lunes, 21 de enero de 2019

DIOS HA PREPARADO COSAS MARAVILLOSAS PARA QUIENES LO AMAN




¿Alcanza a ver algo?
¡Veo cosas maravillosas!
Howard Carter, Lord Carnarvon
 Y un obrero egipcio
Abriendo la tumba de Tutankamón
En el Valle de los Reyes en noviembre de 1922
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Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, 
ni han subido en corazón de hombre, 
son las que Dios ha preparado para los que le aman. 
,(1 Corintios 2:9)



Marc Pesaresi

Howard Carter fue un perseverante

Dicen que el famoso arqueólogo que encontró la momia de Tutankamon, tenía un genio especial. Debió ser cierto; sufrió mucho desde los 17 años de edad cuando llego a  Egipto y el dolor existencial; si lo sabremos muchos; cambia a las personas Vivió casi siempre solitario, trabajando en sus asuntos y nunca se casó; tuvo, además de una vida triste, algunas pendencias verbales incluso  a puñetazos con autoridades egipcias y ricachos europeos. El algún momento de su vida hasta se comportó como un autoritario.

Sin embargo, algunos de sus colegas lo han justificado afirmando que, de no tener el carácter fuerte y amargo que tuvo, posiblemente nunca habría podido desenterrar al faraón más mediático de todos los tiempos.

Excavar en Egipto nunca fue sencillo ni siquiera para los ingleses. Había intereses políticos con los cuales tratar y consensuar; envidias entre colegas con las cuales lidiar y como si fuera poco, crecía en Medio Oriente cuando Carter se ocupaba de sus labores arqueológicas, un profundo sentimiento antibritánico alentado por el nacionalismo egipcio.

Su biógrafo T.G.H. James aseguraba que, si bien todas sus obras en las excavaciones están muy bien documentadas (se conservan en el Griffith Institute de Oxford)  y permiten escribir en la actualidad un relato preciso sobre las mismas, la vida personal del británico no tiene paralelo alguno con los minuciosos reportes de sus trabajos. Carter es un enigma a pesar de la fama conseguida con el hallazgo de Tutankamón. Casi no hay información de su vida personal. Sí se sabe que trabajó durante la Primera Guerra Mundial como espía y nada más.

No se le ha conocido novias ni amantes, lo que motivó al arqueólogo checo Jaromir Malek, a sospechar que fue homosexual; aunque para asegurar esto, solo tenga una fotografía donde se ve a Carter muy feliz, en compañía de un joven y nada más. (1) Las malas lenguas -que las hubo como ahora incluso en el candente Egipto- aseguran que a pesar de su genio arisco, tuvo un amorío con la hija de su más famoso patrocinador, la bella Evelyn Carnarvon pero, tampoco existe certeza.

De izquierda a derecha
Arthur Mace, Richard Bethell, Arthur Callender, Lady Evelyn Herbert, Howard Carter,
Lord Carnarvon, Alfred Lucas y Harry Burton.
Obsérvese que Lady Carnarvon toma del brazo a Carter
¿Acaso tenían un amorío? ¿Cómo saberlo?
¿Interesa más la vida privada o la obra de los protagonistas?
Foto
Gentileza

Bien, sea como fuera la vida de Carter (algunos lo recuerdan tímido, apocado, analítico y perfeccionista lo que no le impedía socializar) pero no interesa hablar de esto ahora. Lo que sí importa es que tuvo una fortaleza de ánimo inquebrantable para enfrentar mil problemas y solucionarlos. Durante años su vida, primero como dibujante de arqueología y segundo como arqueólogo profesional, estuvo jalonada de fracasos o éxitos efímeros. Incluso llegó a padecer necesidades económicas.

De modo que anduvo de aquí para allá en el calor del norte de África, penando en su oficio hasta que un día, alguien le dio la oportunidad que estaba esperando. (Carter había descubierto mientras trabajaba en la tumba de Akenatón, el nombre de un joven Faraón. Encontrarlo se transformó en la meta de su vida, la coronación de su vocación. Sin embargo, para semejante tarea, precisaba poco menos que un milagro: Alguien lo suficientemente rico como para financiarlo durante años hasta encontrar lo que buscaba ¿Adónde encontrar ese financista?)

Se abre una puerta hacia el reconocimiento y la gloria

Por entonces, Lord Carnarvon (farandulero, mujeriego e inmensamente rico y de genio completamente diferente a Carter) por sugerencia médica buscaba climas más propicios para restablecer su salud resentida por la parranda. Un día quiso oficiar de mecenas de la arqueología y escogió Egipto. Sin embargo, era muy malo en este oficio y no tuvo más opción que aceptar su falta de conocimientos y contratar un experto.  Fue el célebre arqueólogo Gaston Maspero, por entonces director del Servicio de Antigüedades del Alto Egipto, quien lo conectó con Carter. El millonario quería los servicios Maspero  pero este, ocupadísimo en sus muchos asuntos, garabateó en una servilleta el nombre de un arqueólogo de genio complicado pero eficiente.

Lord Carnarvon aceptó y con esto se ganó un pasaje a la fama como reputado mecenas. No tenía problemas de dinero. Basta recordar que fue el tercer ciudadano de su país en tener un automóvil. Era un fiestero, sí, pero también vanguardista y con pasión por las  artes. Carter quedó contratado y de allí hasta alcanzar la cima del éxito, solo necesitó paciencia, fortaleza de ánimo, austeridad y sobre todo, perseverancia. Finalmente llegó su hora cuando descubrió la tumba revuelta pero sin saquear, del faraón Tutankamon, en el Valle de los Reyes.

Hoy es muy difícil dimensionar el frenesí que este descubrimiento provocó en la sociedad inglesa. He visto documentales que refieren esos días y la verdad, asombra el mercantilismo que se aprovechó del hallazgo para vender cualquier cosa. Desde lámparas inspiradas en diseños del antiguo Egipto hasta cajitas de fósforos (cerillas) con dibujos de pirámides, etc.

Cosas maravillosas

Dicen las memorias que, al abrir la tumba del Faraón, se encontraban presentes Lord Carnarvon, su hija Evelyn y un trabajador egipcio; a quién nadie le registró el nombre o bien existe pero no lo he podido encontrar; Carter miró hacia adentro con la luz de una vela cuya llama flameaba con fuerza por el aire viciado que escapaba del reciento recién  abierto. Entonces, Lord Carnarvon sin poder dominar la ansiedad, le preguntó: -¿Alcanza a ver algo? Y Carter lleno de alegría por lo que sus ojos estaban viendo, atinó a balbucear: -¡Sí! cosas maravillosas.

Todos tendremos un momento de oportunidad

Muchos cristianos no somos personas fáciles queriendo decir con esto, que el mundo nos ve como "personas extrañas". Esto es bíblico. Los que están alejados de Dios les parece cosa difícil de entender que tengamos una vida diferente. Si sumamos a este detalle que muchos de nosotros provenimos de niveles sociales difíciles que nos ensombrecieron la vida y agriaron el genio, evidentemente seremos para el resto, doblemente raros.

Quisiera recordar a quienes nos ven como "sapos de otro pozo" que muchos de nosotros hemos sido rescatados de ambientes extremos o llevando vidas fuera de la ley. Aun así, Cristo nos buscó cuando el mundo nos daba la espalda. Y como lo hemos probado todo y sabemos que vivir en pecado y alejados de Dios no es ganancia, hoy habiendo renunciado a esa vida, estamos dispuestos a sufrir lo que sea con tal de estar bajo el amparo del amor de Dios.

Es cierto que algunos cristianos demoran más que otros en cambiar su comportamiento. Sin embargo, el Espíritu Santo tarde o temprano, terminara su obra transformadora. En el proceso, sin duda, tendremos altas y bajas en nuestra relación con Dios. Pero si somos perseverantes hasta el fin, alcanzaremos la meta.

Muchas malas lenguas se ensañan en contra de nuestra fe y de nuestras personas o como le ha sucedido a alguien que conozco, el pasado se convierte en presente y recuerda lo mal que vivimos. Si bien es cierto que muchos cristianos tenemos una conducta que no representa al ideal cristiano, también es verdad que millones de cristianos han tenido conductas ejemplares y nos une un eslabón irrompible llamado "el amor de Dios". Cuando yo dije "creo en el Señor Jesucristo" no mentí. Lo dije desde mi corazón. Pero aún no logro transformarme en lo que otros piensan que debería ser y tal vez, a muchos lectores, le suceda lo mismo. Es como un pensamiento que nos quiere convencer que, hagamos lo que hagamos, nunca vamos a conformar al resto. Olvidamos en este punto, que el que transforma es el Espíritu Santo y nadie se transforma -no somos transformes- en unos minutos.

Vivimos en un  mundo que es una  canasta llena de maldad de todo tipo. Para peor, estamos gobernados por autoridades en su mayor parte insensibles al dolor humano y  aunque sufrimos las penas con espíritu espartano, a veces caemos. Sin embargo, sin importar cuan fuerte pueda ser la crisis, todos vamos a poder decir algún día:- veo cosas maravillosas. Si Carter pudo ¿cómo no vamos a ver nosotros, que tenemos la promesa de vida eterna?

Dios, no nos va a dejar sin sorprendernos, en esta existencia rodeada de mal. Tanto en este cuerpo corruptible como cuando estemos en el cuerpo glorificado, habrá maravillas para ver. Lo dice su palabra en 1 Corintios 2:9. Si Carter pudo soportar años de soledad  y sacrificios hasta que llegó su momento, con más razón nosotros, hijos de Dios rescatados de vano vivir por precio de sangre, la de Jesucristo, único cordero que quita el pecado del mundo.

Sea cual sea tu condición y tu sufrimiento, hay que continuar, así nos tengamos que arrastrar. "Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos, bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación, bienaventurados cuando por causa de Cristo nos vituperen y nos persigan y digan toda clase de mal en contra nuestra mintiendo" (Mateo 5:1-12).

Nuestra fe y nuestro amor por el Señor tienen que ser probado. Desconocemos cuánto dura una prueba, pero no ignoramos que en algún momento, esta cesa. Debemos aguantar  la adversidad que siempre nos arroja agua fría buscando apagar el fuego de la fe y de la esperanza. Hay que seguir, aunque los dientes del infortunio nos muerdan los pies.

Para finalizar, quiero cerrar esto diciendo: en lo que a mí respecta, hace ya un tiempo que estoy como Carter, con ojos asombrados viendo "cosas maravillosas" que se presentan frente a mi. Por supuesto, no tengo más que agradecimientos para todos los "Lord y Lady Carnarvon" que me ayudaron en momentos difíciles. Sin estos patrocinadores espirituales, no habría podido continuar viviendo cuando el hambre y la pérdida golpeo mi vida.  Dios los bendiga a todos donde quieran que estén.
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1.Parece existir en algunos, una tendencia a presumir homosexuales a todos los que no se casan olvidándose que muchos prefieren la soltería aún siendo heteros. No pocos sospechan que estas mal interpretaciones son adrede; mal intencionadas;  intentos por generar atención maliciosa para vender artículos, libros, etc. No se le puede observar la sexualidad a una persona en base a una fotografía. Por otra parte, sea o no lo que Malek piensa, es asunto privado del inglés y queda como chusma de barrio quien se fija en este detalle. La obra de Carter en egiptología, sin duda es mil veces más importante para todos que su sexualidad.

Carter fue un hombre que llegó a Egipto no como excavador sino como trazador o sea, dibujante. Desarrolló algunas técnicas novedosas para perfeccionar los dibujos. Luego, entro en contacto con el célebre arqueólogo Flinders Petrie quien trabajaba en Amarna, en la tumba de Akenatón. Fue él quien lo introdujo en las técnicas de excavación. 

Carter obtuvo fama gracias a Tutankamón. Pero además de arqueólogo, fue un gran dibujante. Son muchas las hermosas pinturas sobre aves que se conservan hoy en día. Para terminar, Carter sufrió mucho el desprecio de la comunidad científica de su día. Como no tenía título académico y provenir de una clase social inferior, se lo envidió a más no poder  y odió por ser un don nadie que un día alcanzó la gloria en su ámbito.



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