viernes, 12 de abril de 2019

SALTA Y FEUDALISMO MODERNO-LA QUEMA DE BIBLIAS CATÓLICAS


Un  "patrón" ganadero confundió una versión católica 
por otra de los  Testigos de Jehová y al suponerla  hereje,
decidió  quemar  todas las biblias que encontró en su propiedad, 
en una pira


(1918-2012) 
fue un médico y antropólogo argentino 
quien realizó numerosas excavaciones arqueológicas 
en el país y en el extranjero.
En uno de sus libros narra un hecho curioso de quema de Biblias
En una provincia Argentina.

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Auto de fe en el siglo 20

En su libro Tiestos Dispersos (1) menciona un curioso Auto de Fe que ocurrido en Ampascachi, provincia de Salta, noroeste de Argentina. El escribió:

"Sucedió que Yi, mi mujer, era sumamente creyente y militante, tratando constantemente de difundir la Palabra de Dios de acuerdo con sus convicciones de Testigo de Jehová. Mi agnosticismo no me impedía respetar profundamente sus creencias y admirarme de su fe sincera y constante. Cuando pasamos por Córdoba, en viaje a Salta, se propuso conseguir algunas biblias para repartir donde fuera oportuno, quizás en el sitio donde íbamos. No consiguió biblias editadas por los Testigos de Jehová, pero una amiga le proveyó de una buena cantidad de biblias católicas. Así fue como en la larga estadía de nuestras excavaciones en Las Pirguas se puso en contacto con los criollos de la zona predicandoles largamente y haciéndoles leer la biblia cuyos ejemplares les dejó. Al poco tiempo después de nuestro regreso a La Plata, recibí una carta donde el dueño de la estancia me enrostraba de la manera más agria y violenta el haber distribuído las biblias. Se declaraba católico ferviente, de lo que sin embargo no le impidió manifestar su indignación quemando en una pira las biblias repartidas. Un verdadero auto de fe en pleno siglo XX. Respetuosamente le hicimos notar que las biblias incineradas era biblias católicas, es decir, el libro sagrado de sus propias creencias"

 ¿Cuál es el límite de la ignorancia? 


Quién ordenó incinerar estas biblias no lo hizo por amor a Jesús, todo lo contrario, sino obedeciendo el mandato de su odio religioso  hacia todos los que creen o piensan diferente. Curiosa reacción, si lo pensamos fino, en contra de la obra de una mujer cuya fe -la de los Testigos de Jehová- es considerada por algunos comentaristas como una fe fundamentalista y diabólica. El "patrón" replicó lo que le repugnaba y criticaba.

Tiestos Dispersos
Voluntad y azar en la vida de un arqueólogo
Emecé editores S. A. ; Buenos Aires; Argentina; 2000


 
Servidumbre y pernada 

 La triste vida de las mujeres en algunos de los feudos salteños 

Según Rex González este lamentable episodio en su vida personal, sucedió en el "feudo de Ampascachi" que por entonces "estaba en manos de la familia del magnate alemán del acero Krupp" de unas 120.000 hectáreas de superficie. Refiere además que era común encontrar "rasgos feudales" en esos territorios donde la patronal determinaba la vida social y económica de los trabajadores del lugar. "Cada gran estancia -del grupo Krupp- tiene dentro de su territorio medio centenar o más de familias que cultivan el suelo con pequeños sembrados o cabezas de ganado, pero sirven básicamente de peones, con un magro salario que apenas les permite subsistir" escribió Rex González. 

Y agrega una delicada observación acerca del trato dispensado por los terratenientes a las mujeres de los peones. 

"Ademas, esas mismas familias afincadas en el feudo son las que proveen de servicio doméstico a los patrones, trabajando en "la estancia" las mujeres como sirvientas, los hombres atendiendo las acequias, arreglando la casa y el jardín. En el caso de las mujeres es casi obligatorio que permanezcan solteras a fin de que no interrumpan su trabajo de sirvientas". Y finaliza el relato notificando que "aun en épocas de invierno, cuando la familia principal estaba ausente, había tres o cuatro sirvientas al servicio del capataz  a quien servían como los señores a fin de que no "perdieran el hábito de saber servir". Para completar el cuadro medieval, en Salta recogimos la versión de que, en una época, los jóvenes y amigos de las familia dueña de unos de los latifundios organizaban "fiestas" más o menos orgiásticas en las que previamente se reunía a las jovencitas más atractivas, hijas de las familias de los peones de "la estancia". Era simplemente la perduración del derecho de pernada medieval".
¿Cuándo sucedieron estos hechos? 

Rex González no da fecha. Pero, por la narrativa de su libro, fue un poco antes de la llegada del régimen militar del Proceso de Reorganización Nacional,  en el año 1976. Este golpe militar sumió a la Argentina en una larga noche de violencias, torturas y crímenes contra la humanidad cuyas acciones autoritarias sufrió, incluso, el mismo. De modo que; pienso;  para una mente educada como la de este  científico, el hecho de quemar biblias distribuidas por su esposa, debió ser algo más que un episodio sin trascendencia. Sin duda lo dejó perplejo.

Rex González se dedicó al estudio de  pueblos preincaicos en el territorio sudamericano. Gran parte de su labor se desarrolló en excavaciones en la Provincia de Catamarca donde identificó y bautizó como tal, a la Cultura de la Aguada, la que consideró como  "la más andina de las culturas del NOA" y vinculada a Tiwanaku. Trabajo en otras provincias argentinas y también en el extranjero.

Fue director de museos y lideró importantes trabajos de campo. Impulsó además; entre muchas otras obras; la fundación de un Museo del Maíz en su ciudad natal de Pergamino con el fin de difundir los estudios sobre el maíz, como un homenaje permanente al aporte alimentario dado por pueblos precolombinos al mundo entero. Recibió numerosos premios y homenajes.


Marc Pesaresi

Nota

1. Rex González, Alberto; "Tiestos Dispersos. Voluntad y azar en la vida de un arqueólogo"; Emecé editores S. A. ; Buenos Aires; Argentina; 2000; Capítulo 20 "Cavernas y cavernícolas", p.p. 218,219.-

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