por
Marc Pesaresi
Los cuatro jinetes del Nuevo Ateísmo
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A Carol,
Que vive en Santa Tecla, El Salvador,
Y le gusta leer sobre las cosas de Dios
El uso del lenguaje agresivo
El ateísmo esta de moda y nos llega
con packaging renovado con un rótulo que dice Nuevo Ateísmo.(1) Un puñado
de ateos logró que la prensa otorgue espacios a sus ideas incluso -por
risible que parezca la iniciativa- cuando deciden fundar una iglesia incrédula. ¿Tanta exposición obedece a un propósito? ¿Quieren destruir al cristianismo al que consideran pura superchería barata a base de ridiculizar? ¿Es novedosa esta mofa a lo religioso? Sin duda que no. Tiempo atrás, los situacionistas declararon a la religión como una actividad humana llena de tonterías.
A diferencia de otras variantes que
hemos conocido, esta nueva versión es agresiva contra la religiosidad en
general y la idea de la existencia de Dios en particular. Argumentando con lógica, razón y ciencia, los nuevos ateos no se arrellanan en
un abrigo de increencia a ver pasar la vida sino que salen a predicar sus
puntos de vista como si estos fueran la única opción que al mundo le falta
para obtener paz y prosperidad. (Para una
mejor compresión del fenómeno del resurgimiento ateo, ver la obra de Francisco Conesa; El Nuevo Ateísmo:Hoja de Ruta; ediciones Rialp).
El Nuevo Ateísmo en palabras de Conesa, es ""poco intelectual " a pesar del revuelo mediático con que
se presentan". El tono caustico que emplean suele producir más perplejidad
que irritación: "Si piensan que el cristianismo -se pregunta Nubiola-no es
más fiable que el tarot o los horóscopos, ¿por qué invertir tanta atención y
tanto esfuerzo en atacarlo? En última instancia ¿qué mas les da?" (J. Nubiola;
Invitación a pensar; Rialp; Madrid; 2009; P. 141).Sin embargo, lo que les falta de intelectualidad, lo suplen con matonería intelectual. ¿De donde viene tanta agresividad verbal?
Las viejas irreverencias
“Nada es sagrado. Todo el mundo tiene
derecho a criticar, a burlarse, a ridiculizar todas las religiones, todas las
ideologías, todos los sistemas conceptuales, todos los pensamientos. Tenemos
derecho a poner a parir todos los dioses; Mesías, profetas, papas, popes, rabinos,
imanes, bonzos, pastores, gurús, así como los jefes de Estado, los reyes, los
caudillos de todo tipo” escribió el situacionista Raoul Vaneigem (Ver Le mouvement du livre-esprit (Movimiento de espíritus libres; Ransay, 1986)).
Vaneigem aboga -aún lo hace- por una sociedad donde los poderosos y los débiles no tengan secretos, donde la libertad de expresión sea completa aún a riesgo que tal libertad provoque cambios inimaginados. En este contexto la crítica hiriente hacia las religiosidades es aceptable. Sin embargo, cabe preguntar: ¿hasta donde se puede forzar la ofensa sin que el ofendido reaccione? Y si reacciona ¿es legítima la reacción? Si el insulto es grave ¿convine soportar a lo estoico a riesgo de que el otro tome por estúpido al ofendido? ¿Se dejaría el lector insultar y agraviar solo porque piensa o cree diferente? (Ver Djesus Uncrossed presentada por Saturday Night Live de la NBC cuya parodia a Cristo tuvo tan mala repercusión que los publicistas retiraron sus anuncios, como un modo de reacción ante la ofensa desmedida).
Josep Pradas (Universidad de Barcelona) en Ciudadanos libres, discursos atados. A propósito de un texto de Raoul Vaneigem nota el problema de una libertad sin límites propuesta por Vaneigem y cita un hecho de exigencia de libertad de expresión aparentemente inofensivo que culminó en la separación del cristianismo occidental: "Recuérdese que Lutero se limitó a clavar en la puerta del la iglesia del castillo de Wittemberg un pliego con sus famosas 95 tesis contra Roma. Al ejercer su libertad de expresión llevó a cabo también una acción cuyas consecuencias seguramente nunca pudo imaginar. Es muy complicado establecer la frontera entre lo que sólo es expresión y lo que es acción, para luego limitar una y otra".
Provocar situaciones para forjar otras
Ahora bien: algún lector habrá notado que en este
“hacer parir” tan irrespetuoso de Vaneigem se nutren de ideas. ¿Y cuales son esas ideas?
Provocación lisa y llana empaquetada bajo el rótulo de Situacionismo. ¿Y eso
que es?
Es difícil definir ya que los
situacionistas han enmarañado sus ideas pero en síntesis, se trata de
provocar situaciones a base de críticas y objeciones, a fin de motivar
cambios y crear nuevas situaciones. Esto quedó definido en las políticas de la
Internacional Situacionista cuya ideología se inspira en el marxismo y en el
inconformismo de la avant-garde francés (Vanguardia) con ideas tomadas de la
Internacional Letrista.
Internacional Situacionista
1962
De izquierda a derecha
J.V. Martin, Raoul Vaneigem y Guy Debord
Foto
Gentileza
Un situacionista se dedica a
construir situaciones para provocar cambios. En la práctica implica destruir ideas para que arriben triunfantes
las nuevas. Hasta aquí nada novedoso. Es un hábito de la humanidad destrozar ideologías para reemplazarlas por otra.
Vale la pena destacar que, a semejanza del Nuevo Ateísmo -dentro del
situacionismo- la fe en Cristo es tenida como una superchería que requiere
modificaciones y ocupa un espacio dentro de las preocupaciones de este
pensamiento desde el punto de vista social. La religión es parte de la sociedad y por lo tanto, interesa. El situacionista no ve a Cristo sin
el entramado de la religiosidad y esta, requiere de situaciones que la obliguen
a cambiar. Ken Knabb, en La realización y supresión de la religión lo explica clarísimo:
"La religión supera indudablemente cualquier otra actividad humana en cantidad y variedad de tonterías. Si se considera además su papel como cómplice de la dominación de clase a través de la historia no es sorprendente que haya atraído sobre sí el desprecio y el odio de un número cada vez mayor de personas, en particular de los revolucionarios. Los situacionistas reiniciaron la crítica radical de la religión, que había sido abandonada por la izquierda, y la extendió a sus formas modernas, secularizadas -el espectáculo, la lealtad sacrifical a los líderes o la ideología, etc. (...) Elaborada a partir de la perspectiva de que, para ser superado, el arte debe ser a la vez realizado y suprimido, la teoría situacionista no supo ver que se demandaba una posición análoga respecto de la religión. La religión es la expresión alienada de lo cualitativo, la "realización fantasiosa de la humanidad". El movimiento revolucionario debe oponerse a la religión, pero sin preferir a ella un amoralismo vulgar o un sentido común filisteo. Debe tomar posición del otro lado de la religión. No ser menos que ella, sino más".
El Nuevo Ateísmo parece tomar del
situacionismo, la idea de desmitificar las creencias aún, recurriendo a la blasfemia y al cinismo. (Ver derecho a la blasfemia). ¿Son blasfemos o cínicos los situacionistas capaces de inspirar imitaciones? Depende...; Ken Knabb en The Society of Situationism refiere al espectador cínico:
“El espíritu crítico de los situacionistas y su uso, calculado y a menudo conveniente de la “arrogancia” y el insulto — una vez sacados del contexto de la lucha activa por cambiar las cosas — encuentran su lugar natural en un mundo donde todos se presentan con un espectáculo de inferioridad y son llevados a pensar que son “diferentes”, donde todo turista trata de evitar a “los turistas” y todo consumidor se jacta de no creer en los anuncios (una ilusión de superioridad con frecuencia intencionalmente programada en los anuncios para facilitar la penetración simultánea del mensaje subliminal esencial). El individuo pseudo-crítico afirma su superioridad estática a través de sus críticas desdeñosas y sin consecuencias a otros individuos que tienen ilusiones más vulgares o al menos diferentes. El sentido del humor situacionista, producto de las contradicciones entre las posibilidades latentes de la época y su absurda realidad, una vez que deja de ser práctico se aproxima simplemente al humor popular medio de una sociedad en la que el buen espectador ha sido ampliamente suplantado por el espectador cínico.
Por ejemplo, la dialéctica de RichardDawkins parece tomada de la propuesta de Raoul Vaneigem de ridiculizarlo todo. Cuando
Alister McGrath, biófísico y teólogo de Oxford le recriminó ignorancia teológica
y de adquirir presencia gracias a su retórica en vez de argumentos, Dawkins le
respondió “la teología cristiana es vacua”.La teología cristiana podrá ser muchas cosas, pero sin duda jamás vacua. En la respuesta lleva implícito el desprecio de Dawkins por todo lo religioso.¿Y de donde nace el desprecio? Del prejuicio. ¿Y este de donde viene? De la ignorancia. No nos engañemos. Dawkins sabrá mucho de genes y memes pero en teología toca de oído y esto no lo digo yo, sino otros.
Es tan impactante su ignorancia teológica que el filósofo John N. Gray le imploró que, si va a criticar la teología, al menos haga el esfuerzo de saber un poco más de ella. Gray no estuvo solo en su crítica. Otras voces eruditas se han elevado en contra de la verborragia de Dawkins entre quienes se encuentran Keith Ward y H. Allen Orr quien le espetó que, si va a condenar los crímenes del cristianismo, debería hacer lo mismo con los crímenes ordenados por el ateo confeso Stalin.
Es tan impactante su ignorancia teológica que el filósofo John N. Gray le imploró que, si va a criticar la teología, al menos haga el esfuerzo de saber un poco más de ella. Gray no estuvo solo en su crítica. Otras voces eruditas se han elevado en contra de la verborragia de Dawkins entre quienes se encuentran Keith Ward y H. Allen Orr quien le espetó que, si va a condenar los crímenes del cristianismo, debería hacer lo mismo con los crímenes ordenados por el ateo confeso Stalin.
Sin embargo, a pesar de la virulencia
de la prédica incrédula de Richard Dawkins -cuyo ateísmo combativo llega a
niveles de crueldad dialéctica- dentro del mismo Nuevo Ateísmo aparecen voces más
amables y conciliadoras.
¿Se puede prescindir de la religión?
Se pregunta André Comte-Sponville y responde: “Hay individuos, de los que formo
parte, que se las arreglan muy bien sin ella, en la vida ordinaria, o como
pueden, cuando les afecta un duelo. Lo cual no significa que todos puedan o
deban hacerlo. El ateísmo no es ni un deber ni una necesidad. Tampoco la
religión. Lo que tenemos que hacer es aceptar nuestras diferencias. La
tolerancia es la única respuesta satisfactoria para nuestra pregunta así
entendida”. Comte-Sponville concluye que dependiendo de que se hable, la religión puede ser o no necesaria. (El alma del ateísmo.Introducción a una espiritualidad sin Dios; Paidós Contextos; Capítulo 1). Estas palabras parecen un espejismo en medio de un desierto de incredulidad. Me recuerda a las de otro ateo, el arquitecto brasilero Niemeyer, quien solía afirmar que no tenía nada en contra del cristianismo y lo demostraba proyectando iglesias.
Los evangélicos podemos prescindir de la religión,
pero no de Cristo
Muchos cristianos evangélicos –no
todos justo es reconocer- no aceptamos ser parte de una religión verdadera (la Biblia
no avala ninguna de las religiones existentes) pero si tenemos una teología
sistemática (un cúmulo de exégesis bíblicas a las que consideramos correctas
para abordar la revelación divina a través de su palabra la Biblia) con la cual arribamos a conclusiones satisfactorias. Por supuesto, los que nos proporciona satisfacción emocional e intelectual, a otros le provoca lo contrario.
Ahora bien: dije cúmulo de exégesis
porque dentro del protestantismo evangélico existen suficientes variantes como
para notar diferencias importantes, por ejemplo, entre el protestantismo tradicional y el liberal. No interpreta
las Escrituras de igual modo un protestante liberal que tradicional y mucho menos un pentecostal o fundamentalista. (Para echar un vistazo a una parte del amplio
panorama exegético protestante ver: Josh McDowell; Nueva evidencia que demanda
veredicto; Editorial Mundo Hispano)
Sin embargo, a pensar de las
diferencias en cuanto a modos de predicar, adorar e interpretar, la unidad en
esta heterogeneidad se da en la aceptación de un principio irrenunciable:
Cristo es Señor y Salvador. Yo soy el camino, la verdad y la Vida dijo el Señor
y nadie va al Padre por fuera de él. Este principio es el espinazo del
protestantismo y permanece inquebrantable a pesar de los embates de la
increencia.
La religión ata, Cristo libera y salva
En este punto, cuando un cristiano
evangélico afirma que es necesario nacer de nuevo y tener a Cristo para
conseguir la salvación, lo que está afirmando en el marco del ejercicio de su
fe es que, solo en Cristo y no en la religión, esta la vida eterna. La religión, etimológicamente, quiere decir atar en firme. Pero Jesus murió en la cruz para desatar todas las cadenas de oprobio del hombre. ¿Cómo podríamos dejar de lado regalo semejante para seguir atados a ritos inventados por hombres?
Para el
evangélico bien fundamentado en las cosas del Señor, la religión no es sino, un
modo de adorar y comulgar en prácticas e ideas con otros que piensan o creen del mismo modo. No obstante, la religión es irrelevante para el pensamiento evangélico, a la hora de determinar eternidad. La Salvación esta en Cristo y no en la religión.De ahí que muchos, entre los que me incluyo, no aceptamos poseer una religión verdadera pero si un Salvador verdadero. Como dice la Biblia en Santiago 1:27
"La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo"
Es muy
distinto proclamar “tener una religión verdadera” a declarar que se es salvo
por fe en Cristo Jesús. Cristo no es religión, sino el único
camino, la verdad y la vida, que conduce al Padre, al Dios Todopoderoso. De modo que las palabras de Comte-Sponville cuando
declara que la religión no es un deber ni una necesidad, tiene razón.
Nuestra
necesidad es Cristo, nuestro deber una vez salvos, ir por todo el mundo y
predicar el evangelio. Sin embargo, por paradójico que parezca, el teísmo y ateísmo deberían
respetarse en el diálogo como un modo de vivir en paz con el diferente. Sin embargo, no todos están en
sintonía con la tolerancia. El situacionismo, por ejemplo, presupone que la
falta de respeto e irreverencia son necesarios para crear situaciones y el Nuevo Ateísmo lo necesita para suplir la falta de argumentación.
Notas
1. Tom Flynn, ateo, descree en la existencia del Nuevo Ateísmo. Para él, no hay nada nuevo en este movimiento, por lo tanto, el nombre es pura inflamación mediática. Aún así, alardea orgulloso de los "éxitos" del ateísmo.