuando recordamos que este pacto fue el suscrito por Moisés con el mismo Jehová (ver Exodo 34: 10-13 y Deuteronomio 7: 2-5) no caben dudas que este ser tan increíble es el ángel de Jehová el cuál se identifica con Dios mismo no obstante ser una persona diferente. Solo así se comprenden las palabras de Dios en Exodo 23: 20-23. Fue el ángel de Jehová quién sacó de Egipto a los israelitas, y este ser es la segunda persona de la Trinidad, Cristo antes de su encarnación como Jesús, el cuál es Jehová.

(c) Marc Pesaresi





[1]     Como buen judío, Passo se niega a mencionar la frase el “ángel de Jehová”. Prefiere los términos “el ángel del Eterno”, el cuál no repugna sus creencias y tradiciones judaicas ni tampoco molesta a los numerosos miembros de la colectividad hebrea que reside en Argentina y con los cuales mantiene relación.

[2]       Passo, Roberto O.: Al Judío primeramente; JAMI; Buenos Aires; Argentina; 1990; p.p. 161, 162.

[3]      Con respecto al vocablo “admirable”, compárese con Isaías 9: 6 donde se identifica al Mesías por venir de este modo: “Porque un niño nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz” (Reina Valera 1960). El nombre Padre Eterno se puede relacionar con Jn. 14:8,9. “El que me ha visto a mi, ha visto al Padre”, dijo Jesús Se puede alegar que esta comparación trae dificultades puesto que es factible confundir la persona del Padre como manifestándose alternativamente como Hijo, lo cuál sería una variedad de modalismo herético. Pero debemos tener en cuenta el contexto de la respuesta del Mesías a Felipe. Lo que este le estaba solicitando era ver a Dios, en concreto, la esencia inmaculada de la Deidad, de allí que Cristo le responde de este modo, satisfaciendo su curiosidad de una manera no peligrosa para su propia integridad física. No podría mostrarle a Dios a Felipe estando este en el cuerpo humano. Si podía verlo el curioso discípulo, en la segunda persona de la Trinidad. Interpreto que el Señor quiso  decir, que verlo a él era ver a Dios. De otro modo, caeríamos en  otro error modalístico.  

[3]        Franz, Raymond: Crisis de Conciencia; Editorial Clie; Terrassa; Barcelona; España; Cap. 3: El Cuerpo Gobernante; p.57.

[5]       Girdlestone, Robert Baker: Sinónimos del Antiguo Testamento; Editorial Clie; Terrassa; Barcelona;   España; 1986; Cap. 2: Los Nombres de Dios; p.p. 41,42.

[6]       Perspicacia para Comprender las Escrituras, Tomo 1, p. 31

[7]       Los Testigos se basan en Heb  13:2 “No os olvidéis de la hospitalidad, porque por esta algunos hospedaron  ángeles sin saberlo” para justificar sus interpretaciones que aseveran, que los tres varones que visitaron a Abraham eran ángeles..




sábado, 13 de agosto de 2011

ADRIAN ROGERS









La Biblia ES la Palabra de Dios

Adrian Rogers
1931 - 2005
Un gran hombre de Dios
Su prédica es parecida a las que yo oigo desde siempre
en el ámbito de las iglesias de la
Unión Evangélica de Argentina

miércoles, 10 de agosto de 2011

TESTIGOS de JEHOVÁ en SUDAMÉRICA





Y el comienzo de sus actividades en América del Sur


Los primeros en ABC
(Argentina, Brasil, Chile)

Es difícil desde afuera   de la organización, escribir  la historia andariega de los Testigos de Jehová por  las naciones ABC de Sudamérica a comienzos del siglo 20. La única información disponible es la que provee la propia sociedad o bien, la que se puede obtener del diálogo con los ex participantes de la religión.

Parece ser que el desembarco en Sudamérica de los primeros adeptos de los Tjs activos (como se llamará a los Testigos a partir de ahora), fue en las costas de Brasil. Por entonces se llamaban Estudiantes de la Biblia; no fue hasta la asamblea de 1931 en Columbus, Ohio; que adoptaron el título de Testigos de Jehová propuesto por el juez J.F. Rutherford.

En esta nación, en la progresista ciudad de San Pablo  vivía una tal Bellona Fergunson quién, se dice, leía obras y tratados de los Tjs desde fechas tan tempranas como 1899. Según las fuentes de la WatchTower, esta dama los recibía los tratados por correo.

Jardim América
San Pablo
Brasil
C 1938
Tal como lo debió ver Bellona Fergunson
Bautizada en 1923
Foto
Fuente: Wolff, 2001, p. 145.

A fines del siglo 19 los Tjs activos estaban lo suficientemente organizados como para proveer literatura religiosa a enormes distancias. También se preocuparon de ayudar a los padres a educar religiosamente a sus hijos copiando la escuela dominical de los evangélicos. A partir de 1892 la revista Watch Tower comenzó a propagar los cursos titulados Internacional Sunday School Lessons o Lecciones para la Escuela Bíblica Internacional. Todo esto, dentro del marco de una creciente prédica apocalíptica que fue la característica del grupo desde sus inicios, 

Refiere la crónica del grupo que, hacia 1919, en los muelles de Nueva York había un barco mercante con tripulación brasilera. Algunos de ellos  -ocho dice la historia oficial de la organización- aceptaron el mensaje y para 1920 de regreso a Brasil, trajeron las primeras enseñanzas religiosas.

Bahía de Guanabara, Río de Janeiro, 
Brasil, en 1919
Así se veía la ciudad maravillosa
En los días de las primeras prédicas de los Tjs.
Foto
Autor desconocido
Avenida Río Branco
Río de Janeiro, 1919
Tal como debieron verla los primeros Testigos de Jehová en Brasil
Foto
Autor desconocido
Avenida Río Branco 
Río de Janeiro, 1909, once años antes que llegaran los primeros Testigos de Jehová.
Se observa la Floriano Peixoto y el magnífico Teatro Municipal.
Este ámbito ciudadano luego sería transitado por precursores,
Mientras propagaban las novedades religiosas que enseñaba Rutherford desde Estados Unidos.
Foto de
Marc Ferrez
Gentileza
Wikimedia Commons

Este grupo creció lo suficiente como para merecer la visita de un representante con cierta jerarquía y fue así que se envió desde Estados Unidos en 1923 al canadiense George Young para predicar no tanto la teología de la organización –el hombre no hablaba portugués por lo tanto debía recurrir a intérpretes- sino a organizar a las personas para que comenzaran a dar beneficios. 

Río de Janeiro, Brasil
1919
En la foto se observa el barrio de Leme
Sin duda, visitado y revistado miles de veces desde entonces a la fecha
Foto
Autor desconocido

Concretamente, agruparlos, identificarlos y asociarlos a la nueva religión y colocarlos bajo las directrices del juez Rutherford quien por entonces, mandaba con una mano de hierro (la otra la usaba para sostener un vaso de whisky -dijeron sus más acérrimos críticos- lo cuál no sería malo a no ser que la prédica fuera en contra de esta bebida) al rebaño selecto.
Joseph Franklin Rutherford
1869-1942
De carácter fuerte, fue un abogado metido a empresario religioso
Gracias a él, la organización de los Tj se afianzó a tal punto, 
Que logró enviar misioneros a diversas partes del mundo.
Para los Tjs fue un gran líder que motivó la obra mundial
Hasta los últimos rincones de la Tierra.
Foto
Gentileza
Wikimedia Commons

Young, después de bautizar entre otras personas, a Bellona Fergunson que llevaba unos 25 años esperando el evento, abandonó Brasil para viajar a la Argentina que por entonces era presidida por Marcelo T. de Alvear y vivía un auge económico y recibía importantes contingentes de inmigrantes de todas partes del mundo. El país era la séptima economía del planeta y este dato debió interesar al  Juez.


Vale do Anhangabaú
Centro de San Pablo
Un gran parque donde la gente se congregaba 
Para realizar todo tipo de eventos al aire libre.
Sin duda que Young visitó el lugar junto a Fergunson
Y otros Estudiantes de la Biblia
La foto data de principios del siglo 20
Gentileza
Wikimedia Commons

Young se puso a trabajar duro y en poco tiempo, distribuyó enormes cantidades de literatura en unas 25 ciudades de Argentina. Simultáneamente viajó a Chile, Perú y Bolivia. De estas naciones, la primera interesaría de inmediato al tj activo. Sería el primero en esparcir las "semillas" de la verdad según los Estudiantes de la Biblia en Chile en una fecha tan temprana como 1924.

Ese mismo año, arribó al puerto de Buenos Aires entre una gran cantidad de compatriotas, el español Juan Muñiz, un Tj activado en Nueva York y comisionado por Rutherford en persona. Este ibérico tendría la importante labor, después de la partida de Young a España, de predicar las buenas nuevas del reino por toda la nación Argentina. Importante esta presencia para consolidar la permanencia del grupo reunido en Argentina, porque Young había dejado algunos interesados en profundizar los estudios de la Biblia que requerían de atención y otros que preguntaban y querían saber más, como por ejemplo, el argentino Hernán Seegelken de Mendoza, provincia al oeste de Buenos Aires. Este ciudadano "se había dado cuenta de la hipocrecía que existía tanto en la Iglesia Católica como en las iglesias protestantes. Pero en 1929 oyó también el mensaje del Reino, lo aceptó con gusto y, tal como hacen los siervos de Jehová de todo el mundo, empezó a comunicarlos a otros". (Los Testigos de Jehová, Proclamadores del Reino de Dios; página 549)


Puerto Madero, Buenos Aires, Argentina
Circa 1928
Foto

Se dice que Muñiz era relojero, de modo que, al no depender de patrones, podía acomodar sus horarios para el trabajo religioso. Simultáneamente, siguió los pasos de Young y de ningún modo se desinteresó por las naciones aledañas de Argentina. 

Hoy día viajar es muy cómodo. Los buses (colectivos en idioma argento) poseen dos pisos, aire acondicionado, calefacción, tv, bar, baños, etc., de modo que ir de una nación a otra parece muy sencillo. Pero en aquellos días el solo hecho de cruzar los Andes para ir a Chile (se viajaba por ferrocarril inglés hasta Mendoza y de ahí, se hacia el cruce a Santiago) o bien, la Puna norteña, donde la altura obliga a los nativos del lugar a mascar hojas de coca para soportar el rigor climático y la aridez medioambiental,  era una tarea sencillamente, digna de aplausos.

Cualquier viajero itinerante de esas épocas corría riesgos de todo tipo. Asaltantes, enfermedades desconocidas por la medicina, rutas difíciles, accidentes geográficos extremosos…, aún así, estas personas viajaban.Son de antología, por ejemplo, las travesías del griego  Nicolás Agyrós; uno de los que pocos que no ha sido igualado en su osadía viajera por Argentina.

Detrás de los Andes

Desde Buenos Aires, Chile está detrás de la cordillera, punto de vista subjetivo y algo mendaz si se quiere, porque para el que vive en el país vecino, es Argentina quien está del otro lado. Lo cierto es que tanto Young como Muñíz, en sus viajes trasandinos, había logrado formar algunos grupitos de ciudadanos que leían los tratados de la época. Pero en Chile faltaba alguien con garra y tiempo suficiente que expandiera con agresividad las verdades rutherfordnianas.

Santiago de Chile en 1930
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Wikimedia Commons

Esta persona seria Richard Traub. Reclutado en Buenos Aires, hacia 1930 se lo vio cruzando la cordillera para asentarse en Chile. Por entonces era el único testigo formal, o sea, bautizado, en todo el país y a pesar de los esfuerzos de quienes lo había precedido, Traub no encontró mucha colaboración para desarrollar su tarea, excepto un grupo pequeño de simpatizantes. Pero no se amilanó.

Corto de dinero, seguía en contacto con los”simpatizantes” pero aún no había congregaciones de modo que el domingo, deambulaba de acá para allá –entre los sitios que frecuentaba estaba el Cerro San Cristóbal- donde se sentaba “a la sombra de un árbol y se entregaba al estudio y a la oración”. seguramente leía el famoso "Bulletin" mediante el cuál, se  mantenía "alimentando" espiritualmente al resto del rebaño. En esta obra se inauguró una particularidad que se ha mantenido hasta la fecha: El memorizado de la predicación. El boletín tenía una parte que había que aprender para recitar, más tarde, delante de los que eran visitados con fines de predicación. 


(A veces pienso que esta ayuda memoria se adelantó por mucho al Razonamientos a partir de las Escrituras, un manual de tapa marrón oscuro con temas bíblicos donde se enseña tanto a predicar como  a refutar creencias diferentes).
Razonamientos a partir de las Escrituras
Publicado por 
WatchTower Bible and Tract Society 
a partir de 1985
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Cortesía
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Finalmente, Traub de tanto orar y charlar, a saber, logró interesar a un caballero chileno quién con el tiempo, sería uno de larga fama dentro del colectivo por su fidelidad a la organización de los tjs en Chile. Refiero a Albert Mann Hayse, quien falleciera en el martes 01 de Julio de 2008 a los 89  años, en la ciudad de Santiago y cuyo discurso funeral se dio en el salón de Betel de Chile. Mann Hayse no fue un testigo cualquiera. Fue uno de los primeros en recibirse en la famosa escuela de adoctrinamiento Galaad y enviado con el título bajo el brazo, de regreso a Sudamérica. 
Cerro San Cristóbal, Santiago de Chile (c 1930)
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Autor desconocido

Para 1931 había trece Tjs activos en Chile y este grupo fue la semilla que permitiría continuar con el crecimiento de la secta. Es bueno recordar que en esos días de inicio, la estadounidense Kathe Palm se recorrió todo Chile desde Arica a Punta Arenas –hoy es inimaginable este sacrificio viajero- predicando las novedades del Reino. Cinco años más tarde, la totalidad de los Tjs activados en Sudamérica alcanzaban, según estadísticas de la Torre del Vigía, unas  247 personas.
Plaza Italia, Santiago de Chile
Con el monumento al General Baquedano
Circa 1930
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Autor desconocido

Comparados con la mayoría católica y los grupos protestantes de entonces, los Tjs activos no parecen haber sido tan significativos como para que alguien les prestara atención. Pero parece que si bien eran pocos en número, se hicieron oír y hacia 1958, unos veintiocho años más tarde, hacían tanto ruido antipapal que mereció la atención de un sacerdote.

En los Estados Unidos, la crítica contra los Tjs activos no era novedad. Se le daba pelea verbal y escritutaria y los rutherfordistas no se amilanaban. Había una verdadera batalla de interpretaciones bíblicas.

El 14 de Abril de 1958, el Censor católico de Chile autorizo al obispado a que,  a su vez,  este permitiera la publicación de quizás, uno de los primeros trabajos serios de apologética anti Tjs activos de habla castellana en esta parte del planeta.

Se trata de libro Los Testigos de Jehová un nuevo Evangelio, obra de la pluma del sacerdote Humberto Muñoz Ramírez y editado por Ediciones Paulinas. Para redactar su obra, Muñoz Ramírez buceó en los trabajos del recordado Marley Cole Jehovah´s Witnesses, The New World Society, New York, 1955, La verdad os hará libres, Sea Dios Veraz, Esto significa Vida Eterna, revistas Atalaya y Despertad de la época y en obras católicas y protestantes por igual.

Obviamente, al tener que citar trabajos no católicos, el libro de Muñoz Ramírez pasó por el visto bueno del Censor católico que le pareció adecuado el trabajo de apología. Muñoz Ramírez se focaliza en desmentir las presuntas verdades de la secta, defiende la Trinidad, en algún momento critica a los protestantes como si estos tuvieran la culpa de la llegada al mundo de Russell y luego el Juez Rutherford, y termina declarando que los Tjs activos “presentan una doctrina absurda desde el punto de vista humano, y anti bíblica desde el punto de vista divino. ¿Cómo – se pregunta- es posible que encuentren secuaces y aún que progresen? Este éxito es sintomático (…) la increíble ignorancia de los cristianos respecto del libro santo (lo dice un cura) hace que prosperen las más audaces interpretaciones”. (Reflexión final, p80.).

Bibliografía consultada

Muñoz Ramírez, Humberto: Los Testigos de Jehová. Un nuevo Evangelio; Ediciones Paulinas; Santiago de Chile; Chile; 1958.-
Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania; Los Testigos de Jehová. Proclamadores del Reino de Dios; Watch Tower Bible and Tract Society of New York Inc. International Bible Students Association; Brooklyn; New York; USA; Sección 4 Se proclaman las buenas nuevas en toda la Tierra Habitada; Cap. 22 y 23; 1993.-


(c) Marc  Pesaresi


ALMA



Entelequia que organiza y anima los cuerpos

Por
Marc Pesaresi


Arrobo del Alma
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Marc Pesaresi

Durante siglos, las personas han supuesto al alma  como un principio vital portador de la vida y de la inteligencia que, desde lo espiritual puede interactuar con el cuerpo material. Desde el punto de vista religioso, el alma siempre ha sido objeto de particulares cuidados hasta el extremo de enhebrar creencias tan elaboradas, como lo que postula el cristianismo. Son pocas las religiones que no aceptan la creencia en un alma inmortal.

Aún así, es un misterio para la antropología explicar con certeza cómo fue que el hombre imagino un mundo espiritual. Donde obtuvo la idea que existe un ámbito más allá de los sentidos,  habitados por aquellos que mueren; cuando y por qué el  hombre comenzó a creer que tenía un alma en su interior, es por el momento, una tarea por concluir.

No fue hasta los días de la ilustración y el enciclopedismo francés que la existencia del alma fue puesta en duda con argumentos convincentes, por el racionalismo moderno entendiéndose este, como el ejercicio de creencias particulares nacidas de la reflexión y opuestas al pensamiento místico de las iglesias. Los racionalistas tachan la idea de un alma inmortal como supersticion. 

El alma según la antropología

El misterio de la muerte activó en las personas del remoto pasado, reacciones psicológicas que procuraron morigerar el impacto de las pérdidas. Para los prehistóricos ver morir a una persona debió ser fuente de acaloradas discusiones al margen del dolor. Quizás el cese de respiración fue interpretado como el alejamiento de una entidad  que al irse, dejaba  los cuerpos examines En un intento por encontrar consuelo, creyeron tal vez en una entidad intangible e invisible que, si bien abandona el cuerpo que habita cuando llega la muerte, convive de modo suprasensible con los que sobreviven al fallecido. Entidad a la cual se puede contactar mediante rogativas. 

Un ejemplo de esta teoría la vemos en las momias de la cultura de los  Chinchorros –en el norte de Chile- de unos 8.000 años de antigüedad. Quienes la crearon,  las depositaban cerca de los fogones donde la vida  discurría en medio de innumerables  dificultades. Da la impresión que el propósito que impulsaba a los vivos a la tarea de momificar, no era otro que el tenerlos presentes cuanto más tiempo posible, con el fin de supervisar desde  más allá  todo lo que acontecía en el seno familiar, a la par de hacerlos experimentar el amor recordatorio que se les propiciaba. Era lo más parecido a tener una fotografía enmarcada el algún lugar de nuestras viviendas de algún pariente que ha fallecido, a la que se mira, recuerda y habla cada tanto.

Momias de la cultura Chinchorro
Las más antiguas del mundo
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Cuando germinó la idea que existían espíritus, los antiguos pensaron de modo utilitario y decidieron mediante ofrendas, inducir a los muertos a tener actitudes de colaboración con los vivos. Era como practicar el trueque, dar una cosa por otra. Al hacerlo, se garantizaba la ayuda de los que no estaban, en el control de la naturaleza hostil que podía provocar precisamente, la muerte.

Más tarde, la creencia de un alma superadora de la muerte, fue dotándose mediante fertilización de pensamientos, de capacidades interesantes a punto tal, que incluso, se la supuso capaz de ingresar en animales. Una vez establecida esta idea como parte de un bagaje ritual, los mismos animales tuvieron por designación, un alma. En este contexto, el alma no es sino, un invento de la superchería del hombre.

A medida que el hombre organizaba la vida en función a sus necesidades y lo que ofrecía el entorno geográfico, fueron complicando ideas y creencias. También contribuyó a la espiritualidad, la necesidad de identificar un clan de otros. A la par que aumentaban las necesidades y se descubrían tecnologías basadas en el uso de piedras, las ganancias se fueron sumando y pronto debió necesitarse alguien que ordenara los quehaceres de la vida. Aparecieron líderes con sus colaboradores, escogidos por su valor y por su capacidad para interpretar los mensajes de los espíritus. Con el tiempo, nacieron los rituales complejos.

Una vez implementados los ritos, para salvaguardar la recordación de lo que importaba, fueron comisionados ciertos individuos a tiempo permanente –tal vez aquellos que parecían tener algún tipo de capacidad de soñar portentos y memorizar plantas y animales medicinales- creándose de este modo un protosacerdocio de intermediación entre los vivos y los muertos y con el medio ambiente. Esta gente colaboraría con el líder, quien si duda, todo no lo podía administrar por sí solo.

Con la existencia de una casta de personas escogidas para intermediar entre vivos y muertos, es cuando comienza a surgir la necesidad de crear santuarios donde centralizar la devoción, el depósito de ofrendas y de este modo, congregar a la población en lugares donde, quienes gobernaban, pudieran ejercer un mejor control de sus subordinados. La religión siempre ha estado al servicio del poder y solo en tiempos modernos esta postura ha sido objetada.

Stonehenge -en Reino Unido- bien pudo, por su complejidad arquitectónica, servir como santuario donde se practicaban rituales a favor de integrar clanes mediante un ejercicio de espiritualidad basada en los muertos y espíritus ancestrales. Lo mismo Göbekli Tepe - en Turquía-  hasta la fecha el lugar religioso más antiguo del mundo, con una antigüedad superior a los 8000 años. Cabe consignar que, la cooperación entre personas  aglutinadas por ideas compartidas y exteriorizadas por rituales, entregaron -además a los mortales- la posibilidad de obtener beneficios.

En la Biblia, el primer ritual parece sencillo. El hombre solo tenía que entregar ofrendas a Dios en excelente estado. Caín precisamente, perdió su cordura cuando Dios no miró con agrado una de sus ofrendas. Se infiere en las Escrituras, que la religiosidad al principio, era muy sencilla comparado con lo que vino después.

El alma en la cultura hebrea antigua

La espiritualidad hebrea emplea términos traducidos por espíritu (rúaj), alma (néfesch) y cuerpo (basár).

La rúaj que es "viento" o "espíritu" en hebreo, aliento de la divinidad misma. Cuando Jehová inspiró sobre el hombre su soplo de Vida (Génesis 2:7), éste se convirtió en ser viviente. El hombre vive mientras Jehová no retira su rúaj. (Job 27,3). El término marca fuertemente la relación entre criatura y creador, la dependencia absoluta de ella hacía Él. La Ruaj recibe otros sentidos en la Biblia según los contextos.

La néfesch  significa "garganta", "fauces" (2 Samuel 16:14), "el que respira" (Job 41:13, 20, 21). Néfesch viene de una raíz que significa “respirar”, y en un sentido literal se podría traducir como “un respirador”. Exactamente la misma expresión hebrea que se usa para la creación animal, a saber, néfesch jaiyáh (alma viviente), se aplica a Adán cuando se dice que después que Dios formó al hombre del polvo del suelo y sopló en sus narices el aliento de vida, “el hombre vino a ser alma viviente” (Génesis 2:7.).

En las instrucciones que Dios dio al hombre después de crearlo, utilizó de nuevo el término néfesch para referirse a la creación animal: “Todo lo que se mueve sobre la tierra en que hay vida como alma [literalmente, en lo que hay alma viviente (néfesch)” (Génesis 1:30).

El basár (carne) es un concepto que no se opone a rúaj (soplo) pero se juxtaponen. Una traducción aceptable sería "mi persona", que se puede tocar, experimentar. Cuando Pablo dice: "Vuestros cuerpos son templo del Espíritu (en gr. pnéuma)...(1 Corintios  6:19)" o bien "Ustedes son el templo... (1 Corintios  3:17)" resalta el aspecto experimentable del concepto.

El alma según los antiguos griegos

La concepción del alma empieza a tener importancia con el orfismo. El mítico Homero  recurre a las palabras spsyché y thymós para referirse al alma. Thymós es el alma entendida como fuerza vital, como aquello que vivifica el cuerpo, pero que desaparece tras la muerte de éste. Lo único que parece sobrevivir a la destrucción del cuerpo es la psyché entendida como sombra, imagen, espíritu o fantasma de la persona que tras la muerte del cuerpo habita en el mundo de las sombras, el Hades.

Homero
Según una copia de un original heleno del siglo II aC.
Museo Capitolinos, Roma, Italia
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Los  presocráticos concibieron el alma como el principio vital que determina las actividades de los seres vivos, pero no alcanzaron una comprensión del alma como una realidad independiente del cuerpo, divina e inmortal.

Platón elucubró sobre el tema llegando a considerarla como "encarcelada" o "aprisionada" por el cuerpo. En su obra Timeo explicó que el alma "estaba compuesta por lo idéntico y a la vez, lo diverso". 

De ahí que los filósofos griegos escogieran la palabra Pshyche que significa "soplar". Cuando el hombre muere, el alma se "exhala"-decían- simultáneamente que la vida se marcha. La imaginaron  como un doble del difunto, con alas y de figura antropomorfa cuya residencia después del cuerpo humano, era el hades.

Aristóteles, por el contrario, definió la Psyche como "determinada realización y comprensión de aquello que posee la posibilidad de ser realizado". Con semejante deducción, no es de extrañar que el alma fuera siempre considerada como algo misterioso.

El alma en algunas culturas precolombinas

No existe a la fecha, ninguna cultura descubierta en las tres Américas precolombinas, donde la creencia en el alma o espíritu que sobrevive al cuerpo, no estuviera firmemente arraigada. Todos los pueblos precolombinos pensaban en la vida más allá de la muerte como algo real.

Kinich Jannab Pakal
(603 d C - 683 d C)
Soberano de la ciudad maya de Palenque, Chiapas, México.
La lápida de su magnífica tumba,
Descubierta en 1949 por el arqueólogo Alberto Ruz Lhuillier,
Es la mejor demostración de la creencia de los pueblos precolombinos,
De la existencia de un alma o espíritu,
Que sobrevive a la muerte física.
Aquí, el rey Pakal viaja en un árbol de la vida,
(otros piensan que se trata de la representación de un volcán)hacia ultratumba.
Algunos creen ver en esta obra, una representación de un astronauta extraterrestre.
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El alma en las creencias cristianas primitivas

El alma es –precisamente- para los seguidores de Jesús, una parte vital de la perdurabilidad del hombre a punto tal que, lo hecho en la vida sea bueno o malo, repercute en la eternidad después de la expiración afectándola para bien o para mal. Los padres de la Iglesia de los primeros siglos, concibieron que el alma si bien era algo espiritual también era entidad Por eso explicaban: «Dios la hizo pensante y pensante la conservará».

El alma según el satanismo

Dependiendo la cueva” (organización) satanista, el alma existe y es lo que procura satán. De ahí que tienta y provoca dolores para obtener las almas de los seres humanos a fin de llevársela al horrendo futuro que espera a los réprobos en el lago de Fuego, que se menciona en Apocalipsis. Para el satanismo intelectual, el alma es mito.

¿Existe el alma?

En el mundo religioso, entre los hindúes –budistas y brahmanes- siempre distinguieron al alma como algo separado del cuerpo físico a tal extremo que es el cuerpo, un pasaje transitorio de la vida del alma. Ambas corrientes místicas aceptan la existencia del alma inmortal.

Los antiguos mesopotámicos y griegos tuvieron una firme creencia en las almas inmortales aunque entre estos últimos aparecieron los primeros discutidores de su inmortalidad. Tal el caso de los estoicos


Zenón de Citio
Chipre
333 a. C. - 264 a. C.
Fundador del Estoicismo
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Sería muy extenso aún resumiendo, bosquejar toda la historia de la creencia en el alma, bastará aquí con afirmar que, en tiempos posteriores a Cristo, los seguidores del Rabí desarrollaron ideas sobre el alma desde los días de los primeros padres de la iglesia.

La Biblia da por descontado que el alma existe. “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo” (1 Tesalonicenses 5: 23). El hombre, creado por Dios a su imagen y semejanza, es un alma que vive en un cuerpo bioeléctrico, a diferencia de los animales que solo poseen un espíritu. No obstante comparten el hecho que,  al cesar la vida biológica, el cuerpo –sea humano sea animal- va al polvo de la tierra donde se descompone en moléculas y el espíritu que posee regresa a Dios. 

Pero el alma del hombre –según las Escrituras- perdura indestructible, siendo esta la que despierta el interés de Dios a tal punto, que envió a su único Hijo Jesucristo, a morir en la Cruz. Obsérvese el detalle que Cristo vino a dar vida eterna pero no al cuerpo material, sino al alma. Jesús, de haber querido salvar el cuerpo material habría otorgado inmortalidad física, pero en cambio toda su prédica estuvo destinada a la salvación de las almas que dan vida a los seres humanos. No nos salvó de morir físicamente, pero si de perder el alma.

Algún día habría que profundizar sobre este tema tan apasionante, muchas veces dejado de lado por escépticos radicales y religiones de índole racional. A tal extremo llegó su preocupación por la condición del alma que en Lucas 16: 19 - 31 trazó un esbozo simbólico del sufrimiento que experimenta el alma cuando esta abandona el cuerpo sin haber participado de los planes salvíficos divinos.

Muchas veces, al leer este pasaje de las Escrituras, he reflexionado si el alma, al ingresar al cuerpo material, pierde la prístina condición de beatitud que posee frente a la majestuosidad divina –como si padeciera una corrupción de sus sentidos y conocimientos- debiendo ser rescatada por su creador mediante revelaciones, prédicas y toma de decisiones de cualidad íntima. Obviamente, para los materialistas, el alma no existe sino que esta es un montón de átomos que se agrupan en el cerebro del hombre creando un Yo que aparenta tener autonomía.

El Alma en la particular exégesis bíblica de los Testigos de Jehová

“¿Somos los seres humanos tan solo carne y hueso, o hay también en nosotros una parte inmaterial? ¿Pone la muerte fin a nuestra existencia, o hay algo invisible que continúa viviendo separado del cuerpo?” Se preguntan los Testigos de Jehová y responden a continuación con un rotundo no: “Las Escrituras revelan con claridad que el ser humano no tiene un alma, sino que es un alma: esta es la verdadera naturaleza del hombre. Por consiguiente, toda perspectiva de vida después de la muerte depende de la resurrección. La Biblia promete: “No se maravillen de esto, porque viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán [la] voz [de Jesús] y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio” (Juan 5:28, 29). Es en esta confiable promesa —y no en la doctrina de la inmortalidad del alma— donde radica la verdadera esperanza para los difuntos”. Erran en esta tesis los Testigos. Los cristianos no apelan a la inmortalidad del alma para salvarse sino en la fe en que Cristo salva y sana. "El que tiene al Hijo tiene la vida, y el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida" (La Biblia de las Américas)

¿Qué respondemos a esta afirmación?

En primer lugar, deseo aclarar que la toma de este ejemplo no es para menoscabar las ideas religiosas de un grupo en particular, sino para ilustrar la oposición que existe acerca de la existencia del alma inmortal.

La palabra alma, en las Escrituras, posee varios significados, tal como por ejemplo en castellano, posee el vocablo guarda. (Guarda, en Argentina es el picaboletos en un  tren; ¡Guarda! como grito de advertencia ante un peligro y  Guarda este libro, en el sentido de depositar algo en algún lugar). Por el contexto y la acentuación, se identifica que significado darle a la palabra cada vez que se la pronuncia.

Alma o Nefesh aparece unas 754 veces en el Antiguo Testamento, lo cuál da una idea del uso que se le daba a la palabra. En su primera cita Alma significa “lo que tiene vida” (Gn. 2:7) y corresponde utilizarla tanto para animales como personas. (Ver: Gn. 1:20; 24,30 La sangre también es identificada como el alma de un ser vivo en Gn. 9:4; Lv. 17:10-14 y Dt. 12:22-24).

Sin embargo, en Génesis 1:26 el hombre adquiere cierta distinción con respecto a las demás “almas vivientes” por ser creado a imagen y semejanza de su  Creador. Y es este detalle en particular que los interpretadores de la WatchTower pasan por alto. Se observa una variedad interpretativa en esta visión del alma. Queda claro que en la Biblia, alma es tanto un ser viviente como una entidad espiritual invisible a los ojos del hombre.

La Biblia cuando declara que la palabra de Dios penetra “hasta partir el alma y  el espíritu” (He 4:12) y cuando Pablo el apóstol ruega para que todo el ser “espíritu, alma y cuerpo” de los creyentes sea preservado irreprensible, establece por fin, una división psicológica de la parte inmaterial de la naturaleza humana. A partir de aquí el cristianismo establece que hay en los cuerpos espacios de existencias diferentes agrupados en lo que se llama Ser.

Para los antiguos griegos, el alma era una variedad de fantasma, una sombra que se asemejaba al cuerpo  y llamaban Eidolon. Para Homero, el cuerpo subsiste después de la muerte en estado de forma pero sin sustancia. Para su entender, el alma era una sombra que sobrevivía al deceso y vagaba los espacios yermos sin gozar de bienaventuranzas o padecer castigos infernales. 


Los filósofos presocráticos discutieron sobre el alma, algunos relacionándola con el cuerpo, al pensarla como principio de vida y otros en representaciones más dualistas al reflexionarla divina e inmortal; este parece ser el caso de Empédocles.

El pensamiento griego sobre el alma se llenaría de complejidad, transmitiendo al mundo la primera elaborada imagen del infierno, hades o tártaro. Posteriormente, se fueron separando los buenos de los malos, habitando algunas almas beatas en los Elíseos y las réprobas en el Tártaro, un tenebroso lugar situado según las creencias, en las profundidades de la Tierra.

Los Testigos de Jehová, en su aversión por el pensamiento griego, fuerzan la interpretación de las Escrituras apunto tal, que han establecido que después de la muerte, no hay absolutamente nada. En  este nivel, sus creencias han llegado a semejarse a la de cualquier buen materialista que cree solo lo que ve.

Pero ¿por qué se identifica en la Biblia  a la sangre con el alma?  Según  Génesis 9:4 la sangre es alma o vida y Levítico 17:11 declara que, en la sangre está el alma. ¿Acaso la Biblia enseña donde reside el alma? No. Estamos en presencia de una metáfora. 

Estos pasajes se tienen que interpretar en función de la circulación de la sangre.  A diferencia de los vegetales que no la tienen, en los seres vivos se mueve facilitando así, la vida mediante la respiración, que es la característica distintiva del hombre y de los animales. La sangre permite “respirar” y vivir mediante el acarreo de nutrientes y oxígeno por una intrincada red de tuberías hasta la última célula del cuerpo. 

En concreto, lo que los antiguos hebreos decían era que, la  sangre es portadora del alma, o sea, la respiración. Impresionante ¿verdad? ¿Quiénes les enseñó tal cosa? Sin duda que estamos en presencia de un precioso ejemplo de revelación de parte de Dios.

Si el alma existe 
 ¿Dónde se encuentra dentro del cuerpo?

Aún así, algunos hombres de ciencia creyeron que se la podría hallar en la mente de las personas. A principios de los años noventa, el premio Nobel británico Francis Crick –quien en 1953 descubriera conjuntamente con James Watson la estructura molecular del ADN- anunció que se encontraba investigando donde podría ubicarse el alma dentro de nuestro cuerpo. A pesar que el alma es algo difícil de hallar –hay religiones que postulan que no existe y otras, la identifican con el cuerpo carnal- Crick no se amilanó sino que se abocó a su tarea creando con tal acción, un ambiente de controversia.

 Francis Crick
8 de junio 1916 - 28 de julio 2004
Biólogo molecular y neuro científico británico
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Crick –un reconocido activista a favor del consumo de drogas que afirmó que se le ocurrió la estructura de la doble hélice del ADN cuando estaba drogado con LSD- a principios de 1994, contactó desde su ámbito en el Instituto Salk, San Diego, Estados Unidos en una suerte de campaña proselitista, unos 300 científicos, para sugerirles la importancia de buscar en algún lugar de nuestro cerebro, la cuna en la cual, reside el alma. Por entonces calificó tal búsqueda, como uno de los retos más apasionantes para la neurociencia.

Obviamente, muchos de los convocados no aceptaron hablar de estudio del alma sino, de trabajos de experimentación con los mecanismos neurofisiológicos. A pesar del prestigio de Crick, no todos aceptaron la propuesta reduccionista  por ser partidarios del dualismo.

Sir John Eccles –neurofisiólogo australiano ganador de un premio Nobel y amigo de Karl Popper- siempre sostuvo la idea que lo mental y lo físico son dos mundos completamente diferentes y constituyó un adversario muy persistente de todos los intentos por averiguar si el alma residía en alguna parte del cerebro. Crick se mofaba de Eccles calificando esta postura como “el fantasma dentro de la máquina”.

Sir John Eccles 
(1903-1997)
 A la derecha, en 1993
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En esta búsqueda, pronto separó la polémica a los reduccionistas. Así el fisiólogo y premio Nobel Gerald Edelman a mediados de los años 90 declaró que en su opinión, tenía resuelto el problema de la conciencia. Para el, esta es el resultado de un mecanismo que denomino darwinismo neuronal a través del cual agrupaciones de neuronas compiten entre ellas para dar lugar a la formación de una imagen coherente del mundo. Crick no acepto este postulado castigando a Edelman con la acusación de ser poco original y de reflotar viejas ideas a las cuales presentaba como nueva empleando jerga complicada. 
 Gerald Edelman
Neurobiólogo
Ganó el premio Nobel en el 1972
Por sus trabajos sobre el sistema inmunitario
Para Edelman existen dos tipos de conciencia.
Una primaria y otra superior. 

Recuerdo, para cerrar este capítulo, las palabras del fisiólogo Francisco J. Rubia quién, durante una conferencia en la Real Academia Nacional de Medicina de España, el 12 de enero de 2010, refirió a la conciencia, problema idéntico al que supone la existencia del alma:  El dualismo que subyace a algunas de las teorías sobre la consciencia plantea una cuestión importante, a saber cómo superarlo, ya que a lo largo de la historia de la filosofía este dualismo no ha podido aclarar cómo es posible que un ente inmaterial pueda interaccionar con la materia que es el cerebro. Por tanto, entiendo que la superación de esta visión dualista ha ayudado mucho a la neurociencia para plantearse el estudio de las funciones mentales, considerando éstas el producto de la actividad cerebral”.

Francisco Rubia
Neurofisiólogo español
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Para Rubia parece imposible lo inmaterial interactuando con lo material, porque no se puede encontrar el vínculo entre una cosa y otra. Sin duda, la complejidad de la obra de Dios, supera con creces en muchas áreas, todo los intentos del hombre por averiguar más y mejor.

Creer en el alma es cuestión de fe. No se sabe desde el punto de vista de la ciencia si existe o no. No obstante, de ella se habla todos los días para bien o para mal. Dependiendo del grado de creencias de cada uno de nosotros, sí y no. Como cristiano, no reniego de la existencia del alma precisamente porque Cristo vino a salvar estas entidades. Pero si yo fuera un materialista, no dudaría en negar que existe, basado en los últimos adelantos del la neurociencia. Queda al arbitrio de cada uno, creer por el sí o por el no.






TIEMPO

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