"Lo que Dios limpió, no lo llames tú común"
Hechos 10: 15
Reina Valera 1960
En nuestro blog somos lectores del filósofo cristiano Craig. Ha participado en numerosos debates, presenta respuestas a objeciones difíciles, publicado libros y artículos y administra una website de donde tomamos este artículo.
Un seguidor de Craig le pregunta sobre el uso de lo impuro para obtener purificación. Le parece contradictorio que lo impuro pueda colaborar para eliminar la impureza del pecado. Se nos ocurre que, de pronto, quien pregunta olvidó que todo en este mundo, se encuentra impuro por causa del pecado. De modo que, toquemos lo que toquemos, impurezas tocan nuestras manos y ven nuestros ojos.
También ha dejado de recordar que, lo que parece imposible para el hombre, para un Dios Todopoderoso no lo es y si el; en su infinita bondad y sabiduría; ha querido utilizar lo impuro para purificar, lo que resta es pedir con humildad el entendimiento suficiente para superar lo que nos parece controversial.
El lector parece atrapado en un dilema legalista y la respuesta de Craig aclara algunas razones sobre el uso de lo impuro a la hora de limpiar el pecado del mundo.
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"Soy Luca, de Bélgica (ya le envié un mensaje hace un par de semanas con respecto a la cosmología y me gustaría agradecerle su respuesta). Esta vez, mi pregunta trata con la pureza e impureza (limpios e inmundos) que encontramos en el libro de Levíticos, por ejemplo. Se me hace muy difícil comprender ese concepto.
Purificación: ¿Cómo puede ser que la misma cosa que hace a alguien impuro (sangre, cadáver, etc.) es también lo que le purifica (sangre de sacrificios)?
Expiación: ¿Por qué hay que ofrecer un sacrificio de expiación si la impureza no es pecado?
Además, parece que la impureza no puede estar en la presencia de Dios sin tener una consecuencia importante => la muerte de la persona impura que ha contaminado el santuario de Dios. (Levítico 15.31)
¡Pero a partir de esto, no puedo entender cómo eso estaba funcionando con Cristo! De hecho, Él era impuro por su nacimiento, y también por el contacto que tuvo con personas enfermas e incluso con personas muertas como Lázaro, pero la Biblia dice que Dios estaba en Su plenitud en Él [...] ¿No era Cristo ritualmente impuro y, por lo tanto, también tenía la necesidad de ser expiado? Pero ¿expiado, por qué? ¿Por sacrificios de animales?
Yo pensaba que sólo había una imagen de la obra de Cristo, entonces ¿cómo pueden ellos expiar al Mesías? Además, si Cristo era físicamente impuro, ¿su sacrificio no debió haber sido rechazado por Dios?
No sé si he sido lo suficientemente claro con mis preguntas para que usted pueda entender los problemas que estoy teniendo. Déjeme saber qué piensa de todo esto. Tengo la esperanza de recibir alguna ayuda de su parte, la cual yo consideraré como un ejemplo para nosotros los cristianos".
RESPUESTA DE DR. CRAIG
R
Si no hubiese sido por mi reciente estudio de la expiación de Cristo, Luca, la pregunta tuya fuera una que tuviera muy poco interés para mí. Pido a los lectores que sientan algo similar a tener paciencia conmigo en lo que abordo lo es, en realidad, una situación muy interesante.
1. "¿Cómo puede ser que la misma cosa que hace a alguien impuro (sangre, cadáver, etc.) es también lo que le purifica (sangre de sacrificios)?” Esta es una paradoja central en el sistema sacrificial en el Antiguo Testamento. Tocar un cadáver o sangre hacía que una persona fuera ritualmente impura. Por lo tanto, el mismo acto de sacrificio parecería hacer impuros a quien lo ofrece y a quien lo oficia, en lugar de puros. Incluso he escuchado a un erudito del Antiguo Testamento afirmar esta conclusión e inferir que las personas necesitan purificarse del acto de ofrecer sacrificio, lo cual parece una locura.
Me parece que lo que debe haber hecho que el sacrificio sea la excepción de la regla para los antiguos israelitas es que la sangre del animal sacrificado representa su vida, lo cual no es impuro y es ofrecido a Dios. “Porque la vida de toda criatura está en la sangre. Yo mismo se la he dado a ustedes sobre el altar, para que hagan propiciación por ustedes mismos, ya que la propiciación se hace por medio de la sangre” (Levítico 17.11). Es la vida del animal que se le ofrece a Dios. Mediante el rito de la colocación de la mano que sucedía en cada sacrificio de animal, el oferente se identificaba simbólicamente con el animal, el cual sufría el destino que el oferente merecía. La vida del animal es dada en lugar de la vida del oferente. (Una advertencia: aquellos que presionan estos tipos de argumentos a priori están operando bajo la suposición no trivial de que estas antiguas prácticas rituales eran completamente consistentes lógicamente).
2. "¿Por qué hay que ofrecer un sacrificio de expiación si la impureza no es pecado?" Tienes razón en que el ritual de la impureza no es equivalente a pecado. Pero los sacrificios se ofrecían para remover tanto el ritual de la impureza como el pecado. El judaísmo antiguo estaba profundamente moldeado por la distinción entre lo puro y lo impuro. ¡Solo piensa por un rato sobre sus elaboradas leyes sobre la comida! Esa distinción impregnó toda la vida y sirvió, creo yo, para hacer entender la santidad de Dios en las mentes de las personas. El sistema de sacrificio facilitó la yuxtaposición de un Dios santo con las personas que eran ritualmente impuras y pecaminosas. Algo que era moralmente neutral y, por lo tanto, no pecado, como la menstruación, podría volver a una persona ritualmente impura y muy necesitada de una limpieza sacrificial.
3. "¿No era Cristo ritualmente impuro y, por lo tanto, también tenía necesidad ser expiado?" Fue precisamente esa convicción la que condujo a la oposición de los líderes religiosos judíos contra Jesús. En particular, su práctica de comer con los inmorales e impuros, de recibir a las prostitutas y colaboradores de impuesto romanos, era profundamente ofensiva para las autoridades judías. Contemplando los estándares judíos, uno puede ver por qué. Pero en la perspectiva de Jesús, él no se contamina por el contacto con tales personas, sino que era todo lo contrario, [eso] les transmitía a ellos el perdón de Dios y la purificación. Teológicamente hablando, la divinidad de Cristo venció y expulsó el pecado y la impureza. Ésta es una maravillosa demostración de su deidad. Entonces, es obvio que el resto de tus inquietudes no se aplican. Cristo, al no ser contaminado, no tenía necesidad de ofrecer sacrificio para expiar algún pecado o impureza.
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